Sunday, November 25, 2012

Laia de Ahumada y Victoria Molins: "La Iglesia ha evolucionado menos con respecto a la mujer que la sociedad"



Autora y una de las protagonistas de "Monjas" (Fragmenta)


"El Espíritu actualmente está más allá de las religiones"


(Jesús Bastante).- Laia de Ahumada es laica, y Victoria Molins  religiosa. Ambas son mujeres comprometidas con la Iglesia en la que viven y con la Iglesia con la que sueñan. Laia es la autora de "Monjas", un libro editado por la editorial Fragmenta, y Victoria es una de sus protagonistas.
"Lo que a la gente le ha sorprendido del libro es la riqueza de la vida de las monjas", dice su autora, que se aventura a creer "que el Espíritu actualmente está más allá de las religiones".
Victoria afirma que "la Iglesia ha evolucionado menos con respecto a la mujer que la sociedad", y sobre las monjas en particular, bromea: "Si se cuida a los animales que están a punto de desaparecer, imagínate lo que deberían cuidarnos a nosotras".
Laia, ¿cómo surgió este libro? ¿Cómo seleccionaste las historias?
Surgió como un encargo de la editorial Fragmenta, que pensaban que este libro, con el título "Monjas", salvaría la editorial. Pero realmente ha sido así. El libro ha tenido mucho éxito, tanto en catalán como en castellano. Yo en seguida dije que sí al libro porque me interesa mucho saber cómo la gente se lo hace para vivir en profundidad. Esto era una ocasión única para saberlo. Entonces, fui escogiendo a las monjas sobre todo por el tipo de trabajo que hacían.
¿Algún ejemplo?
Escogí a una religiosa que es maestra en una escuela y además es maestra zen. Vicky, que por aquel momento estaba en la editorial teresiana y trabajando en el Raval. También una carmelita contemplativa, una monja psicóloga que trabaja con moribundos... Un abanico muy amplio.
¿Ofrece el libro una visión distinta a la que el común de los mortales tiene sobre una monja?
Exacto. "El claustro se lleva dentro", como dice Sor Lucía Caram. No todas las monjas están recluidas detrás de los barrotes. Son personas totalmente encarnadas en el mundo, en contacto con la realidad. Esto es lo que ha causado tanta sensación y ha sorprendido tanto a la gente que lo ha leído: la riqueza de la vida de las monjas.
Victoria, ¿te ruborizan estas palabras?
No. Ya a mi edad, una se da cuenta de que, ni es más porque la alaben, ni es menos porque no lo hagan. Yo paso de eso.
¿Cómo aceptaste que tu experiencia apareciera en el libro?
V- Dije que sí porque no sabía ni a qué venía Laia aquel día a la editorial. Me empezó a hablar, y yo no me di cuenta casi de que era una entrevista. Me hizo unas preguntas preciosas, y estuvimos una hora hablando. Antes de publicar el libro Laia me mandó lo que yo había dicho, para ver si quería rectificar alguna cosa, y fue entonces cuando me enteré de que era para un libro. Yo pensé para mí: "Pobre editorial, como es nueva, no sabe lo que hace...". Pero, curiosamente, lo empezó a leer muchísima gente, nos empezaron a llamar de la televisión... Cosas raras de esas que pasan.
L- Creo que es muy importante que el libro ha llegado a un público muy amplio, no sólo de la Iglesia. Cuidé mucho el lenguaje para que no fuera un lenguaje eclesial. No hablamos de vocación, por ejemplo, sino del deseo profundo o de la motivación que mueve tu vida y le da sentido. Por eso muchas personas no creyentes nos decían: "Me ha encantado la vida de estas mujeres". Porque son vidas vividas en plenitud.
¿Creéis que ha funcionado la estrategia de la editorial Fragmenta, de tratar temas religiosos pero desde un punto de vista para nada confesional?
V- Yo me he dado cuenta de que la gente está necesitada de valores, y de que hay mucho más respeto del que creemos hacia las opciones de las personas. Y también la gente es mucho más buena de lo que creemos. A mí cuando alguien me dice "yo no creo", le pregunto "¿En qué no crees?". Porque seguro que cree en la persona. Hay muchos agnósticos muy respetuosos. Yo, que soy del Concilio Vaticano II como la mayoría de las monjas que aparecen en el libro, pienso que nada humano puede ser ajeno a los seguidores de Cristo.
¿Es posible que en estos momentos de crisis mucha gente esté buscando ejemplos de vida como los que aparecen en el libro?
V- En la televisión salen muchas cosas de la gente marginada, pero desde el punto de vista del morbo. Yo no quiero morbo, sino alegría. Y el libro es igual: no hay nada que te lleve al lamento, y se le da más importancia a lo que te mueve que a lo que haces. Para mí es más importante por qué lo hago que lo que hago. Y lo hago porque me enamoré de Cristo y de la persona humana.
Laia, después de haber escrito un libro sobre religiosas, después de 20 conversaciones con ellas... ¿Cómo las definirías?
Con el libro yo no intento demostrar que todas las monjas son como "mis monjas" (las que aparecen en el libro. No era un estudio sociológico). Pero me atrevería a afirmar que, en general, son personas que hacen una opción de vida en plenitud. Alguna puede quedarse por el camino, pero es nos pasa a todos.
Y tú, Victoria, como monja, ¿qué piensas sobre alguna críticas que a veces se hacen desde ciertos sectores a religiosos y religiosas que no siguen la "ortodoxia" del convento?
A mí no me ha llegado nada de eso. En Barcelona creo que somos más aceptadas las poco ortodoxas que las ortodoxas.
¿Qué pasó con la película Camino?
V- Yo el libro lo escribí en un momento determinado, sobre una alumna de nuestro colegio cuya manera de actuar me pareció extraordinaria, con la tragedia que vivió. La madre tenía un concepto de la vida que a lo mejor yo no tengo, pero era admirable por su coherencia entre lo que le habían enseñado y lo que vivía. Eso me pareció meritorio, e hice el libro, y a muchas personas les llamó la atención la forma en que ella vivió según lo que creía. Más adelante salió la película, que me pareció maravillosa, pero que no era exactamente la vida de Alexia, sino la de Camino. Se basó en la historia de Alexia y la respetó totalmente, pero lo demás son licencias y recursos cinematográficos. Yo estaba de acuerdo en muchas cosas con el director, y el juego de palabras que desarrolló en la película me pareció precioso. Pero se podía interpretar de una manera o de otra. Es normal que me llegaran críticas y algunos "disgustos" por parte de algunas personas. Pero eso entra dentro de lo mediático.
¿Cómo ves la vida religiosa hoy?
V- En una evolución muy grande. Como parece que somos una especie a extinguir, se nos ha de cuidar. Si se cuida a los animales que están a punto de desaparecer, imagínate a nosotras. Yo pienso que la vida religiosa está evolucionando de una manera normal. Lentamente, pero normal. Y que hay tantas opciones distintas hoy para seguir al señor, tan distintas de las que había en mi tiempo (los años 50), que a lo mejor significa que el Espíritu Santo va por otro camino. Seguimiento de Jesús no va a faltar. Yo no me angustio porque pueda acabarse la vida religiosa, porque quizá se acaba tal y como la hemos entendido hasta ahora, pero el Espíritu tendrá otras maneras de actuar en las personas que quieran seguir a Cristo de cerca. El celibato, por ejemplo, tiene sentido en cuanto a que es una entrega absoluta e ilimitada al otro. Por otro lado, si yo miro al pasado de mi vida religiosa y al presente, ahora estoy en la gloria. Porque yo he vivido una época de la vida religiosa muy muy difícil, al menos para una persona como yo. Yo no era una buena monja.
¿Fue el Concilio Vaticano II una apertura de ventanas para la vida religiosa?
V- Yo viví el Concilio muy de cerca, porque éramos amigas de Tarancón y de vez en cuando venía a hablarnos y explicarnos sus entretelas. Yo era estudiante entonces, y lo gocé muchísimo. Recuerdo cómo me abrieron puertas las encíclicas, pero la verdad es que luego se fueron cerrando. Hubo crisis muy fuertes en la vida religiosa. Muchas de las que estaban conmigo se salieron, pero yo, después de haber sido una monja bastante rebelde en aquellos años, sigo y estoy feliz.
¿Y por qué seguiste, de dónde sacas las ganas?
V- Los signos de los tiempos nos van marcando lo que hay que hacer, y la oración y el trato con Dios para mí es el otro puntal. Si yo no tuviera por la mañana un rato de intimidad con el Señor, si no me comunicara con el Espíritu, y si no viera los signos de los tiempos, estaría coja. Son dos aspectos importantísimos que me hacen confiar en el Espíritu. Para mí el laicado es un signo de los tiempos. Para mí fue una de las riquezas más grandes cuando salí de la vida más "conventual". Conocí gente maravillosa como Laia, y me siento muy feliz de convivir con un laicado así. Supongo que tan feliz como Laia se siente de haber conocido monjas.
L- Sí. Yo lo veo en la cantidad de gente que busca. A mí me gusta, como a Victoria, tener los pies en el suelo y observar, y veo mucha sed de lo esencial. En los jóvenes sobre todo. Me alegro de lo que está pasando con nuestros jóvenes, porque están saliendo de las fronteras y están buscando más allá. Yo pienso que el Espíritu actualmente está más allá de las religiones. Es aventurarme mucho, pero así lo siento. Los jóvenes quieren vivir lo que somos, lo esencial. Esto es una muestra más de que estamos cambiando de época.
Se cumplen ahora dos años de la consagración de la Sagrada Familia, que dejó la imagen para la posteridad de aquellas monjitas limpiando los óleos que los hombres habían utilizado. Como mujeres, ¿a veces, a parte de vivir en la Iglesia, os toca padecerla? ¿Es el papel de la mujer en la Iglesia el que debería ser?
V- Me alegro de que lo preguntes, porque voy a aprovechar para defenderme por una frase sacada de contexto: yo no dije que las monjas limpiamos lo que el Papa ensucia. Dije que aquellas monjas habían limpiado el aceite con el que el Papa había ensuciado el altar. Pero evidentemente que el papel de la mujer en la Iglesia tiene que cambiar mucho. Aquello fue un signo, se vio muy claro. Yo me alegré de que ser viera lo que ocurre continuamente. Todos se dieron cuenta. En la Iglesia se ha evolucionado menos con respecto a la mujer que en la sociedad. Hay sacerdotes y capellanes de una manera u otra, que dejan un campo más o menos abierto...
L- Eso cambiará por fuerza, como están cambiando muchas otras cosas. Seguro, porque además es totalmente ilógico.
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Laia:
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Yo pienso que el Espíritu actualmente está más allá de las religiones
Victoria:
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Si se cuida a los animales que están a punto de desaparecer, imagínate lo que debería cuidarnos a nosotras
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RD

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