18/07/10 Fue el encargado de monitorear desde la Iglesia el proyecto de matrimonio gay. Dice que el resultado en el Senado se debió a presiones de Kirchner.
¿Cómo evalúa la aprobación en el Senado del matrimonio gay?
Es el resultado del apuro y de una imposición ideológica. Subsisten los problemas señalados por especialistas de todas las disciplinas en audiencias del Senado. En el fondo, hay un vaciamiento de la institución matrimonial.
¿Cree que Néstor Kirchner presionó a los legisladores, no permitiendo que votaran con libertad de conciencia?
Hay acuerdo en que existió presión y los hechos están a la vista.
¿Qué opina de las dos senadoras que no apoyaban el proyecto y fueron invitadas a China con la presidenta?
No opino sobre las senadoras, sino sobre su ausencia.
¿Pura casualidad? ¿Qué lectura hace de que también algunos senadores de otros partidos como la UCR votaran a favor?
Esta transversalidad tiene diversos significados según el alineamiento. En algunos casos, es efecto de una ideología dominante; en otros, parece resultado de la “obediencia debida” o el miedo a las carpetas.
Pichetto lo describió a usted como “un personaje de las tinieblas”. ¿Qué piensa?
La intervención del senador ha sido muy injusta e innoble. Si fuera hombre de honor, debería pedir disculpas por agraviar tan dura y abiertamente a la Iglesia Católica, al mismo Papa y a algunos obispos. Me atribuye dichos que nunca pronuncié ni escribí. Parece ignorar mi inmediata desmentida.
¿Entonces usted no dijo que las parejas de homosexuales son hasta 30 veces más violentas que las heterosexuales?
Ya desmentí con toda claridad esa afirmación, y vuelvo a hacerlo aquí. Jamás la pronuncié.
¿Fue contraproducente para la Iglesia que Bergoglio dijera que estaba el diablo tras la iniciativa?
El cardenal se dirigía a monjas contemplativas. No me parece que deba estar prohibido emplear el lenguaje de la Biblia, sobre todo para hablar con religiosas.
¿Cree que la estrategia del Episcopado, de emitir declaraciones contundentes y apoyar marchas fue acertada?
Nuestro mensaje fue liderado por intervenciones laicales en base a argumentos racionales, con acento en lo jurídico y social. Las manifestaciones populares fueron de un éxito notable y partieron de la iniciativa laical. Destaco también a legisladores que respondieron satisfactoriamente, como la senadora Negre de Alonso.
¿Los fieles entendieron los argumentos de la lucha y la acompañaron entusiastamente?
Los fieles respondieron muy bien. Ha sido un hito significativo en la participación del laicado católico en la sociedad civil y la política.
¿No hubiera sido más conveniente impulsar la unión civil y evitar el riesgo de apostar a todo o nada?
Así apostaron quienes redactaron la ley en diputados. También los senadores que confirmaron esa media sanción, negándose a aceptar un proyecto alternativo. No comparto el análisis del “a todo o nada”: no se planteó el tema en términos clericales, donde los obispos ejercíamos un poder y negociábamos. Ante leyes injustas, compete a los laicos procurar disminuir sus efectos negativos si no es posible su total rechazo.
¿No terminaron los obispos haciéndole el juego a Kirchner, que nunca pareció estar muy preocupado por los homosexuales, sino que vio una ocasión de reafirmar su poder y torcerle el brazo a la Iglesia?
El debate no lo introdujeron los obispos. Pero nosotros no podíamos callar ante un tema tan trascendente. El resultado en el Senado se vincula con una estudiada estrategia de presión.
¿Debe el Episcopado hacer alguna autocrítica por la estrategia seguida?
En cada asamblea los obispos evaluamos los temas más salientes, y del aporte de todos surge la luz.
Monseñor Antonio Marino es Obispo Auxiliar de la Plata y Prezsidente de la Comisión se seguimiento legislativo del Episcopado
Clarín, Argentina
No comments:
Post a Comment