La Palabra de Dios
Mateo 11: 28-30
Jesús dijo: "Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana."
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Después de estas perturbadoras palabras acerca del peligro de perder el rumbo de un verdadero discipulado, Jesús concluye con una preciosa invitación: “Vengan a mí”. Procuro oír el murmullo de Jesús que me llama. Él usa mi nombre; su cara muestra su amor; el tono de su voz es de la más pura bienvenida. Me relajo con esto. Quizá yo pueda usar la frase como mi mantra el día de hoy.
Aquellos que agobian a los cansados, son los líderes religiosos con sus énfasis en la ley. Jesús no está proponiendo una interpretación laxa de la ley; pero Él interpreta la ley en el contexto del amor. El gran mandamiento, Él dice, es que debemos amar a Dios y a nuestro prójimo, porque Dios nos ama totalmente. Encuentro yo “descanso para mi alma” en esta red de amor?
A menudo estoy cansada(o), Señor, y mi carga me pesa mucho. Cuando observo a los cristianos, algunos parecen de verdad estar relajados y contentos en tu Presencia. Otros se ven tensos y agitados, personas inquietas que debemos evitar. Tú tienes una Presencia gentil y humilde; si me siento presionada(o) en mi oración, algo está mal. Un signo de tu Presencia es que mi alma se siente descansada.
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