El Papa argentino cuenta sus recuerdos de los años en los que era profesor de literatura y psicología
REDACCIÓNROMA
Una relación de amistad y afecto. “L’Osservatore Romano” publicó algunas páginas que escribió el entonces cardenal de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio. Se trata del prefacio al libro de Jorge Milia “De la edad feliz”, que reconstruye los años (1964 y 1965) en los que el ahora Papa Francisco era profesor de literatura y de psicología en el Instituto de la Inmaculada Concepción de la ciudad de Santa Fe: una experiencia que nunca ha olvidado. Y tampoco sus alumnos, a quienes «quiero mucho».
En las páginas que publicó “L’Osservatore Romano” surge también lo historia de la amistad entre Bergoglio y el escritor argentino Jorge Luis Borges. Todo nació por el serio compromiso del entonces profesor de literatura, que enseñaba a los alumnos del instituto clásico. Eran chicos vivaces y creativos y Bergoglio les pedía que escribieran cuentos: «me impresionó su capacidad narrativa. Seleccioné algunos de los cuentos que habían escrito y se los enseñé a Borges. También él quedó sorprendido y nos animó a publicar los textos: ademá quiso escribir de su puño y letra el prólogo. ¿Se podría decir que eran pequeños genios? No iría tan lejos; estoy seguro, de esto sí, de que eran normales».
Sobre la «discreta genialidad» de Borges, en cambio, Bergoglio siempre ha sido un admirador: «podía hablar de cualquier cosa, sin nunca darse aires», habría contado a Sergio Rubín y Francesca Ambrogetti en el libro entrevista “El jesuita”. «De Borges –recuerda “L’Osservatore Romano”–, más allá de su distancia de la Iglesia, le sorprendían la seriedad y la dignidad con la que vivía su existencia», porque «el corazón de una persona solo lo conoce el Señor». Borges, escribieron Rubin y Ambrogetti, «era un agnóstico, pero todas las noches recitaba el Padrenuestro, porque se lo había prometido a su madre. Y murió asistido por un sacerdote».
Vatican Insider
No comments:
Post a Comment