Carta de asociaciones contra el nombramiento de Barros
Denuncian el silencio de los obispos, del Nuncio y del propio obispo preconizado
(RyL).- Estimados hermanos Sacerdotes Diocesanos y Religiosos: "Yo soy el Buen Pastor; conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí" (Jn 10, 14) son las certeras palabras del Apóstol Juan que en estos duros y desoladores momentos que vivimos como Iglesia en Osorno queremos hacer nuestras en un grito desgarrado por nuestra perenne comunión con ella.
Ante la designación del quinto pastor diocesano, como Agentes Pastorales nos hemos sumado a las reflexiones a la que ustedes mismos nos han convocado y, tras un largo proceso de discernimiento hemos decidido dejar de preocuparnos para ocuparnos de este nombramiento que a pesar de casi dos meses de revelada, sigue siendo noticia y sigue generando conmoción en nosotros. Nos apropiamos de sus propias palabras "como comunidad de fe tenemos el anhelo y legítimo derecho que nos pastoree un obispo íntegro, testigo de la verdad, con principios morales impecables, siéndonos un ejemplo de vida".
Nos angustia las consecuencias pastorales que alguien carente de autoridad moral frente a nosotros, a ustedes y a la sociedad civil tenga el báculo episcopal y use la cátedra que correspondió al siempre Venerable, Mons. Francisco Valdés y a sus sucesores. Nos desanima que parte de la jerarquía de NUESTRA Iglesia nos vulnere el legítimo derecho a ser conducidos por un obispo de irreprochable conducta moral a los sesenta años de nuestra diócesis que queremos celebrar en Noviembre próximo.
Como personas que amamos la Iglesia a la que ustedes se consagraron por representar el auténtico mensaje del Evangelio, sostenemos que el silencio de sus hermanos obispos, del nuncio apostólico y del sr. Juan Barros en particular, no se debe ya el desconcierto que este nombramiento causó, sino a una lógica de no querer escuchar a su pueblo que gime por un pastor lleno del amor de Dios.
Para leer la carta completa, pinche aquí
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