Los "pigmeos" aka, que viven en los bosques de la frontera entre Congo Brazzaville y la República Centroafricana, son un pueblo dedicado a la caza y la recolección. En 2005 fueron nombrados los mejores padres del mundo, por ser el pueblo del mundo que más tiempo dedica al cuidado de sus hijos.
Según “Fathers Direct”, un centro británico de información sobre paternidad, ningún padre pasa más tiempo con sus niños que el típico pigmeo aka. Como promedio, un papá aka tiene en sus brazos a su bebé el 47 por ciento del tiempo - casi tanto como las mamás aka- lo que supone actualmente el récord mundial.
El estudio incluyó 156 culturas de todo el mundo, demostrando el reducido papel del padre en la mayoría de los países. Solo en el 20 por ciento de las culturas estudiadas se promueven las relaciones cercanas de los hombres con los niños, y en el 5 por ciento con los bebés. Solamente algunos países del norte de Europa con altos estándares en igualdad de género, se aproximan a los padres aka. En Suecia, por ejemplo, un padre suele cuidar de su hijo el 45 por ciento del tiempo.
Un papá aka utiliza todas las oportunidades a su alcance para estar en estrecho contacto con su hijo. Suele llevar con él al bebé cuando van a beber vino de palma o durante otras actividades sociales y, según el informe, pueden sostener al bebé entre sus brazos durante varias horas, sin descanso. Los papás, con más frecuencia que las mamás, son a menudo también los que atienden del bebé cuando este se despierta por la noche.
La pregunta inevitable para la mayoría de los padres de todo el mundo es cómo puede un padre tranquilizar a un bebé, durante horas, cuando éste tiene hambre y quiere ser amamantado. “Los padres aka suelen incluso ofrecer su pecho a sus bebés cuando tienen hambre”, explica un sorprendido grupo de investigadores, un método perfectamente satisfactorio para calmarlos hasta que sean alimentados por la madre.
Evidentemente, tampoco un papá aka puede amamantar a su hijo, pero el pezón calma al bebé. Según el informe británico: "el pezón de un padre es perfectamente satisfactorio para calmar a un bebé y su llanto hasta que pueda ser alimentado".
Los investigadores, sin embargo, confiesan que la situación de que un padre ofrezca su pezón a un bebé hambriento "puede ser un gran desafío" para la mayoría de los hombres del resto del mundo. "Quizás se debería llevar a un grupo de papás europeos y sus bebés a Congo durante un par de semanas", propone uno de los investigadores. Esta tradición se podría convertir en un motivo de orgullo para Congo y África Central
Según “Fathers Direct”, un centro británico de información sobre paternidad, ningún padre pasa más tiempo con sus niños que el típico pigmeo aka. Como promedio, un papá aka tiene en sus brazos a su bebé el 47 por ciento del tiempo - casi tanto como las mamás aka- lo que supone actualmente el récord mundial.
El estudio incluyó 156 culturas de todo el mundo, demostrando el reducido papel del padre en la mayoría de los países. Solo en el 20 por ciento de las culturas estudiadas se promueven las relaciones cercanas de los hombres con los niños, y en el 5 por ciento con los bebés. Solamente algunos países del norte de Europa con altos estándares en igualdad de género, se aproximan a los padres aka. En Suecia, por ejemplo, un padre suele cuidar de su hijo el 45 por ciento del tiempo.
Un papá aka utiliza todas las oportunidades a su alcance para estar en estrecho contacto con su hijo. Suele llevar con él al bebé cuando van a beber vino de palma o durante otras actividades sociales y, según el informe, pueden sostener al bebé entre sus brazos durante varias horas, sin descanso. Los papás, con más frecuencia que las mamás, son a menudo también los que atienden del bebé cuando este se despierta por la noche.
La pregunta inevitable para la mayoría de los padres de todo el mundo es cómo puede un padre tranquilizar a un bebé, durante horas, cuando éste tiene hambre y quiere ser amamantado. “Los padres aka suelen incluso ofrecer su pecho a sus bebés cuando tienen hambre”, explica un sorprendido grupo de investigadores, un método perfectamente satisfactorio para calmarlos hasta que sean alimentados por la madre.
Evidentemente, tampoco un papá aka puede amamantar a su hijo, pero el pezón calma al bebé. Según el informe británico: "el pezón de un padre es perfectamente satisfactorio para calmar a un bebé y su llanto hasta que pueda ser alimentado".
Los investigadores, sin embargo, confiesan que la situación de que un padre ofrezca su pezón a un bebé hambriento "puede ser un gran desafío" para la mayoría de los hombres del resto del mundo. "Quizás se debería llevar a un grupo de papás europeos y sus bebés a Congo durante un par de semanas", propone uno de los investigadores. Esta tradición se podría convertir en un motivo de orgullo para Congo y África Central
Ampliando miras: RESPONSABILIDAD PATERNA
Ningún padre pasa más tiempo con sus niños que típico pigmeo aka, al que ahora se le ha concedido el título de ser "el mejor papá del mundo". ¡Enhorabuena!
¿Y en nuestro país? Un estudio de la Fundación La Caixa (2006) revela que en España, dos tercios de los padres opinan que en general, los padres hoy en día no dedican suficiente tiempo a sus hijos. El estudio señala que hoy abundan «los niños con la llave», esto es, los que cuando salen del colegio y vuelven a casa, no se encuentran a ningún padre que se haga cargo de su cuidado y atención.
Gesto para hoy:
Ningún padre pasa más tiempo con sus niños que típico pigmeo aka, al que ahora se le ha concedido el título de ser "el mejor papá del mundo". ¡Enhorabuena!
¿Y en nuestro país? Un estudio de la Fundación La Caixa (2006) revela que en España, dos tercios de los padres opinan que en general, los padres hoy en día no dedican suficiente tiempo a sus hijos. El estudio señala que hoy abundan «los niños con la llave», esto es, los que cuando salen del colegio y vuelven a casa, no se encuentran a ningún padre que se haga cargo de su cuidado y atención.
Gesto para hoy:
Aunque el lunes nunca es buen día, organízate para pasar la tarde con tus hijos. Si no tienes hijos tal vez puedas pasar la tarde con algún niño cuyo padre no lo pueda pasar con él.
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