«La dignidad es de cada vida; la Iglesia está cerca de los que sufren»

Hoy se celebra la Jornada Internacional de los derechos de las personas con discapacidades. La reflexión del presidente del Pontificio Consejo para los Agentes Sanitarios, Zimowski

REDACCIÓNROMA

«En ocasión de la Jornada Internacional de los Derechos de las Personas con discapacidades, la Iglesia expresa su cercanía a todos aquellos que sufren diferentes formas de limitación, física o psíquica. De este modo, la Iglesia afirma el valor propio de la fe, que abraza y otorga sentido a cada situación de la vida humana, y se convierte también en custodio del bien que la persona puede aportar a toda la comunidad, aunque tenga alguna discapacidad, y que vive su sufrimiento en Cristo y por amor de Cristo».

Lo escribió en un mensaje el Presidente del Pontificio Consejo para los Agentes Sanitarios (para la Pastoral de la Salud), monseñor Zygmunt Zimowski, en ocasión de la Jornada Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad. «Frente a las diferentes patologías relacionadas con la discapacidad –añadió mons. Zimowski– siempre es útil sensibilizar a la opinión pública con respecto a los conceptos de dignidad, de derechos y de bienestar de nuestros hermanos y hermanas, para que aumente la consciencia de los beneficios que pueden derivar de su integración en diferentes aspectos de la vida social. Haciendo suyo este anhelo, la Iglesia, según el propio y específico mandato, pretende reafirmar que “no es la evasión ante el dolor lo que cura al hombre, sino la capacidad de aceptar la tribulación y madurar en ella, dándole sentido mediante la unión con Cristo” (Benedicto XVI, “Discurso en ocasión de la inauguración de la asamblea diocesana de Roma”, 9 de junio de 2008)».

«El mundo de los derechos, efectivamente, no puede ser prerrogativa de pocos, de los fuertes y de los vencedores», prosiguió mons. Zimowski. Por ello, incluso «la persona con discapacidad deberá tener las facilidades para participar, en la medida de sus posibilidades, en la vida de la sociedad civil y de los creyentes», además de recibir ayuda para poner en acto «todas sus potencialidades de orden físico, psíquico, espiritual».

Vatican Insider