Thursday, July 19, 2012

Los lefebvrianos responden 'no' a la propuesta del Vaticano




19 de julio, 2012. (Romereports.com) La Fraternidad Sacerdotal San Pío X ha publicado el comunicado tras el Capítulo general que incluye su respuesta a la actual oferta del Vaticano. 

El tono del documento no es nada positivo con Roma y aunque evita dar un 'no' explícito, sí que se puede leer entre líneas que no aceptarán entrar en la Iglesia católica en las actuales condiciones. 


Dicen que “la Iglesia está en total crisis y que el mundo se aleja cada día más de Dios y de su ley”. 

Aseguran que durante los días del capítulo general han “definido y aprobado las condiciones para una posible normalización canónica”. Es decir, los puntos mínimos indispensables que tratar con Roma. 

Hasta ahora entre los lefebvrianos había una gran división interna sobre las negociaciones con Roma. Ahora al menos queda claro que Fellay representa a todos. 

El comunicado asegura que las innovaciones del Concilio Vaticano II están “manchadas de errores”. Y también dice que esperan que “un debate franco y serio sea posible, teniendo como finalidad el retorno de las autoridades eclesiásticas a la Tradición”. 

Termina citando unas palabras de Marcel Lefebvre, su fundador, en las que pide a la Virgen que “intervenga para expulsar a los enemigos internos, que tratan de destruir la Iglesia más radicalmente que los enemigos externos”. 

El portavoz del Vaticano deja una puerta abierta a continuar las negociaciones con los lefebvrianos ya que ha respondido que “la Santa Sede toma nota de esta declaración pero sigue esperando la anunciada comunicación oficial por parte de la Fraternidad Sacerdotal para la continuación del diálogo entre la Fraternidad y el Vaticano”. 

Roma lleva décadas intentando que este grupo tradicionalista vuelva a la Iglesia católica, sin embargo los desplantes y las respuestas altivas de los lefebvrianos se han sucedido a lo largo de todo el proceso. 





Lefebvrianos: “La Iglesia está 

en crisis total y el mundo 

se aleja cada día más de Dios 

y de su ley”


El Vaticano sigue a la espera de la respuesta definitiva de la FSSPX


Se consideran los garantes de la auténtica 

fe y piden "el retorno de las autoridades 

eclesiásticas a la Tradición"


Los seguidores de Marcel Lefebvre critican de nuevo el Vaticano II y lo que consideran "innovaciones del Concilio Vaticano II que permanecen manchadas de errores", asi como "las reformas que de él han salido" y la "total crisis" de la Iglesia. Éstas son las principales conclusiones, publicadas en un comunicado, tras el capítulo general que concluyó el pasado sábado en Econe (Suiza)
El enrevesado comunicado contiene descalificaciones a Roma y, en él no detallan, por ahora, las condiciones para volver al redil o si esperan que las acepte el Vaticano. El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, asegura que ellos no han recibido ninguna comunicación oficial.
Comunicado de la Santa Sede
"El capítulo general de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, que ha concluido hace pocos días, ha dado a conocer una declaración acerca de la posible normalización canónica de la relación entre dicha Fraternidad y la Santa Sede. No obstante esa declaración se haya hecho pública, sigue siendo, ante todo, un documento interno, para el estudio y la discusión entre los miembros de la Fraternidad".
"La Santa Sede ha tomado nota de esta declaración pero sigue esperando la anunciada comunicación oficial por parte de la Fraternidad Sacerdotal para la continuación del diálogo entre la Fraternidad y la Comisión "Ecclesia Dei".
Texto completo del comunicado de la Fraternidad San Pío X
Al término del Capítulo General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, reunidos en torno a la tumba de su venerado fundador, Mons. Marcel Lefebvre, y unidos a su Superior General, nosotros los participantes, obispos, superiores y miembros más antiguos de la Fraternidad, queremos hacer llegar al cielo nuestras más vivas acciones de gracias por los cuarenta y dos años de tan maravillosa protección divina sobre nuestra obra, en medio de una Iglesia en total crisis y de un mundo que se aleja cada día más de Dios y de su ley.
Expresamos nuestra profunda gratitud a todos los miembros de la Fraternidad, sacerdotes, hermanos, hermanas, terciarios, a las comunidades religiosas amigas, así como a los queridos fieles por su dedicación diaria y por sus fervientes oraciones con motivo de este Capítulo, que conoció intercambios francos y un trabajo fructífero. Todos los sacrificios, todas las penas aceptadas generosamente contribuyeron sin duda a superar las dificultades que la Fraternidad ha enfrentado últimamente. Hemos vuelto a encontrar nuestra unión profunda en su misión esencial: mantener y defender la fe católica, formar buenos sacerdotes y trabajar en la restauración de la Cristiandad. Hemos definido y aprobado las condiciones necesarias para una eventual normalización canónica. Se estableció que en este caso, un Capítulo extraordinario deliberativo sería convocado de antemano. Pero nunca hay que olvidar que la santificación de las almas siempre comienza por nosotros mismos. Es la obra de una fe animada y operante por medio de la caridad, según las palabras de San Pablo: "Porque no tenemos ningún poder contra la verdad, la tenemos solamente por la verdad" (2 Cor. 13:8) y además: "Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo a ella... para que sea santa e inmaculada." (Ef. 5:25 s)
El Capítulo considera que el primer deber de la Fraternidad en el servicio que tiene la intención de prestar a la Iglesia es continuar profesando, con la ayuda de Dios, la fe católica en toda su pureza e integridad, con una determinación proporcionada a los ataques que esta misma fe no deja de sufrir hoy.
Por lo tanto, nos parece oportuno reafirmar nuestra fe en la Iglesia Católica Romana, única Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo, fuera de la cual no hay salvación, ni posibilidad de encontrar los medios que conducen a ésta; en su constitución monárquica, querida por Nuestro Señor, que hace que el poder supremo de gobierno sobre toda la Iglesia recaiga sólo sobre el Papa, Vicario de Cristo en la tierra; en la realeza universal de Nuestro Señor Jesucristo, creador del orden natural y sobrenatural, al cual todo hombre y toda sociedad debe someterse.
Sobre todas las innovaciones del Concilio Vaticano II que permanecen manchadas de errores y sobre las reformas que de él han salido, la Fraternidad sólo puede continuar adhiriendo a las afirmaciones y enseñanzas del Magisterio constante de la Iglesia; ella encuentra su guía en este Magisterio ininterrumpido que, por su acto de enseñanza, transmite el depósito revelado en perfecta armonía con todo lo que la Iglesia toda ha creído siempre y en todo lugar.
Asimismo, la Fraternidad encuentra su guía en la Tradición constante de la Iglesia que transmite y transmitirá hasta el final de los tiempos el conjunto de las enseñanzas necesarias para mantener la fe y para la salvación, esperando que un debate franco y serio sea posible, teniendo como finalidad el retorno de las autoridades eclesiásticas a la Tradición.
Nos unimos a los otros católicos perseguidos en los distintos países del mundo que sufren por la fe católica, y muy a menudo hasta el martirio. Su sangre derramada en unión con la Víctima de nuestros altares es la garantía de la renovación de la Iglesia in capite et membris [En la cabeza y en sus miembros], de acuerdo con el viejo adagio "sanguis martyrum semen christianorum" [La sangre de los mártires es semilla de cristianos].
"Finalmente nos dirigimos a la Virgen María, tan celosa de los privilegios de su Divino Hijo, celosa de su gloria, de su Reino en la tierra como en el Cielo. ¡Cuántas veces ella ha intervenido en la defensa, incluso armada, de la Cristiandad contra los enemigos del reino de nuestro Señor! Le suplicamos que intervenga hoy para expulsar a los enemigos internos que tratan de destruir la Iglesia más radicalmente que los enemigos externos. Que ella se digne mantener en la integridad de la fe, en el amor de la Iglesia, en la devoción al Sucesor de Pedro, a todos los miembros de la Fraternidad San Pío X y a todos los sacerdotes y fieles que trabajan con los mismos sentimientos, para que ella nos proteja y nos preserve tanto del cisma como de la herejía.
Que San Miguel Arcángel nos comunique su celo por la gloria de Dios y su fuerza para combatir al demonio.
Que San Pío X nos haga partícipes de su sabiduría, de su ciencia y de su santidad para discernir la verdad del error y el bien del mal, en estos tiempos de confusión y de mentiras." (Mons. Marcel Lefebvre, Albano, 19 de octubre de 1983).
Ecône, 14 de julio 2012

RD 

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