LA VIDA NO SE CONSTRUYE POR ACUMULACIONES SINO POR CALIDAD. Por calidad de vivencias, por calidad de memorias, por calidad vde momentos y en ese sentido aprender a disfrutarlos, precisamente porque son escasos, le da un significado mucho mayor...
Uno de los consejos que da Ignacio de Loyola al que va a empezar los Ejercicios es, ojo, "no el mucho saber harta y satisface el alma sino el sentir y gustar de las cosas internamente". Bueno, en el fondo, es una invitación, yo creo, al ir a lo profundo y no a la acumulación de cosas, de vivencias, de experiencias, de lo que sea. Y ésto que él lo plantea en el contexto de los Ejercicios pero ciertamente es contemporánea y se puede aplicar a muchísimas dimensiones de la vida. Probablemente es tan contemporáneo porque hoy vivimos en una sociedad que nos excita y nos estimula para vivir todo, experimentar todo. Estar constantemente cambiando de cosas en la búsqueda de más, más, más y más, en una especie de "y ahora que", es como una especie de hambre de emociones y vivencias que probablemente encontraremos una respuesta distinta si fuéramos capaces de no responder a eso por acumulación, por la suma de cosas, sino que fuéramos capaces de educarnos para ir al fondo y para disfrutar, y para entender, y para evaluar las cosas, pero para eso, claro hay que dedicarle tiempo...
En este mundo de constante invitación al exceso, a la acumulación, a la novedad y la suma de experiencias, la invitación ignaciana "No el mucho saber harta y satisface el alma, sino el sentir y gustar de las cosas internamente", se convierte en una proclama alternativa, que aquí se define como la propuesta de una austeridad vital, tan necesaria hoy en día.
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