Saturday, September 08, 2012

Joan Chittister. Al más puro estilo del macartismo



Termino de recibir el libro “Tal como éramos” de Joan Chittister, cuando arrecia la polémica sobre otro de sus libros, “El don de los años. Saber envejecer”. Que ha sido retirado de la publicación de Radio Vaticano, donde era recomendado positivamente, tras la denuncia de un bloguero. Conozco la trayectoria de la benedictina al frente de las religiosas estadounidenses más reivindicativas y beligerantes. Entiendo que no se sienta simpatía por quien hace una apuesta feminista radical, tan al límite de lo ortodoxo que incluso es capaz de saltarse las recomendaciones de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada. En aquel affaire sobre la ordenación de mujeres al sacerdocio.
Entiendo que sus declaraciones y actitudes no dejen indiferentes a nadie. Que su personal posición en cuanto a la libertad de conciencia, haga rechinar los dientes de quienes buscan una aceptación absoluta de la doctrina de la Iglesia. Especialmente en los miembros que han hecho profesión de fe y de quienes se espera que no escandalicen a los fieles. Pero me molesta mucho esa especie de caza de brujas que en este caso me parece inmerecida. Podemos no compartir opiniones con determinadas personas, incluso debemos recomendar no leer determinados libros, que son susceptibles de engañifas y malas doctrinas. Pero nunca deberíamos dejarnos llevar por el rigorismo pacato que persigue a las personas por encima de sus cualidades.
Joan Chittister puede haber cometido equivocaciones de juicio. Incluso hasta me atrevería a afirmar que sigue confundida en su análisis sobre el declive de vocaciones en la vida religiosa. Para ella la sociedad ha dado un vuelco que trastoca los esquemas heredados durante generaciones. Se sitúa como pionera de una vida religiosa donde las mujeres ocupan un liderazgo social, desterrando la sumisión servil a la que la historia les había destinado. Todo esto es discutible y se pueden criticar publicaciones cuyo análisis no convenza al lector. Se puede incluso dejar de recomendar algún libro de la autora. Pero llegar a retirar una reseña de su libro por aversión a su persona y su ideas, me parece bochornoso. Ha publicado más de 35 libros sobre espiritualidad y teología. Espero que no se condene toda su obra. Porque aporta mucho a la reflexión común de las mujeres dentro de la vida religiosa.
No me ha gustado nada esa caza de brujas que lleva a denunciar la publicación de un libro, no por su contenido, sino por la fama de la autora en temas ajenos al mismo libro. No hay que olvidar que tiene un notable currículum, sabe escribir con meridiana claridad, vive dedicada a la reflexión y maduración personal. Supongo que cuando vaya a dar una conferencia, también será boicoteada, privándonos de sus análisis en ámbitos que no tienen nada que ver con lo doctrinal. Y eso me parece un error. Incluso de nuestros oponentes ideológicos podemos aprender. No se vence a nadie sino se convence previamente.
Considero que debemos oponernos a aquello que vale la pena. ¿Pero alguien puede decirme que la reflexión de una persona sobre la manera de envejecer desde la perspectiva de una teóloga y psicóloga social, es perniciosa y susceptible de no ser recomendada?. ¿Acaso el problema es que está religiosa debe ser boicoteada en cualquier lugar donde publique?. ¿Se trata de perseguir al más puro estilo del macartismo?. No sé a ustedes, pero a mí me preocupa que se aviven hogueras de ese estilo, que no discierne lo fundamental de lo accesorio.
Recuerdo el caso Pagola y allí quedó muy claro que hablábamos de un libro con el que se podía tener discrepancias. Pero nadie sostuvo que se tuviera que perseguir al sacerdote vasco allí donde pudiera publicar, aún llevando el imprimátur y además en editoriales de probada trayectoria eclesial.
Por eso me temo que estamos ante un caso claro de sectarismo. Se ha perseguido a la autora, no a su libro. Y eso me parece peligroso, casi diría que poco edificante, muy al estilo de esa caza de brujas que llevó a la depresión y al suicidio a muchos buenos ciudadanos estadounidenses. No caigamos en la Iglesia, ni por amor a ella, en destruir reputaciones ajenas. No creo que ese sea el estilo de Jesús.
Carmen Bellver
Diálogos sin fronteras
RD

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