Tras una semana de lluvias continuas a causa del ciclón Iván que ha causado grandes devastaciones como el desbordamiento de los ríos, la situación en Madagascar empieza a estabilizarse. Muchas de las zonas han tenido que ser evacuadas y sus habitantes han sido enviados a campamentos a la espera de que las aguas desciendan, se puede leer en la página web de la agencia misionera Misna.
Se registran hasta el momento 44 muertos y 145.000 personas han perdido sus hogares a causa del desastre natural. Pero el problema principal en esta zona no son los daños materiales sino el riesgo de epidemias y la destrucción de los cultivos, como el arroz.
Según publica el diario “Les Nouvelles”, en algunas zonas el ciclón ha devastado casi 10.600 hectáreas de cultivos. Muchas organizaciones humanitarias han comenzado ya a movilizarse. UNICEF, organismo de la ONU para la infancia, distribuye mantas y bienes de primera necesidad.
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