Sunday, September 16, 2012

Reflexión de José María Maruri S.J. EL “FUEQUE”



EL “FUEQUE”

Por José María Maruri, SJ

1.- Seguramente sabéis el cuentecillo de la profesora de religión cuando el Sr. Obispo pregunta a una niña: “Anda niña, dime el misterio de la Encarnación”. Y como la niña comenzara a hacer pucheros, la maestra le dice rápidamente: “anda, guapa, di el FUEQUE”. Y la niña dijo de carrerilla: “Fue que la Virgen María recibió el anuncio del ángel y concibió del Espíritu Santo…” “Y vosotros quién decís que soy yo”. Con Jesús no valen definiciones teológicas, respuestas memorizadas, no vale el FUEQUE.
¿Tú quien dices que soy yo? ¿Qué soy yo para ti? No os precipitéis en contestar porque a vuestra respuesta el Señor va a contestar con otra pregunta más comprometedora…


2.- La respuesta de Pedro “Tu eres el Mesías”, aunque inspirada por Dios no era suya, no salía de su corazón con plena comprensión de ella. En realidad no sabe lo que es ser Mesías, por eso quiere apartar a Jesús de la Pasión que les predice.

Hay otra respuesta de Pedro mas suya: “Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo”. Eso es Jesús para Pedro después de la Pasión, el centro de su corazón, el centro de su amor y de su vida, por el que va a trabajar y morir. Un Señor compasivo, perdonador, que ya no recuerda la debilidad y traición de Pedro.

También de otro apóstol tenemos su respuesta a esta pregunta: es la de Tomás, “Señor mío y Dios Mío”. Eso es Jesús para Tomás, su Dios y su Señor por el que al fin dará su vida sin cobardías.


3.- ¿Qué es Jesús para mí? ¿No, para todos nosotros? ¿Para ti que estás ahí sentado? ¿Para mí que os habla desde aquí?

a) ¿Es para mí Dios? ¿Mi Dios? Como reconocemos en la oración de cada misa: “Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos”

b) ¿Es para mi ese ser central, imprescindible, anterior y posterior a todo, inmenso, insondable, sin que el universo no tiene explicación?

c) Dios que debe ser el centro de mi vida, al que debo mirar al tomar mis decisiones, que cuenta conmigo para sus planes y yo debería contar con Él para los suyos.

d) Dios, mar insondable de bondad, que pasando la mano suave, como ola tranquila, por las heridas de mi corazón las cura una y otra vez, sin dejar cicatriz ni mancha, sin quedarse ni siquiera con el recuerdo.

¿Quién soy yo para ti? ¿Qué soy yo para ti? ¿Es mi Dios? ¿Y lo que preguntamos en el fondo de la conciencia –o nos pregunta el inmediatamente—cómo es posible que lleve la vida que llevo?


4.- ¿Quién dices tú que soy yo? El que se entregó y murió por mí fue la conclusión de San Pablo. El único en este mundo que ha dado su vida por mí… ¿Creemos esto o es como el FUEQUE de la niña? 
¿La vida que llevo se corresponde a esta creencia? ¿O es casi olvidada definición del catecismo? ¿Qué es Jesús para mí… para ti?

Betania

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