Miqueas 7:18-20
¿Qué Dios hay como tú, que borra la falta y que perdona el crimen; que no se encierra para siempre en su enojo, sino que le gusta perdonar?
Una vez más te compadecerás de nosotros, pisotearás nuestras faltas. Arroja, pues, al fondo del mar todos nuestros pecados.
Concede a Jacob tu fidelidad, a Abraham tu misericordia, como lo juraste a nuestros padres desde los días antiguos.
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Una y otra vez Dios me promete su bondad. Ruego que mis ojos se abran para poder apreciar donde está trabajando Dios.
Dios ha arrojado mis pecados a las profundidades del mar, y no me ve ahora a través de ellos ni me juzga por ellos. Ruego por que yo reciba el perdón que Dios ofrece.
A veces siento como si caminara en soledad. Saco fuerzas de la Fe de muchas generaciones que me han precedido, las que me trajeron hasta donde estoy ahora.
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