OMPRESS-CANADÁ (17-5-12) Los sacerdotes jesuitas que ejercen su ministerio en la archidiócesis de Vancouver han concelebrado una misa con el arzobispo de la diócesis, Mons. Michael Miller, para conmemorar los 400 años de presencia de los jesuitas en Canadá. A Vancouver llegaron mucho después, en 1921, pero no por eso han dejado de tener un notable y positivo impacto en esta diócesis estableciendo colegios, parroquias y ayudando a establecerse a la comunidad eslovaca. La primera obra fue un liceo clásico en la ciudad de Vancouver, al que siguieron las Parroquias de la Inmaculada Concepción y de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
En los años sesenta los jesuitas establecieron una misión entre la comunidad de inmigrantes eslovacos llegados a Vancouver, lo que llevó a que abrieran la parroquia de San Cirilo y San Metodio y, más tarde, la Parroquia de Nuestra Señora de Hungría. A esta labor hay que sumar la llevada a cabo entre los nativos de Canadá, un ministerio que les une a los primeros jesuitas que llegaron al Canadá.
De hecho en la Maison Bellarmin, de Montreal, gracias a la documentación existente en los archivos de los jesuitas en Canadá, se organizó una exposición, que narraba la aventura des estos 400 años comenzada por los primeros misioneros de la orden, que se dedicaron con entusiasmo a la misión entre los indios hurones y a la fundación de los poblados de San José, San Ignacio, San Luis y Santa María, y dieron su sangre por la evangelización de estas tierras con no pocos mártires, el más conocido, San Juan de Brébeuf.
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