Luis José Beltrán salió de la cárcel tras cumplir los dos tercios de su condena
El obispo de Jaén no le ha encomendado misión pastoral alguna
Un cura mengibareño, Luis José Beltrán Calvo, fue condenado, en 2001, a ocho años de prisión. Su delito: abusar del que fue su monaguillo en la parroquia de El Salvador de Alcalá. El sacerdote está en libertad, al cumplir los dos tercios de su condena y, en su pueblo, intenta pasar desapercibido. Lo cuenta José Rodríguez Cámara en Diario de Jaén.
Luis José Beltrán Calvo fue detenido, en abril de 2001, acusado de un delito continuado de abusos sexuales. Natural de Mengíbar, el presbítero tenía 37 años entonces y estaba al frente de la parroquia de El Salvador, en Alcalá la Real. Su víctima fue su monaguillo y la noticia desató un sinfín de reacciones tanto entre los alcalaínos como entre los mengibareños.
En noviembre de hace nueve años, la Audiencia Provincial de Jaén condenó al sacerdote a ocho años de prisión, a pesar de que la acusación particular y el Fiscal pedían quince, al entender que se había cometido un delito de agresión sexual, un tipo agravado que la sala desestimó.
El ingreso en la cárcel de Beltrán Calvo no se hizo efectivo al momento. Y es que el cura primero recurrió al Tribunal Supremo y luego al Constitucional. Una y otra instancia decidieron, una vez que se resolvieron todos los trámites, que la pena impuesta en la Audiencia jiennense era la adecuada. Por eso, hasta el 26 de marzo de 2004, después de que se resolviera en su contra el último de los recursos que interpuso contra el fallo judicial, no estuvo entre rejas de forma definitiva.
El hecho de que el religioso no tuviera que ingresar en prisión de forma preventiva indignó a muchos, sobre todo, a la familia del menor. Transcurrido el tiempo confinado en la prisión, en marzo de este año, como confirma el abogado que ejerció la acusación particular en la causa, José María Barranco, se dictó un auto por el que se decretaba libertad condicional para el condenado.
Al cumplir las dos terceras partes de su condena (tendría que estar en prisión hasta 2012), Luis José Beltrán Calvo se puede beneficiar ya de esta medida de gracia. Preguntados sobre la salida de la cárcel del cura, la familia de la víctima eludió hacer comentario alguno.
Una vez que ha abandonado el internamiento penitenciario, el refugio del pastor ha sido su pueblo, donde es muy conocido y ya lo era antes de que fuera condenado. Se le ve por la parroquia de La Inmaculada, pero poco más. Vecinos explicaron a este periódico que intenta pasar totalmente desapercibido, que sólo se mueve de la iglesia a su casa y de su casa a la iglesia.
Da misa, a pesar de que no tiene encomendada misión pastoral alguna, como remarcó el Obispado, a través de un portavoz, al ser preguntado por este periódico.
Aunque actualmente no tiene asignada una feligresía, decisión que tendría que tomar el obispo, Ramón del Hoyo, lo cierto es que, en 2004, cuando fue condenado, a Luis José Beltrán Calvo, la Iglesia jiennense no le dio de lado.
El antecesor de Ramón del Hoyo, Santiago García Aracil, emitió un comunicado, el viernes 26 de marzo de 2004, en el que afirmaba: "Considero deber mío, como padre y pastor, estar al lado de los sacerdotes en todos los momentos y situaciones para ofrecerles aquello que necesiten".
En la nota, monseñor dejó claro: "No condeno moralmente a este hermano en el sacerdocio negándole credibilidad cuando afirma que no tiene conciencia de ser responsable de los delitos que se le imputan".
García Aracil, al tiempo que aclaraba su respeto por la decisión de la Justicia, pedía al Señor que iluminara a los jueces. No fue la única muestra de solidaridad con el cura condenado por abusos sexuales. Sus compañeros de la comarca, después del fallo en contra de Beltrán Calvo, aprovecharon el final de la misa para leer un comunicado conjunto en el que, textualmente, se hacía constar: "Creemos en la inocencia absoluta de nuestro hermano sacerdote".
Esta reacción de los curas causó gran impacto, sobre todo en la aldea de Charilla, de donde es el monaguillo. En el lado contrario, la Asociación Pro Derechos del Niño, Prodeni, exigió que el cura fuera apartado del sacerdocio. Actualmente, con la polvareda por los casos de abusos a menores cometidos por curas en todo el mundo, el propio Papa, Benedicto XVI, ha sido tajante en la condena de este tipo de delitos en el seno de la Iglesia.
RD
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