Tuesday, January 07, 2014

"Que se permita a los divorciados vueltos a casar recibir los sacramentos"


Alberto Torga responde al cuestionario del Papa para el Sínodo de la Familia


"No hay programas pastorales adecuados para afrontar esta realidad pastoral"


(Alberto Torga).- "Que, pese a su situación de divorciados y vueltos a casar civilmente, se les permita contraer un nuevo matrimonio canónico o al menos recibir los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía". Esta es una de las peticiones que lleva a cabo Alberto Torga en su respuesta al cuestionario del Papa para el Sínodo de Obispos sobre la Familia. Éstas son sus respuestas:

1º).-Sobre la difusión de la Sagrada Escritura y del Magisterio de la Iglesia sobre la familia:
a).- Cuál es el conocimiento real de las enseñanzas de la Biblia, de la (constitución pastoral) "Gaudium et Spes", de la (exhortación apostólica) "Familiaris consortio" y de otros documentos del magisterio postconciliar (Vaticano II) sobre el valor de la familia según la Iglesia Católica?
¿Cual es la formación de nuestros fieles para la vida familiar según las enseñanzas de la Iglesia?

Muy escaso tanto el conocimiento como la formación Las personas mayores tuvieron más conocimiento y formación de esas enseñanzas, pero las personas menores de 40 años apenas las conocen.
b).-Allí donde la enseñanza de la Iglesia es conocida, ¿es aceptada integralmente?
Resueltamente no. Actualmente se da prácticamente una ruptura entre las enseñanzas de la Iglesia y el sentir mayoritario de los creyentes.
¿Hay dificultades para ponerla en práctica? ¿Cuáles?
Muchas. No se acepta la prohibición de los medios artificiales para evitar la procreación. Tambien resulta muy duro que un cristiano que ha fracasado en el matrimonio no pueda volver a contraer un nuevo matrimonio. Para las parejas de novios con proyecto de futuro resulta incomprensible la prohibición de las relaciones pre-matrimoniales, especialmente en un tiempo en que, dada la crisis económica, tienen que retrasar su matrimonio hasta más allá de los 30 años para solucionar su futuro.
c).-¿Cómo es difundida la enseñanza de la Iglesia en el contexto de los programas pastorales en el ámbito nacional, diocesano, parroquial?
No suelen darse programas pastorales, más que, de vez en cuando, la pastoral de algún obispo
¿Qué catequesis se hace sobre la familia?
Únicamente en los cursillos pre-matrimoniales.
d).-¿En qué medida,- concretamente sobre qué aspectos-, tal enseñanza es realmente conocida, aceptada, rechazada y/o criticada en ambientes extra-eclesiales?
En ambientes extra-eclesiales,- miembros de otras religiones, agnósticos, ateos, partidos de izquierda-, es bastantes desconocida, pero a la vez rechazada y criticada.
¿Cuáles son los factores culturales que obstaculizan la plena recepción de la enseñanza de la Iglesia sobre la familia?
Desde el Mayo frances de 1968 se ha producido un cambio, una liberalización, un desmadre en todo lo referente a la familia, el matrimonio, la procreación y la sexualidad.
Otro factor ha sido el alejamiento progresivo de la Iglesia de muchos bautizados, al no encontrar en ella mucha acogida.
2º).-Sobre el matrimonio de acuerdo con la ley natural:
a).-¿Qué lugar ocupa el concepto de ley natural en la cultura civil, tanto en el ámbito institucional, educativo y académico, como en el ámbito popular?
El concepto de "ley natural" ha desaparecido prácticamente del lenguaje de la mayoría de los intelectuales,- pensadores y científicos-, e incluso de muchos creyentes.
¿Qué ópticas antropológicas se sobreentienden en este debate sobre el fundamento natural de la familia?
La óptica antropológica ha ido cambiando, al cambiar el concepto de familia: clan familiar, familia patriarcal, familia nuclear, familia monoparental, familia sin hijos, familia con hijos de diversos padres, familia formada por personas del mismo sexo...
b).-El concepto de la ley natural con relación a la unión del hombre y la mujer, ¿es comúnmente aceptado como tal por parte de los bautizados en general?
La mayoría de los bautizados en España ignora el lenguaje que habla de la ley natural.Ven como normal el matrimonio, pero también el divorcio, como salida para los matrimonios que fracasan.
c).-¿Cómo es contestada en la práctica y en la teoría la ley natural sobre la unión entre hombre y mujer en vistas a la formación de una familia?
Hoy en día no se ve como algo evidente que un matrimonio tenga que ser para siempre: durará mientras dure el amor.
¿Cómo es propuesta y profundizada en los organismos civiles y eclesiales?
En los organismos civiles se acepta el matrimonio entre personas del mismo sexo y el divorcio de un matrimonio con excesiva facilidad: "divorcio expreso"
En los organismos eclesiales se insiste que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer para siempre.
d).-En el caso de que pidan el matrimonio los bautizados no practicantes o quienes se declaran no creyentes, ¿cómo afrontar los desafíos pastorales que se derivan de ello?
Tanto los cursillos pre-matrimoniales como los encuentros con el sacerdote para preparar la celebración brindan la oportunidad de plantearles la coherencia necesaria en la vida y revisar con ellos las exigencias de la fe cristiana y de un matrimonio religioso.
Cuando se trata de parejas en las que ambos se manifiestan no creyentes, sería conveniente hacerles ver que el matrimonio cristiano es un sacramento, es decir, una práctica que exige fe.
En el caso de que,- pese a su manifiesta increencia-, insistan en tener la ceremonia religiosa para complacer a los padres o "porque es una ceremonia más brillante" habría de desaconsejarles la celebración religiosa del matrimonio.
3º.-La pastoral de la familia en el contexto de la evangelización:
a).-¿Cuáles son las experiencias surgidas en los últimos decenios en orden a la preparación al matrimonio?
Los cursillos pre-matrimoniales antes de casarse, dificultados a veces por los horarios divergentes y por el poco tiempo libre que dejan a muchos sus agotadores horarios laborales.
¿De qué manera se ha intentado estimular el deber de evangelización de los esposos y de la familia?
En los equipos de matrimonios se ha intentado que ambos consortes, como cristianos, asuman las responsabilidades de la pareja de cara a si mismos, a los hijos y a la sociedad.
¿De qué manera promocionar la conciencia de la familia como "Iglesia doméstica"?
Hay que insistir mucho en que la familia,- la pareja y los hijos-, rece junta: antes de comer, antes de acostarse. Pero los horarios y las muchas ocupaciones,-laborales, escolares y extra-escolares-, dificultan el encuentro de la familia para orar juntos a Dios.
Antes se rezaba el rosario en muchas familias. Hoy esta práctica resulta monótona para las nuevas generaciones.
El hecho de que ambos padres participen todos los domingos en la Eucaristía, acompañados de sus hijos, es la mejor manera de trasmitirles la buena noticia de Jesús. Luego los hijos, aunque dejen de acompañarlos en la adolescencia y juventud, siempre tendrán esa referencia.
b).-¿Se ha conseguido proponer estilos de plegaria en familia que consigan resistir a la complejidad de la vida y cultura actuales?
Se han propuesto estilos de plegaria en familia,- como que los niños, al aprender a rezar, lo hagan ellos delante antes de las comidas-, pero en los días laborales resulta difícil, pues no suelen coincidir ambos padres con los hijos a las horas de comer. Podría ser el domingo, pero entonces hay a veces concurrencia con otras actividades o la familia se desplaza a casa de los abuelos o de otros familiares.
c).-En la crisis actual entre generaciones, ¿cómo las familias cristianas han sabido realizar la propia vocación de transmisión de la fe?
Antes los padres mantenían su influencia sobre los hijos hasta edades muy tardías, pero hoy, en cuento los hijos llegan a la adolescencia, empiezan a "volar" por su cuenta. No obstante, el gran valor en la transmisión de la fe sigue siendo el ejemplo de los padres. Pero muchas veces falla uno de ellos y en otras ocasiones, ambos con excesiva frecuencia, por lo que los hijos no tienen puntos de referencia fiables.
d).-¿En qué manera las iglesias locales y los movimientos de espiritualidad familiar han sabido crear caminos ejemplares?
Las iglesias locales que he conocido no han sido capaces de presentar nuevos caminos ejemplares para la transmisión de la fe.
En cuanto a los movimientos de espiritualidad familiar, he oído hablar de ellos, pero desconozco sus programas, exceptuados los grupos o equipos de matrimonios o la "escuela de padres".
e).-¿Cuál es la aportación específica que parejas y familias han conseguido dar respecto a la difusión de una visión integral de la pareja y de la familia cristiana que sea actualmente creíble?
El movimiento "neocatecumenal" (los "Kikos") y el Opus Dei han proyectado un modelo de familia basada en tener muchos hijos, que choca con la realidad social y cultural actual, por lo que difícilmente resulta creíble para la mayoría de las personas.
f).-¿Qué atención pastoral ha manifestado la Iglesia para apoyar el camino de las parejas en la formación y de las parejas en crisis?
Para apoyar el camino de las parejas en formación, los cursillos pre-matrimoniales.
Para apoyar el camino de las parejas en crisis, la atención del sacerdote en algunos casos y en otros, la de un psicólogo.
4º).-Sobre la pastoral para afrontar algunas situaciones matrimoniales difíciles:
a).-La convivencia "ad experimentum" (experimental), ¿es una realidad pastoral de relieve en la iglesia particular (local)?
Sí. Actualmente los jóvenes, al emparejarse, suelen irse a vivir juntos sin haber contraído matrimonio canónico ni civil y en muchos casos sin perspectivas de contraerlo.
¿En qué porcentaje se podría estimar numéricamente?
Un 50% de los jóvenes mayores de 20 años, si al menos uno de ellos trabaja.
b).-¿Existen uniones libres de hecho, sin reconocimiento ni religioso ni civil?
Además de los jóvenes a los que ya me he referido en el número anterior, hay muchos adultos que al divorciarse o separarse buscan una nueva pareja,- soltera, divorciada o separada-, con la que conviven sin volver a contraer matrimonio ni en forma canónica ni civil.
¿Hay datos estadísticos fiables? No, pero crece el número.
c).-Los separados y divorciados que se vuelven a casar, ¿son una realidad pastoral relevante en la Iglesia particular?
Es una realidad pastoral relevante que tiende a crecer
¿En qué porcentaje se podría estimar numéricamente?
El 80% de los divorciados o separados se juntan sin casar a una nueva pareja o contraen matrimonio civil.
¿Cómo se afronta esta realidad a través de programas pastorales adecuados?
A).-No hay programas pastorales adecuados para afrontar esta realidad pastoral.
B).-En Alemania conocí el intento de los obispos del Alto Rhin para afrontar esta realidad pastoral, pero fueron desautorizados por el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Josef Ratzinger.
En 1993 los obispos del Alto Rhin,- Oskar Saier (Freibug), Karl Lehman (Main) y Walter Kasper (Rotenburg-Stuttgart)-, partiendo del hecho de que un tercio de los matrimonios de entonces acaba en divorcio, propusieron que no sería posible admitir de manera general a la Comunión a los divorciados vueltos a casar civilmente, pero podrían acceder a ella en determinados casos, en que, según su conciencia, se consideraran autorizados para ello, despues de haber hablado del tema con un sacerdote: cuando hubieran sido abandonados del todo injustamente, a pesar de haberse esforzado por salvar el anterior matrimonio; cuando estuvieran convencidos de la nulidad del anterior matrimonio, sin poder demostrarla en el foro externo; cuando ya hubieran recorrido un lago camino de reflexión y de penitencia, y cuando por motivos moralmente válidos no pudieran prescindir del segundo matrimonio.
Pero en 1994 la Congregación de la Doctrina de la Fe,- siendo prefecto de la misma el cardenal Josef Ratzinger-, declaró que la Iglesia no puede reconocer como válida esta segunda unión, si era válido el anterior matrimonio, por lo que, si los divorciados se han vuelto a casar civilmente, se encuentran en una situación que contradice objetivamente a la ley de Dios y por consiguiente no pueden acceder a la Comunión eucarística, mientras persista esa situación.
C).-En el Concilio Vaticano II, el 29 de septiembre de 1965, Elías Zoghby, vicario melquita para Egipto del patriarca Máximos IV, tuvo la valentía y la clarividencia de proponer que la Iglesia Católica revise la praxis de negar un segundo matrimonio al cónyuge no culpable de un adulterio:
"Existe un problema más angustioso aún que el de la limitación de la natalidad: el de el cónyuge inocente que, en la flor de la vida y sin tener ninguna culpa, se encuentra definitivamente solo por culpa del otro. Poco después de contraer un matrimonio que parecía feliz uno de los esposos,- por debilidad humana o con premeditación-, abandona el hogar conyugal y contrae una nueva unión. El cónyuge inocente va a buscar a su párroco o al obispo. No recibe más que una única respuesta: "No puedo hacer nada por ti; reza y resígnate a vivir solo y a aguardar la continencia durante el resto de tu vida". Esta solución supone una virtud heroica, una fe extraordinaria y un
temperamento poco frecuente; por tanto, no está hecha para todo el mundo.
El hombre y la mujer jóvenes que se habían casado, porque no se sentían llamados a guardar continencia perpetua, se ven así forzados muchas veces, para evitar convertirse en neurasténicos, a contraer una nueva unión ilegítima fuera de la Iglesia. Buena gente y católicos corrientes serán en adelante presa de los tormentos de su conciencia. Sólo son libres de escoger una de estas dos cosas: ¡transformarse de un día para el otro en seres excepcionales o bien marchitarse!
Sabemos perfectamente que esta solución de continencia perpetua no es ninguna solución para un cristiano normal y corriente. Dicho con otros palabras: sabemos que dejamos a estas jóvenes víctimas sin respuesta. Les pedimos que tengan confianza en la fe, ¡que obra milagros! Pero esta fe que obra milagros no ha sido dada a todo el mundo. Muchos de nosotros, obispos de la Iglesia, hemos de luchar y orar mucho para obtenerla...
La cuestión, pues, que estas personas angustiadas plantean hoy al Concilio es la siguiente: ¿Tiene la Iglesia derecho a responder a un fiel inocente,- sea cual fuere la naturaleza del problema que le tortura-, "arréglate como puedas, que no tengo solución para tu caso"? ¿O tal vez no puede la Iglesia ofrecer en estos casos algo distinto a una solución excepcional, que está hecha sólo para unos seres excepcionales? La Iglesia recibió de Cristo autoridad suficiente para procurar a todos sus hijos los medios de salvación adecuados a sus fuerzas, apoyados por la gracia divina. Jamás impuso Cristo el heroísmo o el estado de perfección so pena de perdición: "Si quieres ser perfecto, etc.", dice Cristo.
La Iglesia, por consiguiente, tiene autoridad suficiente para proteger al cónyuge. No parece normal que la continencia perpetua, que se acerca al estado de perfección, pueda imponerse obligatoriamente como castigo a un cónyuge inocente, porque el otro cónyuge lo haya traicionado. Las iglesias orientales separadas de Roma siempre han sido conscientes de tener esta autoridad y siempre la han ejercido a favor del cónyuge inocente. Ciertamente la ley positiva de Cristo ha convertido el lazo matrimonial en indisoluble, pero, como indica el Evangelio de San Mateo (5, 32 y 19, 6), "salvo en caso de adulterio". Corresponde a la Iglesia juzgar el significado de este inciso: si bien la Iglesia de Roma lo ha interpretado siempre en sentido restrictivo, no ha sido así en Oriente, donde la Iglesia, desde los primeros siglos, lo interpretó a favor del posible nuevo matrimonio del cónyuge inocente.
Es cierto que el concilio de Trento, en su sesión número veinticuatro (canon 7, De matrimonio), sancionó la interpretación restrictiva romana. Pero se sabe que la formula adoptada por este concilio en este canon fue retocada expresamente, de manera que no excluyera la tradición oriental, que seguía una práctica contraria a la de la Iglesia de Roma. El mérito corresponde a los teólogos de Venecia, que conocían a fondo la tradición griega, basada en la interpretación de los padres griegos e incluso de algunos padres occidentales, como San Ambrosio de Milán.
Sabemos de los esfuerzos hechos por los padres de la Iglesia de Oriente para disuadir a los viudos y las viudas de contraer segundas nupcias, siguiendo con ello el consejo del apóstol; pero jamás han querido privar al cónyuge inocente, injustamente abandonado, del derecho a volver a casarse.
Esta tradición conservada en Oriente y en absoluto reprobada en diez siglos de uniones, podría ser reconsiderada y adoptada ahora por los católicos. El progreso de los estudios patrísticos, en efecto, ha puesto de relieve la doctrina de los padres orientales, que no eran exegetas menos calificados ni moralistas menos competentes que los de Occidente.
La preocupación pastoral por los esposos probados se ha manifestado de otra manera entre los canonistas occidentales. Mediante una casuística sutil, que a veces linda con la acrobacia, se han dedicado a descubrir todos los impedimentos capaces de viciar el contrato de matrimonio. Desde luego, lo han hecho impulsados por una preocupación pastoral, pero a veces han acarreado cierto perjuicio para las almas. Se da el caso, por ejemplo, de que, después de diez o veinte años de matrimonio se descubren unos impedimentos de afinidades hasta entonces jamás sospechados, que permiten resolverlo todo como por encanto. Los juristas encuentran esto natural y normal, pero nosotros, pastores, hemos de reconocer que, a veces, nuestros fieles se quedan estupefactos y escandalizados.
La tradición de los padres orientales mencionada más arriba, ¿no es tal vez más apta que estos impedimentos de matrimonio, para ejercer la misericordia divina frente a esposos cristianos? Indudablemente aquí no se puede proceder a la ligera. Los abusos siempre son posibles.
Que pueda la Iglesia Católica, en estos tiempos de ecumenismo y de diálogo,reconocer la tradición y la moral de la Iglesia de Oriente, y que puedan los teólogos dedicarse al estudio de estos problemas, para aportar un remedio a la angustia de los esposos inocentes, definitivamente abandonados por su cónyuge, y para salvarles del grave peligro que corren sus almas".
Esta valiente exposición de Elías Zoghby, vicario patriarcal para Egipto de Máximos IV, levantó un enorme revuelo, hasta el punto de que el 4 de octubre realizó la siguiente matización:
"Mi intervención del 29 de septiembre tenía un objetivo estrictamente pastoral: el de buscar una solución al problema angustioso de tantas personas jóvenes,- hombres y mujeres-, casados y condenados a vivir solos en una continencia forzada, sin que ellos tengan culpa.
He afirmado inequívocamente el principio inmutable de la indisolubilidad del matrimonio y he evitado expresamente emplear la palabra "divorcio", porque, en la tradición católica, esta palabra significa una infracción de este principio.
Esta indisolubilidad está anclada de tal modo en la tradición de la Iglesia de Oriente y de Occidente, tanto Ortodoxa como Católica, que no podía ser puesta en tela de juicio en una intervención conciliar. En efecto, la tradición ortodoxa misma ha considerado siempre el matrimonio como indisoluble, tan indisoluble como la unión de Cristo con la Iglesia, su esposa; unión que sigue siendo el tipo ejemplar de la monogamia sacramental de los cristianos. En la teología el divorcio no es sino una dispensa concedida al cónyuge inocente en casos muy definidos, en virtud de lo que los ortodoxos llaman el "principio de economía", término que significa "dispensa" o "condescendencia". Esta dispensa no excluye el principio de la indisolubilidad del matrimonio; al contrario, está puesta a su servicio, del mismo modo que las dispensas de matrimonios válidos, concedidas por la Iglesia católica en
virtud del "privilegio petrino "1.
He considerado la eventual posibilidad de añadir a los motivos de dispensa, ya admitidos por la Iglesia Católica, el de la simple fornicación y el del abandono definitivo de un cónyuge por parte de otro. En lo que se refiere a la oportunidad de admitir este nuevo motivo de dispensa, análogo a aquellos ya introducidos en virtud del "privilegio petrino", es la Iglesia la que ha de decir la última palabra...
No se trata de una proposición a la ligera, puesto que se apoya en la autoridad indiscutible de santos padres y de santos doctores de las iglesias de Oriente, a quienes no se puede acusar, sin temeridad, de haber cedido a consideraciones políticas o humanas".
d).-En todos estos casos, ¿cómo viven los bautizados sus irregularidades? ¿Son conscientes de ellas? ¿Manifiestan simplemente indiferencia? ¿Se sienten marginados y viven con sufrimiento la imposibilidad de recibir los sacramentos?
Algunos son conscientes de ellas, se sienten marginados y viven con sufrimiento la imposibilidad de recibir los sacramentos.
Otros se sintieron marginados y vivían con sufrimiento la imposibilidad de recibir los sacramentos, pero acabaron acercándose a la Comunión.
Pero la mayoría de los que se han vuelto a casar "pasan" olímpicamente del problema: no suelen frecuentar la Eucaristía y cuando acuden esporádicamente,- por ejemplo en la primera Comunión de un hijo-, no tienen inconveniente en acercarse a comulgar.
e).-¿Cuáles son las peticiones que las personas divorciadas y vueltas a casar dirigen a la Iglesia respecto a los sacramentos de la Eucaristía y de la Reconciliación?
Que, pese a su situación de divorciados y vueltos a casar civilmente, se les permita contraer un nuevo matrimonio canónico o al menos recibir los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.
Entre las personas que se encuentran en esta situación, ¿Cuántas piden estos sacramentos?
Un 30% piden la posibilidad de poder contraer un nuevo matrimonio canónico y entre un 15% o un 20%, que al menos se les permita recibir los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía. El resto "pasan" olímpicamente del tema.

f).-¿La simplificación de la praxis canónica, respecto al reconocimiento de la declaración de anulación del vínculo matrimonial podría ofrecer una real contribución positiva para la solución de los problemas de las personas implicadas? 
Rotundamente sí.
En caso afirmativo, ¿de qué manera?
No se verían marginados, sino que se sentirían plenamente integrados en la comunidad cristiana, podrían recibir los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía, y estarían dispuestos a comprometerse en la comunidad como catequistas, como miembros del consejo pastoral o como responsables de otra actividad que se les proponga.
g).-¿Existe una pastoral para acercarse a estos casos? ¿Cómo se desarrolla tal actividad pastoral? ¿Existen programas sobre ello en el ámbito nacional y diocesano?
Lamentablemente, ni en el ámbito parroquial ni diocesano ni nacional hay programas o planes pastorales para acercarse a estos casos.
¿Cómo se anuncia a separados y divorciados vueltos a casar la misericordia de Dios y cómo se concreta el sostén de la Iglesia en su camino de fe?
No se les anuncia la misericordia de Dios de ninguna manera y no hay sostén de la Iglesia para su camino de fe, pues se les trata como si no existieran.
NOTA:
En este campo hay una carencia en la Iglesia. Habría que eliminar las trabas canónicas para que quienes fracasaron en su matrimonio puedan rehacer su vida con otro amor y no impedirles compartir la Comunión, de la que Jesús no excluyó a nadie. Resulta trágico que la Iglesia añada más dolor a su dolor, pues la separación y el divorcio son una tragedia.
El amor es la base del sacramento del matrimonio, por lo que, cuando se acaba el amor, la relación entra esa pareja ya no es signo de la relación de Cristo con la Iglesia: es decir, ya no hay sacramento.
5º).-Sobre las uniones de personas del mismo sexo:
a).-Existe en vuestro país una ley que reconozca las uniones de personas del mismo sexo equiparadas de alguna manera al matrimonio?


b).-¿Cuál es la actitud de las iglesias particulares y locales frente al Estado Civil promotor de uniones civiles entre personas del mismo sexo, como frente a las personas implicadas en este tipo de unión?

Tanto las iglesias particulares como las locales están enfrentadas al Estado Civil promotor de uniones civiles del mismo sexo. Otra cosa sería si el Estado Civil otorgara a las parejas del mismo sexo un reconocimiento que llevara diversos derechos equiparables a los de los matrimonios en el terreno de la herencia y de las pensiones, pero sin que los declare matrimonio y sin que tengan derecho esas parejas a adoptar niños.
La actitud de las iglesias particulares y locales frente a las personas implicadas en este tipo de unión suele ser distante y de poca comprensión. Algunas iglesias particulares (la City-Pastorat de Nürnberg) han organizado a veces una especie de bendición para esas parejas, sin que suponga una equiparación al matrimonio.
c).-¿Qué atención pastoral es posible tener hacia las personas que han elegido vivir según este tipo de uniones?
Lo primero de todo sería acercarse a esas parejas, pedirles perdón por el desprecio de los estamentos de la Iglesia sobre las mismas a lo largo de la historia y tratar de restaurar una relación personal con ellas. Después de este paso previo, podría pensarse, de acuerdo con ellas, en otros pasos concretos que respondan a sus deseos.
d).-En el caso de uniones de personas del mismo sexo que hayan adoptado a niños, ¿cómo comportarse en vistas de la transmisión de la fe?
Habría que invitarles, al igual que a las parejas heterosexuales, a que sus hijos frecuenten la catequesis y se preparen para los sacramentos de iniciación
6º).-Sobre al educación de los hijos en el sino de situaciones matrimoniales irregulares:
a).-¿Cuál es en estos casos la proporción estimada de niños y adolescentes con relación a los niños nacidos y crecidos en familias regularmente constituidas?
Según el Instituto Nacional de Estadística, va progresivamente en aumento en número de hijos de madre no casada: en 2006 eran hijos de madre no casada el 28,3% de los niños nacidos en España; en 2007, el 30,2%; en 2008, el 33,15%; en 2009, el 34,4% y en 2010, el 35,5% (algo más de 1/3) de los 485.252 niños nacidos en España.
Las cifran varían atendiendo a la nacionalidad de las madres: entre las españolas en 2010 eran el 34,4% los niños nacidos de madre soltera, mientras que entre las extranjeras el número de hijos de madre soltera se elevaba en España al 39,9%.
Otro tipo de estadísticas sobre la proporción de niños nacidos y crecidos en familias no regularmente constituidas, las desconozco.
b).-¿Con qué actitud los padres se dirigen a la Iglesia? ¿Qué solicitan? ¿Sólo los sacramentos o también la catequesis y la enseñanza en general de la religión?
Los padres de familias no regularmente constituidas que se dirigen a la Iglesia, lo que suelen solicitar para sus hijos son los sacramentos de iniciación,- Bautismo, Eucaristía y Reconciliación, y más raramente Confirmación-, sin excluir la catequesis previa.
Pero crece el número de padres que ya no bautizan a sus hijos, sobre todo entre esas familias.
c).-¿De qué manera las iglesias particulares se acercan a la necesidad de los padres de estos niños para ofrecer una educación cristiana a los propios hijos?
No las excluyen de una convocatoria general, pero no suelen hacer un esfuerzo especial por acercarse a las mismas
d).-¿Cómo se desarrolla la práctica sacramental en estos casos: la preparación, la administración del sacramento y el acompañamiento?
Como con los otros niños: la preparación y la administración del sacramento suele realizarse con esmero, pero falla el acompañamiento posterior, sobre todo si los padres no acompañan, como ocurre en la mayoría de los padres de estos niños.
7º).-Sobre la apertura de los esposos a la vida:
a).-Cuál es el conocimiento real que los cristianos tienen de la doctrina de la (encíclica) "Humanae vitae" sobre la paternidad responsable?
Las parejas menores de 50 años desconocen, en general, la encíclica "Humanae vitae" sobre la paternidad responsable
En general saben que deberían estar abiertos a la vida en sus relaciones íntimas, pero no se sienten capaces de tener más que un hijo o a lo sumo dos, salvo casos excepcionales.
Cuando se publicó esta encíclica el 25 de julio de 1968, el papa Pablo VI, desoyendo el parecer de la mayoría de miembros de la comisión teológica que había convocado Juan XXIII y apoyándose en el grupo minoritario de la misma condenó la utilización de los medios artificiales para la regulación de los nacimientos.
Fueron muchos los teólogos americanos y europeos de primera linera,- entre ellos Karl Rahner-, que se opusieron a su contenido
¿Qué conciencia hay de la evaluación moral de los distintos métodos de regulación de los nacimientos?
En general saben que los métodos artificiales para evitar la procreación están, al menos,mal vistos por la moral de la Iglesia, pero "pasan" de esa prohibición, que les parece incomprensible.
¿Qué profundizaciones se podrían sugerir sobre ello desde el punto de vista pastoral?
Es muy difícil presentar sugerencias en este tema, sobre cuya vigencia tengo muchas dudas. Un gran y santo obispo me orientó en el sentido de que en un matrimonio lo más importante es el amor, por lo que todo lo que favorece el amor y la buena relación de la pareja es bueno.
b).-¿La doctrina moral es aceptada?
La mayoría de la gente que frecuenta nuestras parroquias tiene claro que el aborto es reprobable. Para gente más alejada de la Iglesia no les inquieta demasiado.
En cuanto a los métodos artificiales de control de nacimientos saben que la Iglesia no los acepta, pero los utilizan porque no ven otra salida.
¿Cuáles son los aspectos más problemáticos que hacen difícil su aceptación en la mayoría de las parejas?
Como ya indiqué, los métodos artificiales del control de nacimientos son los aspectos más problemáticos para la mayoría de las parejas.
c).-Qué métodos naturales se promueven por parte de las Iglesias particulares para ayudar a los cónyuges a poner en práctica al doctrina de la "Humanae vitae"?
El Ogino-Knaus y el de la temperatura basal
d).-¿Qué experiencia hay sobre esta cuestión en la praxis del sacramento de la penitencia y en la participación en la Eucaristía?
Ni de lejos me permito hablar de nada relacionado con la praxis del sacramento del Perdón
e).-¿Qué contrastes se evidencian entre la doctrina de la Iglesia y la educación civil a este respecto?
La educación civil admito todo tipo de de métodos artificiales para la regulación de la natalidad, mientras que la doctrina de la Iglesia solo acepta los métodos naturales
f).-¿Cómo promover una mentalidad mayormente abierta a la natalidad? ¿Cómo favorecer el aumento de los nacimientos?
Habría que motivar a los gobiernos para que favorecieran la vida familiar. España es unos de los países de la Europa de los 27 que menos favorece a la familia. 
Francia, que hace 50 años, era el país de Europa con menor cuota de nacimientos por mujer, está hoy casi a la cabeza, porque sus gobiernos se han comprometido a favorecer la natalidad, apoyando a las familias: es el país de Europa que mantiene el subsidio infantil más alto y a las madres se le reconocen periodos de bonificación para la pensión de vejez por cada hijo que dan a luz
Por otra parte habría que legislar convenientemente para poder conciliar la vida laboral con la vida familiar.
8º).-Sobre la relación entre la familia y la persona:
a).-Jesucristo revela el misterio y la vocación del hombre: ¿la familia es un lugar privilegiado para que este suceda?
Ciertamente: la familia es el mejor ejemplo de lo que significa la Paternidad de Dios y la vocación a ser nada menos que hijos de Dios.
b).-¿Cuáles situaciones críticas de la familia en el mundo actual pueden constituir un obstáculo para el encuentro de la persona con Cristo?
La falta de entendimiento entre los padres, que hacen vivir a los hijos en un infierno, y la ausencia de diálogo con los hijos, por falta de tiempo y de interés.
La crisis económica, que ha conducido a muchas familias a una vida precaria e incluso al desahucio.
c).-¿En qué medida las crisis de fe que pueden sufrir las personas inciden en su vida familiar?
Todo lo que afecta el desarrollo normal de la persona, para bien o para mal, tiene influencia sobre la vida familiar de esa persona para bien o para mal.
Cuando un miembro de una familia sufre una crisis de fe esa situación influye negativamente en su vida de familia.
Alberto Torga y Llamedo
Sacerdote jubilado de 80 años
Antiguo capellán de emigrantes españoles
en Zaandam (Holanda) y Nürnberg (Alemania)
RD

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