Monday, May 06, 2013

La viscosa ambigüedad de los obispos venezolanos

Redacción de Atrio, 07-Mayo-2013


Primero nos llegó la carta del episcopado venezolano y nos sonó a hipocresía usando palabras sobre la paz para apoyar el golpe postelectoral de Capriles. Imaginábamos cómo sería recibida por los ciudadanos y ciudadanas venezolanas. Al fin y al cabo repetían palabras de ese Jesús que Chávez dijo que le había acompañado en su dura enfermedad. La impresión ha sido que a ciudadanía venezolan no  ha hecho mucho caso al documento. Hemos tenido que llegar muy al final de Aporrea para encontrar este artículo de un profesor de la ULA-Universidad de los Andes, que refleja lo que yo sentí al leer la pastoral. Al final irá en recuadro el texto de los obispos para que cada cual lo juzgue por su cuenta. Y si qiere más información, puede leer el artículo de Benjamín Forcano, previo a la carta de los obispos.

¡Da asco la CEV!

Por: Heriberto Gómez | Domingo, 05/05/2013 10:04 AM |

No tengo otra expresión para manifestar lo que sentí cuando vi en La Hojilla la repetición de las declaraciones de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV). Un cura, de los que preside ese partido político (CEV) escupía odio, violencia en cada una de sus expresiones al leer un comunicado ante los micrófonos de los canales opositores Globovision y Venevision. Claro lo hacía con toda la parsimonia aprendida en las miles de horas dedicadas a la oración y a las letanías, para salvar sus almas e ir al paraíso. El cura que hablaba bajaba sus parpados, con una mirada serpientica, que expresaba de todo, menos de ser un buen hijo de Dios, un servidor de la iglesia de Pedro. Aquello era ver a un grupo de la MUD, pero vestidos, uniformados o disfrazados de altos prelados de la iglesia católica-apostólica-romana. Se les veía con sus aspectos de ricos hombres manejando sus particulares intereses.
Leía, el que fungía de cabecilla, un comunicado preparado, no hay duda alguna, por los mismos que prepararon el discurso de Carmona o tal vez por el mismo Capriles. En el mismo criminalizaban a los chavistas, lo hacían con adornos retóricos, bien estúpidos, pero muy bien concebidos. Hablaron, como el discurso de la MUD Mesa de Unidad Democrática, de una Venezuela dividida en dos mitades. Defendían sin el más mínimo pudor a los opositores, a quienes hacían ver como mansas palomitas, siendo atacadas por los malditos y tierruos chavistas. Ellos hacían protestas pacíficas, lo cual está consagrado en la constitución, afirmaron. Se olvidaron, los corderitos de la CEV, de los diez muertos, todos chavistas, que dejó la pacífica protesta, sin contar más de 70 heridos y varios centros de salud y casas del PSUV parcial o totalmente destruidos. Todo resultado, repetimos, de la protesta pacífica que convocó el célebre perdedor Capriles y que ahora vemos como recibe la bendición de estos curas, de la CEV.
Con que dolor y tristeza, los de la CEV, expresaron su repudio a lo ocurrido en la Asamblea Nacional, pobrecitos la María Corina, el Borges; heridos a pesar de sus condiciones de pacíficos demócratas. Para nada hacen alusión, como se vio en los medios de comunicación, todo lo previamente ocurrido, donde cual manadas de zorros, los diputados opositores preparaban la estrategia de ataque que luego ejecutaron y tuvo como resultado la destrucción de mobiliarios y agresiones físicas a personas.
Pero, aparte de todas estas posturas sacrilégicas de estos curas de la iglesia católica venezolana, una de las más graves es donde señalan, sin cortapisas, que los poderes del Estado están mintiendo al pueblo. Es decir, siguiendo el guión del frustrado y golpista perdedor, están dejando entrever que el CNE no está diciendo la verdad. Una manera de apoyar la ridícula reclamación que hace el Capriles, quien cuestiona al Poder Electoral y ha impugnado las elecciones por no haber ganado.
Incitan a protestar en contra del gobierno, así vayan presos, pierdan sus sitios de trabajo, incluso sus viviendas otorgadas por el gobierno nacional. Piden a su feligresía el apoyo a las organizaciones no gubernamentales por la defensa que hacen a los derechos humanos. Es decir, según la CEV las organizaciones gubernamentales están atentando en contra de los derechos humanos. Eso está clarito.
Finalmente, no critican en su comunicado, por ningún lado, estos curas con títulos de arzobispos y obispos, al candidato perdedor, Capriles, quien por ser un mal perdedor y no aceptar la derrota a la cual fue sometido, ha generado un clima de inestabilidad política en el país, culpable de todos los brotes de violencia, destrucción y muerte. Culpable de estar liderizando un golpe de Estado y promoviendo la invasión imperial a nuestro país.
Es, claramente, ésta una posición avaladora de toda esta zozobra creada por el golpista Capriles y la MUD. Indudablemente la CEV debe ser investigada por este comunicado con tintes subversivos. Ya sería una reincidencia, pues hace apenas unos 11 años atrás estuvieron apoyando el golpe de Estado dado por FEDECAMARAS. Al parecer su intención es volver a participar en este golpe de Estado que prepara ahora Capriles, actor también de aquel golpe de Estado del 2002, donde esos mismos golpistas secuestraron e intentaron asesinar a nuestro amado Presidente. Si decidieron participar en la política, que asuman sus responsabilidades. Que asco.
Que Dios los perdone, pero que recen bastante, pues no creo que estos gravísimos pecados sean tan fáciles de ser perdonados por el Supremo.
Profesor Titular, ULA
heribertogomez60@gmail.com
ATRIO


COMUNICADO: AMEMOS NO SOLO DE PALABRA SINO CON HECHOS Y CONFORME A LA VERDAD (1ª carta de Juan 3,17)
1.- Los Obispos de Venezuela conscientes de la gravedad del momento que vive el país, creemos que la situación a la que ha llegado debe mover a todos los venezolanos a una reflexión serena con una actitud de respeto y diálogo. “El que odia a su hermano es un homicida” (1Jn. 3,15). Nuestro Señor Jesús nos invitó a tener un corazón lleno de paz, desterrando el odio, la maledicencia, la agresión y la violencia que conducen a caminos de destrucción y de muerte. Nuestra fe cristiana nos invita a ser instrumentos de paz, de perdón y de reconciliación.
2.- Reiteramos lo dicho en nuestro Comunicado del 17 de abril, en el que constatábamos de manera más evidente, la nueva realidad política: estar divididos en dos mitades prácticamente iguales, como ha quedado en evidencia en las últimas elecciones presidenciales. Por eso reafirmamos: “la paz social y política del país reclama el recíproco reconocimiento de los dos sectores mayoritarios del pueblo venezolano, pues el desconocimiento mutuo hará inviable tanto los planes del gobierno como los aportes alternativos de la otra parte“.
3.- Los agudos problemas del país, – la violencia diaria, callejera o política, la inseguridad, la deficiencia de los servicios públicos y la crisis económica-, requieren ser afrontados desde el entendimiento entre las partes, pues ninguna de ellas es autosuficiente por sí sola para resolver los problemas del país.
4.- El respeto y la justicia deben prevalecer en el trato entre los ciudadanos y las instituciones, dejando a un lado la prepotencia y el fanatismo, los prejuicios y las acusaciones infundadas. Un lenguaje excluyente, ofensivo y amenazante, causa miedo e indignación en la población y puede provocar reacciones sociales lamentables. Hacemos nuestra la petición de la mayoría de los venezolanos para que cesen la represión, el hostigamiento, el acoso y despidos injustificados de los empleados públicos y la violencia por razones políticas. Opinar en contra o disentir del proyecto oficial no deben ser motivos para temer la pérdida de la libertad, el puesto de trabajo, la vivienda o cualquier otro derecho ciudadano.
5.- Las agresiones físicas de algunos diputados en la Asamblea Nacional son un acto de violencia que causa tristeza y vergüenza. ¡Venezuela no se merece espectáculos tan bochornosos! Hechos como estos desnaturalizan la identidad del Parlamento y ponen en riesgo un ámbito esencial de diálogo, discusión y propuestas en una sociedad democrática.
6.- Rechazamos categóricamente la criminalización de la protesta pacífica consagrada en la Constitución. Percibimos, en efecto, que la inmensa mayoría de la población exige de todos los agentes políticos y sociales, una información equilibrada, y que corresponda a la verdad, fundamento de toda credibilidad y confianza en ellos y en las instituciones que representan. No se construye nada válido a partir de falsedades, mentiras o medias verdades. Escuchemos al Papa Francisco: “invito al querido pueblo venezolano, especialmente a quienes toman las decisiones y a los responsables políticos a rechazar firmemente cualquier tipo de violencia, y aestablecer un diálogo basado en la verdad, de reconocimiento mutuo, en la búsqueda del bien común y el amor por la nación“.
7.- Cada venezolano, pero en primer lugar las autoridades, tienen la obligación de proteger la vida, mantener la esperanza y sostenerla con coraje, constancia y verdad. Hoy más que nunca es necesario apoyar y respetar el trabajo de las Organizaciones No Gubernamentales, que se comprometen en la defensa de los derechos humanos.
8.- Invitamos a todos los creyentes a redoblar la oración a Dios por la reconciliación y la paz; y, al mismo tiempo, a trabajar y ser eficaces en el amor al prójimo con gestos de respeto, perdón y solidaridad, sin ninguna distinción. Invocamos sobre todos los venezolanos las bendiciones de Dios que nos hace hermanos y la protección de la Santísima Virgen de Coromoto, nuestra Patrona.
Con nuestra bendición,
Los Arzobispos y Obispos de Venezuela
Caracas, 2 de mayo de 2013.


El golpe poselectoral de Capriles

Por Benjamín Forcano
Estaba  cantado por las encuestas que Maduro ganaría las elecciones por un margen amplio de puntos.  Y estaba cantado que, la campaña antifraude estaba organizada y entraría en acción  fuera cual fuese el resultado.  Según los analistas, Capriles, hijo de la oligarquía venezolana,  ha sabido actuar camaleónicamente  diciendo por una parte que aceptaría el resultado poselectoral pero anunciando de antemano que iba a haber fraude.
El pueblo ganó el 14 de abril  las elecciones claramente, con una diferencia de casi 300.000 votos. Diferencia que ha superado en mucho a la dada en las elecciones de varios  presidentes de Estados Unidos y entre los candidatos de otros países. Siendo mucho menor la diferencia, allí jamás se las cuestionó.
El pueblo venezolano ganó las elecciones  con la limpieza y transparencia que el sistema electoral aseguraba y que durante 14 años ha funcionado a la perfección en 18 votaciones populares y soberanas y que en las actuales ha funcionado mejor si cabe, como han atestiguado escritos y declaraciones de observadores e instituciones internacionales, entre otras la firmada  por 134 miembros de 32 países.
Capriles, con su gran poder mediático, -en Venezuela el control mediático por medios privados alcanza el 80 %-  persiste en que se han cometido  irregularidades y que es su deber  denunciarlas ante las instituciones dentro y  fuera de Venezuela. Seguirá orquestando el fraude, aunque ya se conozca  con detalle cómo  ha montado su  estrategia con grupos sectarios para sembrar la violencia y desestabilización.
Esta vez el golpe –hábilmente preparado- era poselectoral, propiciado por la  falta de la  carismática e indiscutible presencia de Chávez y que –incluso contra toda legitimidad democrática refrendada  en las urnas-   no podía ni debía prolongarse en su sucesor.

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