El superior general de la Compañía de Jesús visita mañana Asturias
«Si los jesuitas perdemos capacidad de reflexión, nuestro servicio se empobrecerá día a día», declaró ayer el superior general de la Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás Pachón, quien ha iniciado una gira por varias regiones españolas que mañana, miércoles, le traerá a Asturias. En una entrevista institucional difundida por la propia Compañía, Nicolás reconoce que fue «una sorpresa inesperada» la reciente elección como Papa del jesuita Jorge Mario Bergoglio. «Decíamos que un Papa nunca será jesuita porque nunca lo había sido», agrega el general de la Compañía, al tiempo que evoca cómo «en el primer encuentro con el Papa le hice un ofrecimiento de todos nuestros recursos, sobre todo humanos, intelectuales y de consulta», ya que «un Papa se encuentra de repente con todo el mundo como responsabilidad, y por muy inteligente y bien preparado que esté, no está preparado para eso».
Sobre los gestos del nuevo Papa, Adolfo Nicolás ha comentado que «una cuestión que todos los jesuitas del mundo están mirando con atención es qué hace la espiritualidad de San Ignacio en un Papa». El general de la Compañía anticipó una parte de la respuesta en tanto que «se están viendo ya signos», por ejemplo «un desapego de las cosas que se ve en algunas afirmaciones del Papa», como cuando dijo «que el pastor tiene que oler como las ovejas, una gran imagen para hablar del sentido pastoral». En el mismo terreno del desapego, Nicolás también rememoró cuando Francisco pidió a los sacerdotes: «Preparad bien las liturgias, pero, por favor, no os apeguéis a los trapos».
No obstante, la pregunta ahora es «¿cómo va poder vivir eso el Papa dentro de una institución con una tradición tan larga y seria como es la Iglesia?». Ello es algo que «los jesuitas tenemos mucho interés por ver», expuso Adolfo Nicolás a la vez que reconocía en Francisco a «un hombre muy preparado y muy familiarizado con la espiritualidad jesuítica».
En cuanto al fuerte descenso del número de jesuitas en todo el mundo (eran unos 36.000 en los años sesenta del siglo XX, pero hoy rondan los 17.300), Nicolás explicó que «los números se han reducido, pero los trabajos no, que más bien han aumentado, porque va habiendo más y más jesuitas con tres y cuatro trabajos»; los hijos de San Ignacio de Loyola «dan de sí todo lo que pueden porque están bien preparados y a veces es gente inteligente». Sin embargo, «éste no es el camino de la profundidad y de la paz que acompaña a un trabajo profundo». En consecuencia, el general de los jesuitas aseguró que la clave está «en el silencio y el discernimiento, cosas que son muy ignacianas, porque para San Ignacio el examen de conciencia era incluso una práctica más importante que la oración». Dentro de dicho examen «está la capacidad de reflexión, que es la que nos empuja a tomar decisiones más allá de estar ocupado o no estar ocupado, decisiones sobre si vale la pena estar tan ocupado».
De los 17.298 jesuitas repartidos por 110 países del mundo, 1.239 trabajan en España. De ellos, 36 lo hacen en Asturias.
La Nueva España
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