El Papa pide a los católicos chinos "ser
fieles a su Iglesia y al Sucesor de Pedro"
"Llevar el Evangelio es anunciar y vivir
la reconciliación, el perdón, la paz,
la unidad, el amor"
(RD/RV).- "Invito a todos los católicos del mundo a rezar por nuestros hermanos y hermanas en China". En su audiencia general de hoy, Francisco recordó a los católicos chinos, a quienes pidió "ser fieles a su Iglesia y al Sucesor de Pedro". "Todos deben ser evangelizadores, sobre todo con la propia vida", añadió el Obispo de Roma.
Con motivo de la cercanía de la festividad de la Santísima Virgen María, Auxilio de los Cristianos, venerada con tanta devoción en el santuario mariano de Sheshan en Shanghai, el Santo Padre Francisco invitó a los católicos del mundo a rezar por nuestros hermanos y hermanas en China y rezó por ellos junto con los miles de peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro. Éstas fueron sus palabras, recogidas por Radio Vaticana:
«El viernes, 24 de mayo, es el día dedicado a la memoria litúrgica de la Bienaventurada Virgen María, Auxilio de los cristianos, que es venerada con gran devoción en el Santuario de Sheshan en Shanghai.
Invito a todos los católicos de todo el mundo a unirse en oración con nuestros hermanos y hermanas que están en China, para implorar de Dios la gracia de proclamar con humildad y con gozo a Cristo, muerto y resucitado, de ser fieles a su Iglesia y al Sucesor de Pedro y de vivir la vida cotidiana en el servicio a su país y a sus conciudadanos de una manera coherente con la fe que profesan.Haciendo nuestras algunas de las palabras de la oración a Nuestra Señora de Sheshan, me gustaría invocar con ustedes a María así: "Señora nuestra de Sheshan, alienta el compromiso de quienes en China,
en medio de las fatigas cotidianas, siguen creyendo, esperando y amando, para que nunca teman hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús".Que María, Virgen fiel, sostenga a los católicos chinos, haga cada vez más preciosos a los ojos del Señor sus no fáciles compromisos y que haga crecer el afecto y la participación de la Iglesia que está en China al camino de la Iglesia universal».
Por otro lado, durante la catequesis, el Papa reflexionó sobre la unidad entre la fe en el Espíritu Santo y la fe en la Iglesia. "Ambas cosas van juntas -dijo-, pues el Espíritu Santo es quien da vida a la Iglesia y guía sus pasos. Sin él, la Iglesia no podría cumplir su misión de ir y hacer discípulos de todas las naciones."
A continuación afirmó que la misión de la Iglesia es de todos. "Todos deben ser evangelizadores, sobre todo con la propia vida. Para ello es necesario abrirse sin temor a la acción del Espíritu Santo". Expresó que en Pentecostés el Espíritu "hizo salir de sí mismos a los Apóstoles y los transformó en anunciadores de las grandezas de Dios, que cada uno entendía en su propia lengua. Así, la confusión de las lenguas, como en Babel, queda superada, porque ahora reina la apertura a Dios y a los demás, y lleva al anuncio de la Palabra de Dios con un lenguaje que todos entienden, el del amor que el Espíritu derrama en los corazones".
Francisco explicó que el Espíritu infunde la valentía de anunciar la novedad del Evangelio con franqueza, en voz alta y en todo tiempo y lugar. Y que para esto debemos estar "bien apoyados en la oración, sin la cual toda acción queda vacía y el anunciar carece de alma, pues no está animado por el Espíritu".
El papa Francisco dijo hoy que el Evangelio tiene que unir y no dividir y que los cristianos no puede presentarlo divididos, entre envidia, egoísmos y rivalidades, sino que tiene que estar reconciliados, en paz y unidos.
Francisco hizo estas manifestaciones ante unas 70.000 personas que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano a la audiencia pública de los miércoles, cuya catequesis dedicó a la misión evangelizadora de la Iglesia y al Credo.
El Obispo de Roma señaló que para evangelizar es necesario abrirse a la acción del Espíritu Santo y "no temer que cosa nos pida o a donde nos guíe".
El pontífice agregó que el Espíritu Santo "descendiendo sobre los apóstoles (Pentecostés) les sacó de la habitación donde estaba reunidos asustados" y que el "primer efecto importante" que se ve en esa acción transformadora es la unidad y el anuncio del Evangelio de tal manera que lo entiendan todos.
El papa Bergoglio añadió que en Babel, según la narración bíblica, comenzó la dispersión de los pueblos y la confusión de lenguas, "fruto de la soberbia y del orgullo del hombre, que quería construir con sus propias fuerzas, sin Dios, una ciudad y una torre cuya cima tocara el cielo", pero que con Pentecostés esas divisiones quedaron superadas.
"No hay más orgullos respecto a Dios, ni alejamiento de los otros hombres, sino apertura hacia Dios, salir a anunciar su palabra. Hay una lengua nueva, la del amor que el Espíritu Santo derramada en los corazones, una lengua que todos pueden comprender y que puede ser expresada en cada momento y en cada cultura", afirmó.
El pontífice subrayó que la lengua del Espíritu Santo es la lengua del Evangelio, "es la lengua de la comunión, que invita a superar la cerrazón y la indiferencia, divisiones y contraposiciones".
Manifestó que los cristianos tendrían que preguntarse como se pueden dejarse guiar por el Espíritu Santo para que su testimonio de fe sea de unidad y de comunión y como pueden llevar la palabra de reconciliación y de amor que es el Evangelio en los ambientes en los que viven.
"A veces parece que se repite hoy lo que ocurrió en Babel: divisiones, incapacidad de comprenderse, rivalidades, envidias y egoísmo. Llevar el Evangelio es anunciar y vivir la reconciliación, el perdón, la paz, la unidad, el amor que el Espíritu Santo nos dona", aseguró.
Francisco también dijo que hay que anunciar el Evangelio con "franqueza, parresia, en voz alta, en todo momento y en todo lugar".
"Hay que anunciarlo con fe, la fe da alegría, mientras que el egoísmo da amargura", añadió.
Francisco se refirió a la nueva evangelización y aseguró que una Iglesia que evangeliza debe partir siempre de la plegaria, de pedir el apoyo del Espíritu Santo, "ya que sin el rezo, nuestra actuación está vacía y nuestro anunciar no tiene alma".
A la audiencia asistieron cientos de fieles de España, Argentina, Chile, Ecuador, Guatemala, México, Perú y otros países latinoamericanos, a los que invitó a dejarse guiar por el Espíritu Santo, "para ser verdaderos discípulos y misioneros de Cristo".
Antes de comenzar la audiencia, como ya es habitual, el papa Bergoglio recorrió la plaza de San Pedro en el papamóvil, en medio de los aplausos, vivas y ondear de banderas, de las decenas de miles de fieles presentes, entre los que se encontraban los capitanes de los clubes italianos Roma y Lazio, Francesco Totti y el argentino Christian Ledesma.
Como ya es habitual, en un ambiente de cordialidad y alegría, el papa Francisco besó a niños y enfermos y estrechó manos.
Papa Francisco en la Audiencia general: El Espíritu Santo y la Iglesia son inseparables
22 de mayo, 2013. (Romereports.com) (-SÓLO VÍDEO-) Durante la audiencia general de este miércoles, el Papa Francisco continuó su catequesis sobre el Credo, en esta ocasión se centró en el vínculo inseparable que existe entre el Espíritu Santo y la Iglesia. El Papa explicó que el Espíritu Santo vence el egoísmo, abre la mente y el corazón y empuja a los cristianos a difundir el Evangelio. El Papa rezó también por las víctimas del tornado de Oklahoma.
Texto completo de la síntesis en español pronunciada por el Papa:
Queridos hermanos y hermanas:
En el Credo, tras la profesión de fe en el Espíritu Santo, decimos: «Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica». Ambas cosas van juntas, pues el Espíritu Santo es quien da vida a la Iglesia y guía sus pasos. Sin él, la Iglesia no podría cumplir su misión de ir y hacer discípulos de todas las naciones. Esta misión no es sólo de algunos, sino la mía, la tuya, la nuestra. Todos deben ser evangelizadores, sobre todo con la propia vida. Para ello es necesario abrirse sin temor a la acción del Espíritu Santo.
En Pentecostés, el Espíritu Santo hizo salir de sí mismos a los Apóstoles y los transformó en anunciadores de las grandezas de Dios, que cada uno entendía en su propia lengua. Así, la confusión de las lenguas, como en Babel, queda superada, porque ahora reina la apertura a Dios y a los demás, y lleva al anuncio de la Palabra de Dios con un lenguaje que todos entienden, el lenguaje del amor que el Espíritu derrama en los corazones.
El Espíritu, además, infunde la valentía de anunciar la novedad del Evangelio con franqueza (parresía), en voz alta y en todo tiempo y lugar. Y esto, bien apoyados en la oración, sin la cual toda acción queda vacía y el anunciar carece de alma, pues no está animado por el Espíritu.
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a los venidos de España, Argentina, Chile, Ecuador, Guatemala, México, Perú y otros países latinoamericanos. Que todos nos dejemos guiar por el Espíritu Santo, para ser verdaderos discípulos y misioneros de Cristo en la Iglesia. Muchas gracias.
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