DANIEL 7, 13-14
Yo seguía contemplando en las visiones de la noche: Y he aquí que en las nubes del cielo venía como un Hijo de hombre. Se dirigió hacia el Anciano y fue llevado a su presencia. A él se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasará, y su reino no será destruido jamás.
APOCALIPSIS 1, 5-8
Gracia y paz a vosotros de parte de «Aquel que es, que era y que va a venir», de parte de los siete Espíritus que están ante su trono, y de parte de Jesucristo, el Testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el Príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos ha lavado con su sangre de nuestros pecados y ha hecho de nosotros un Reino de Sacerdotes para su Dios y Padre, a él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén. Mirad, viene acompañado de nubes: todo ojo le verá, hasta los que le traspasaron, y por él harán duelo todas las razas de la tierra. Sí. Amén. Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, «Aquel que es, que era y que va a venir», el Todopoderoso.
La fiesta de Cristo-Rey del Universo fue instaurada por Pío XI el 11 de Marzo de 1925. Apareció en el contexto histórico y social de una Iglesia en lucha contra el auge republicano y anticlerical. Entonces las monarquías se declaraban católicas, los eclesiásticos eran monárquicos, las ideas liberales y republicanas eran antimonárquicas, anticlericales.... anti "eclesiásticas". Es el momento en que se gritaba "¡viva el Papa Rey!" y tenía fuerte significado el poder temporal del Papa y la tiara con la triple corona de Rey-Sacerdote-Profeta...
La fiesta estaba orientada, pues, a la polémica, a reafirmar la soberanía de Cristo, a incitar a los estados a que proclamaran la soberanía de Cristo y se consagrasen a Él... La Iglesia, la jerarquía especialmente, reclamaba su lugar, incluso sus privilegios... Un contexto muy político.
Pasaron esas circunstancias - y Dios nos libre de juzgar a otras épocas - y una vez más, la historia nos hace el favor de poder limpiar la Palabra de Dios de las palabras humanas, quizá circunstancialmente válidas, pero perecederas, humanas al fin y al cabo. Meditamos por tanto en el significado más evangélico de esa palabra: "¿Tú eres Rey? - "Mi reino no es de este mundo"
Ambos textos los podemos estudiar junto con el evangelio.
José Enrique Galarreta
Fe Adulta
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