…cuando la tarde se recoge…
cuando se apagan las voces amigas
y el impulso diario dice punto y aparte;
cuando voy y vengo acompañado
tras las horas que tensan
y vacían la caricia del día.
Me gustan los viernes.
Me hacen sentirme salvado
-de ruido y de luces-
entre los densos bloques oscuros
y los cerrojos finales de la ciudad.
Pasada la ofrenda diaria
de las miserias,
las caras,
y las calles futuras,
-en esta noche comenzada
todavía por callar-
las voces no cesan
y me encuentro
con ansias de mañana
y los odios domados.
Es viernes.
Hay algo que nunca negaría:
“Todo me sabe a Ti”.
Eso me basta
y eso me sobra.
Gerarsj
pastoralsj
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