Thursday, August 18, 2011

“Hay muchos que, creyéndose dioses, desearían decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado”



Duro alegato de Benedicto XVI contra el aborto y la eutanasia en su primer encuentro con los jóvenes

Una marea de jóvenes acompaña al Papa en su primer encuentro con la JMJ


(Jesús Bastante). "Hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces y cimientos que ellos mismos, que desearían decidir por sí mismos lo que es verdad o no; lo que es bueno o malo; lo justo o lo injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias; dar en cada instante un paso al azar, sin rumbo fijo, dejándose llevar por el impulso de cada momento". Benedicto XVI lanzó esta tarde un duro alegato en contra del aborto y la eutanasia, sin citarlas expresamente, durante su primer baño de masas con los jóvenes de la JMJ.

En una abarrotada plaza de Cibeles (y de Alcalá, Gran Vía, Recoletos...), Ratzinger denunció las "tentaciones que siempre están al acecho", incidiendo en que "es importante no sucumbir a ellas porque, en realidad, conducen a algo tan evanescente como una existencia sin horizontes, una libertad sin Dios".

En la liturgia de la palabra, y en mitad del éxtasis de los "papaboys", Ratzinger criticó a "tantos que se contentan con seguir las corrientes de moda, se cobijan en el interés inmediato, olvidando la justicia verdadera, o se refugian en pareceres propios en vez de buscar la verdad sin adjetivos". "Queridos amigos: sed prudentes y sabios, edificad vuestras vidas sobre el cimiento firme que es Cristo. Esta sabiduría y prudencia guiará vuestros pasos, nada os hará temblar y en vuestro corazón reinará la paz", culminó el Santo Padre.

Desde la noche anterior (algunos jóvenes incluso llegaron a dormir a los pies del altar en Cibeles), ya eran muchos los que aguardaban este momento. A las siete de la tarde, Benedicto XVI salía de la Nunciatura, en un recorrido en el que se encontró a multitud de fieles. Pero lo más grande estaba al llegar: una miríada de jóvenes se agolpaban en Alcalá, Cibeles, Paseo del Prado, Recoletos y Gran Vía. "¡Este Papa, cómo mola, se merece una ola!", o "Esta es la juventud del Papa" eran los cánticos más escuchados. Todo ello pese al intenso calor, que provocó que el Samur tuviera que intervenir atendiendo lipotimias y mareos de más de medio millar de personas.

A las siete y media, el pontífice llegó a la Puerta de Alcalá, donde le esperaba el alcalde de la capital, Alberto Ruiz Gallardón, quien le hizo entrega de las llaves de oro de Madrid. Inmediatamente después, cincuenta jóvenes -diez por cada continente- cruzaban junto a Benedicto XVI los cinco arcos de la Puerta de Alcalá. En ese momento, le fue entregado un esqueje de un olivo, mientras los jóvenes agitaban grandes pañuelos de colores en cada uno de los arcos. Tras esto, seis caballos andaluces de Álvaro Domeq ejecutaron una exhibición ecuestre para el Pontífice, que los contempló encantado junto a Rouco Varela. Los dos con amplias sonrisas en los rostros.

El Papa volvió a subirse al papamóvil, y por expreso deseo del Pontífice, recorrió la calle de Alcalá y el Paseo de Recoletos para saludar al medio millón largo de jóvenes que no paraban de cantar, aplaudir y ondear sus banderas al paso de Benedicto XVI. Finalmente, y pese a que estaba previsto, la patrulla acrobática del Ejército del Aire no ejecutó sobre el cielo de Madrid las estelas de las banderas española y vaticana.

El Papa subió por una rampa al altar de Cibeles, y saludó efusivamente a los jóvenes, antes del discurso de bienvenida, pronunciado por el cardenal Rouco Varela, dándose inicio a una Liturgia de la palabra, donde se produjo el primer discurso de Benedicto XVI a los jóvenes de Madrid. A la juventud del Papa.

RD

1 comment:

sonia tolfo said...

Debe haber sido un encuentro emocionante, miles de jóvenes esperando el discurso del Papa!Un gran momento de la fe!