Voluntarios: «Por el placer de servir y por ver al Papa»

Más de 30.000 voluntarios de distintas nacionalidades han trabajado de sol a sol por el bienestar de los cientos de miles de personas que han participado en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y este domingo, cuando el evento toca a su fin en el aeródromo de Cuatro Vientos, desfilan visiblemente cansados pero con ganas aún de ayudar. Dicen que la fatiga no importa, lo compensa "el placer de servir" y de "poder ver al Papa".

21 Agosto 11 - Madrid - Ep
Los voluntarios todavía tienen un momento muy especial que vivir este domingo, cuando a las 17.30 horas, e el pabellón 9 de IFEMA, se encuentro con el Pontífice, antes de iniciar su viaje de regreso a Roma.


Mientras, Francois, un voluntario francés de la Liga Europea de Scouts Católicos, que llegó el pasado lunes a Madrid, ha defendido este trabajo para "conocer a la gente que está alrededor de Jesucristo". Durante estos días, se ha encargado de suministrar comida, hacer de guía y, este viernes, custodiaba uno de los pasillos de evacuación dispuestos en el aeródromo.


Cuando hace balance, piensa que lo "peor" de la JMJ ha sido la organización del voluntariado, ya que según dice, ha tenido que estar "preguntando todo el tiempo qué es lo que tenía que hacer". "Yo creo que éramos demasiados", ha dicho. En el lado bueno, destaca "sin duda" el ambiente, la gente y "haber conocido más del Papa Benedicto".


Gabriel y Alicia, de Meco (Madrid) llevaban meses ya trabajando cuando se pusieron el polo verde que identificaba a los voluntarios. En su parroquia, han acogido a 800 peregrinos de Brasil, Italia y Francia y, conforme reconocen, "eso conlleva mucho trabajo de organización". Además, ocuparse de los grupos tampoco les ha permitido vivir de forma muy intensa la Jornada Mundial, "más allá de asistir a algún acto, pero siempre haciendo otra cosa a la vez".
Con todo, Alicia habla por los dos para destacar que le llena sólo "la satisfacción de trabajar por la gente", el "saber que no estás solo, que hay más gente como tú" y "la paz y tranquilidad con que se ha desarrollado todo, aún habiendo tanta gente reunida".


María, de Barcelona, y Violeta, de El Puerto de Santa María (Cádiz), también han tenido este viernes tarea de organización. Sentadas en fila, separaban una zona de evacuación de un paso autorizado a los transeúntes en el aeródromo. Son estudiantes de ingeniería y arquitectura y, por eso, su labor se ha desarrollado esta semana en el Museo del Ferrocarril, donde han hecho de guía para los peregrinos.


¿Lo peor de la JMJ?. "El calor", contestan al unísono. Lo mejor, para ellas, también ha sido la gente. "Te paran cuando te ven y te dan las gracias por tu trabajo, te das cuenta de que lo valoran", han señalado, para incidir, además, en que "toda esta gente" que ha participado en la Misa conclusiva en el aeródromo "ha venido desde muy lejos y por una misma razón".

VOLUNTARIOS ANÓNIMOS
Sin el polo color verde, Jacques es uno de esos voluntarios que han viajado desde sus ciudades de origen trabajando ya con el grupo al que servían. No está en la estadística con los que prestan su servicio altruistamente, pero es quien coordina a un grupo que acompaña a personas con discapacidad. Tiene 19 años y viene de Tours, Francia, y acompaña, junto con otros tres compañeros a tres chicos con sindrome down.


De ellos, Gregorio tiene 23 años y es la primera vez que ha visto al Papa. A pesar de que no le ha gustado dormir en un sitio que no era su cama, dice que ahora esta mas cerca de Cristo y que se lo ha pasado muy bien. Javier,de 24, tambien tiene trisomia 21 y lo que mas le ha impactado de la JMJ es la llegada del Pontifice a Madrid, aunque apunta que se divirtio mucho bailando con el resto de jovenes catolicos en Cibeles. Este joven con discapacidad ha insistido tambien en que hay que rezar para que haya personas tan buenas como sus cuidadores,que les han traido hasta aqui.


Entre los pasillos entre parcela y parcela de peregrinos, otro tipo de voluntarias, americanas, en este caso, repartían pegatinas sobre la Madre Teresa de Calcuta con el siguiente mensaje:"El pais que acepte el aborto es mas pobre de entre los pobres".
Por otro lado, otros voluntarios franceses han estado repartiendo como en el resto de celebraciones de estas jornadas agua para todos los asistentes. Mas de uno ha tenido que ser ayudado por voluntarios y efectivos del samur ante los mareos y lipotimias.

La Razón