Este es un espacio para alimentar y vitalizar la dimensión espiritual y humana de las personas comprometidas con la construcción de una sociedad más humana, justa y solidaria. Todos somos peregrinos. "sal de tu tierra, de tu casa y vete a la tierra que yo te mostraré; haré de tí una gran nación y te bendeciré." (Gén. 12, 1 ss)
Saturday, July 02, 2011
Meditando con los santos y beatos del día: S. BERNARDINO REALINO
Hoy, 02 de Julio, la Iglesia se viste de fiesta para conmemorar el nacimiento para el cielo de SAN BERNARDINO REALINO, en el aniversario de su santa muerte ocurrida en un día como hoy de 1616 en Lecce, Italia. Nacido en 1530 en Capri, Modena, Italia, fue religioso sacerdote de la Compañía de Jesús. El Papa Pío XII en 1947 le proclamó Santo. Es patrono de Lecce.
Unidos pues a esta Iglesia y a cuantos hacen de su vida un aliento para los demás, brindemos nuestro vivo aplauso a San Bernardino Realino.
Meditación
"Seguí la carrera profesional de derecho. Me gradué de abogado y luego de médico. Desde el día de mi grado, miré al futuro con mucho optimismo. No sé. Me sentía seguro del triunfo. Un día, por casualidad, me encontré con un padre jesuita y éste me recomendó que... rezara el rosario! Cosa más extraña. Rezar el rosario. Jamás se me había pasado por la cabeza. Pero, lo hice. Y quién diría. el rosario cambió mí vida! Tenía por entonces 34 años de edad. Con no poca dificultad empecé a desprenderme de lo que tenía entre manos: era juez, alcalde, médico, procurador del Estado, comentador de obras literarias, tenía el aprecio de la gente. Y toqué las puertas de la Compañía de Jesús. Sentía que la Virgen me quería aquí. Pedí ser hermano coadjutor para poder desempeñar las tareas más humildes, pero los superiores me orientaron por el camino del sacerdocio. El día de mi ordenación yo estaba aterrado. Me sentía indigno. Yo no había tomado el hábito religioso para ser honrado como sacerdote. Pero al poco tiempo, me nombraron "maestro de novicios" y, poco después, rector del Colegio de Lecce. Vaya jugadas de la vida. Aquí pasé el resto de mi vida. Predicaba, confesaba, atendía a tanta gente. Muchos llegaban hasta mí escépticos, desanimados, con dudas. Y antes de que empezaran a hablar, les ayudaba a visualizar sus dificultades, a resolverlas, y ver su futuro con optimismo. Y así llegué hasta los 80 años. Y estando casi ciego, e inmovilizado por una caída que tuve, las autoridades vinieron a verme y me pidieron que tomara a la ciudad bajo mi protección. Vaya bromas de Dios a este viejo! Incluso, me enteré que muchos estaban pidiendo que ya se tramitase mi beatificación. Señor, qué bueno has sido conmigo!
De la Radio Vaticano
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