La cruz, ha dicho el Papa, aunque sea pesada, no es un sinónimo de desventura, de una desgracia que hay que evitar a todo coste, sino una oportunidad para seguir a Jesús y sacar la fuerza en la lucha contra el pecado y el mal.Entrar en la Cuaresma significa renovar la decisión personal y comunitaria de afrontar el mal junto a Cristo. La senda de la cruz es la única que conduce a la victoria del amor sobre el odio, de la lógica del compartir sobre el egoísmo, de la paz sobre la violencia.
Desde esta perspectiva, la Cuaresma es una ocasión de intenso esfuerzo ascético y espiritual basado en la gracia de Cristo. Benedicto XVI ha recordado que el inicio de la Cuaresma coincide con los 150 años de las apariciones de Lourdes, el 11 de febrero de 1858.
Precisamente el 11 de febrero es la fecha de la Jornada Mundial del Enfermo. En el Vaticano han iniciado ya los Ejercicios Espirituales para la Curia romana y el Papa que durarán toda la semana.
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