En los tiempos que corren vuelvo a leer a León Felipe, un poeta profeta que rompía códigos para ir al grano y desnudar la hipocresía, un creyente que denunciaba el adocenamiento de la institución, un español fuera de España que defendía la auténtica España del loco de la Mancha, un soñador cuando se habían apagado casi todos los sueños.
Ahora que vivimos una situación comparable pero a nivel global y europeo traigo este poema que es una reflexión apasionante sobre la Iglesia carisma, cuerpo, alma y libertad frente a la Iglesia templo, institución, palabra encerrada.
PARÁBOLA“Mas Él hablaba del templo de su cuerpo.”San Juan 11: 21.“Y tomé el libro de las manos del ángel y me lo comí.”Apocalipsis X: 9, 10.Había un hombre que tenía una doctrina. Una doctrina que llevaba en el pecho (junto al pecho, no dentro del pecho), una doctrina escrita que guardaba en el bolsillo interno del chaleco.La doctrina creció. Y tuvo que meterla en un arca, en un arca como la del Viejo Testamento.Y el arca creció. Y tuvo que llevarla a una casa muy grande.Entonces nació el templo.Y el templo creció. Y se comió al arca, al hombre y a ladoctrina escrita que guardaba en el bolsillo interno del chaleco.Luego vino otro hombre que dijo: El que tenga una doctrina que se la coma, antes de que se la coma el templo; que la vierta, que la disuelva en su sangre, que la haga carne de su cuerpo … y que su cuerpo sea bolsillo, arcay templo.León Felipe
Pedro Miguel Lamet S.J.
El alegre cansancio
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