Friday, May 18, 2018

REPERCUSIONES EN EL MUNDO DE LA RENUNCIA DE LOS OBISPOS. El País de España. Todos los obispos chilenos presentan su renuncia ante el Papa por los escándalos de pederastia



Francisco ha acusado a la Iglesia chilena de "falta de transparencia"


El Papa prepara una limpieza en el episcopado chileno después de los encuentros privados que ha mantenidos los tres últimos días con los obispos del país sudamericano en el Vaticano para depurar responsabilidades por los casos de abusos sexuales por parte del clero en las últimas décadas. Como medida inmediata, todos los obispos del episcopado chileno han presentado su renuncia en bloque y han puesto sus cargos a disposición del Pontífice “para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros”. Informaron de ello en una declaración en Roma ante la prensa internacional, el día después de la última reunión privada con Francisco.

A partir de este momento, el Papa deberá decidir si acepta todas las renuncias o por el contrario solo alguna, lo que de algún modo confirmaría el grado de implicación y responsabilidad de cada prelado en los casos. Este proceso podría prolongarse en el tiempo y durar días, semanas e incluso años, si el Pontífice decidiera llevar a cabo una depuración completa de la Iglesia chilena, que podría ser progresiva. Ahora queda por ver qué sucederá con aquellos obispos a los que Francisco sí acepte su renuncia y cuál será su destino.

En la conclusión de las reuniones, a través de una carta pública les agradeció la “plena disponibilidad que cada uno ha manifestado para adherir y colaborar en todos aquellos cambios y resoluciones que tendremos que implementar”, lo que indica que la cuestión está ahora completamente en manos del Papa y que será él y no los obispos chilenos quien se encargue de los cambios y decisiones que llegarán a partir de ahora.
El primer día de encuentros, Francisco les entregó un documento privado de 10 folios escrito por él personalmente y les pidió que meditaran sobre el contenido de cara a las próximas reuniones. Alguien de los presentes filtró ese escrito a la prensa y la televisión chilena Tele 13 publicó el contenido íntegro del mensaje a los obispos el viernes por la mañana. En el texto, el Papa confirma cambios, regeneración y relevos en la Iglesia chilena; habla de medidas a “corto, medio y largo plazo”, para acudir a la raíz del problema y “para restablecer la justicia y la comunión” y deja claro que habrá renuncias, pero subraya que no serán suficientes.
Según Francisco la gravedad de la situación requiere profundizar mucho más . “Los problemas que hoy se viven dentro de la comunidad eclesial no se solucionan solamente abordando los casos concretos y reduciéndolos a remoción de personas; esto -y lo digo claramente- hay que hacerlo, pero no es suficiente, hay que ir más allá”, escribía en el documento. También habla de que algo no funciona en todo el cuerpo eclesial. “Sería irresponsable de nuestra parte no ahondar en buscar las raíces y las estructuras que permitieron que estos acontecimientos concretos se sucedieran y perpetuasen”, añade.
El texto escrito por el Papa es fruto del informe de 2.300 folios que sus enviados especiales a Chile, el español Jordi Bertomeu, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y Charles J. Scicluna, arzobispo de Malta le entregaron hace unas semanas. En él, entre otras cosas, atendiendo al documento redactado por Francisco para los prelados chilenos se confirmó “que a algunos religiosos expulsados de su orden a causa de la inmoralidad de su conducta y tras haberse minimizado la absoluta gravedad de sus hechos delictivos (…) se les habrían confiado cargos diocesanos o parroquiales que implican un contacto cotidiano y directo con menores de edad” .
En el documento, el Papa advierte que la Iglesia del país andino experimentó “una transformación en su centro” y agrega que “ su pecado se volvió el centro de atención”. Y también habla de una cadena de errores de las autoridades de la Iglesia chilena a la hora de investigar y castigar los abusos. Y de las irregularidades en los procedimientos, el trato a las víctimas y el modo de gestionar sus denuncias.
Desde 2015 los casos de abusos en Chile por parte del clero han gravitado en torno al nombre del obispo de Osorno, Juan Barros, acusado de encubrir los abusos del expárroco Fernando Karadima. El Papa defendió a Barros, que siempre negó las acusaciones, en su viaje a Chile. Las protestas de las víctimas desencadenaron el proceso de investigación que se abrió después. El Papa pidió perdón en el vuelo de regreso a Roma y a tres afectados a quienes invitó al Vaticano y envió una misión especial encabezada por el arzobispo de Malta a Chile para investigar en profundidad los casos. Barros había presentado su renuncia en dos ocasiones, pero el Pontífice no la admitió entonces. Si lo hace en esta ocasión ofrecería una lectura de las verdaderas responsabilidades el obispo en el encubrimiento de abusos.
EL PAÍS

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