Monday, August 28, 2017

Reflexionando sobre la lectura del día de hoy


La Palabra de Dios

Mateo 23:13-22
Jesús les dijo: “¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de Dios! ¡Vosotros no entráis ni dejáis entrar a los que lo intentan! ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que devoráis los bienes de las viudas, mientras hacéis largas oraciones para que os tengan por justos! ¡La sentencia para vosotros será más severa! ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para ganar un prosélito, y cuando lo conseguís, lo hacéis merecedor del fuego el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: Quien jura por el templo no se compromete, quien jura por el oro del templo queda comprometido!¡Necios y ciegos!, ¿qué es más importante? ¿El oro o el templo que consagra el oro? Decís: Quien jura por el altar no se compromete, quien jura por el don que hay sobre el altar queda comprometido. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante? ¿La ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Pues quien jura por el altar jura por él y por cuanto hay sobre él; y quien jura por el templo jura por él y por quien lo habita; y quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y por el que está sentado en él".


Escuchando La Palabra

Lee este texto lentamente, varias veces, y percibe si alguna palabra, o frase, se destaca de las demás, y quédate con ella por el tiempo que quieras, antes de seguir leyendo.
Este ejercicio es como probar un dulce. No trates de analizar la frase, tal como no se debe mascar un dulce para que dure más, o que tampoco examinarías en qué consiste el dulce antes de probarlo.
A menudo una frase atraerá la atención de nuestro subconsciente, antes de nuestra mente consciente se dé cuenta de la razón de esa atracción. Por eso es bueno quedar meditando esa frase lo más posible, sin tratar de analizarla.
Pueden aparecer muchas distracciones en mi mente; pero algunos pensamientos, lejos de ser distracciones, pueden convertirse en la sustancia de mi oración. Es como si la frase de la Escritura fuera una linterna, que ilumina la corriente de mis pensamientos, memorias, reflexiones, sueños, esperanzas, ambiciones y temores, y mi oración llega a ser una mezcla de la Palabra y de mis pensamientos y sensaciones profundas.

Reflexiones sobre la lectura de hoy

  • Jesús condena a los fariseos por hablar sobre lo que les es desconocido. Él se estaba refiriendo, por supuesto, a lo que estaba en sus corazones y no en sus mentes sabias. Habría mucho silencio si la gente hablara solo sobre lo que saben. Cuando se trata de la fe, mucha gente habla de lo que está en sus mentes. El trabajo silencioso de Dios en mi oración merece explicaciones y sugiere discreción, pero, ¿puedo ser testigo acerca del trabajo de Dios en mi corazón? No quiero ser como los fariseos cuando hablo de la fe dejando que hable mi cabeza. Medito en cómo Dios trabaja en mi ser profundo.

Conversación

Sin olvidar que sigo en la Presencia de Dios, imagino a Jesús mismo, de pie o sentado a mi lado. Le digo todo lo que está en mi mente, y en mi corazón, tal como se le habla al mejor amigo.

Conclusión

Gloria al Padre y al Hijo y al Espiritu Santo;
como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amen

De Espacio Sagrado

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