Mientras Jesús se presenta como el "Buen Pastor" (Juan 10:14), tambien dice: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida" (14:6). Todos estos títulos son una unidad, junto con "Yo soy el Pan de Vida"(6;47); "Yo soy la Luz del mundo"(8:16); "Yo soy la Resurrección"(11:25).
Qué gran estabilidad reciben nuestras vidas al contemplarlo y escucharlo decir esas palabras! En muchos lugares podemos buscar el amor, la bondad, la verdad y la belleza. Si buscamos con el discernimiento de nuestro corazón, mucho de nuestra experiencia de vida puede enriquecernos y ser una fuente de plenitud. Pero, como nos dice Ignacio al final de sus Ejercicios Espirituales, todo lo bueno viene "de arriba", de su orígen en Dios, tal como las aguas fluyen de sus fuentes y los rayos nos llegan del sol. Por ello, continuando con nuestra meditación Pascual, podemos buscar el origen de todo en el Cristo Resucitado, quien se nos manifiesta en muchas y diferentes formas: en la belleza de un rostro, en la amistad, en el cielo azul o una noche estrellada, en el arte o la poesía, o en una simple meditación. Y también la oración de nuestro corazón, pidiendo ayuda, o agradeciendo y alabando; Dios siempre presente para nosotras y nosotros, "cuya belleza es eterna: Alabado sea!" (Gerald Manley Hopkins)
Espacio Sagrado
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