Friday, February 29, 2008

Al iniciar el día, un momento para la oración


Marcos 12, 28-34
En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Qué mandamiento es el primero de todos?" Respondió Jesús: "El primero es: "Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser." El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." No hay mandamiento mayor que éstos." El escriba replicó: "Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios." Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: "No estás lejos del reino de Dios." Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

¿Puedes imaginar a tu corazón, tu alma, tu mente, tu fortaleza?
¿Quizás una visión de lo que siente tu corazón, o el color de tu alma, la profundidad de tu mente y la fuerza de tu cuerpo?
Imagina cada uno de ellos en tu oración, uno por uno; ofrécelos a Dios con tu amor.
Una parte de toda oración es traer todo tu ser, con amor, a Aquél que te está creando momento a momento, día a día, en amor.

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