Su voz fue un grito profético
"Se enamoró del Señor Jesús y lo siguió hasta el extremo"
(Carlos Sánchez, en La Nación).- Dios en el momento más amargo de nuestra historia se hizo presente, y se encarnó en La Victoria, para desde allí se fuera gestando el paraíso, según el proyecto del creador. Y Pierre fue el liturgo acompañante de los pobres constructores de su liberación.
Pierre Dubois ha muerto. Dolor, recuerdos y admiración por este sacerdote que marcó con su testimonio a la Población La Victoria. ¿Pero quién era este hombre? ¿Un agitador social? ¿Un extremista? ¿Un ideólogo? ¿Un comunista infiltrado en la población de la zona sur de Santiago? Nada de eso, simplemente un sacerdote, seguidor del Nazareno, Jesús, que anunciaba el reino a los pobres y convivía con hombres y mujeres de mala reputación.
No era el sacerdote de la prudente Iglesia Católica, que alejada de los pobres y aliada con los poderosos ha relegado a Jesús vivo y actuante en la historia, a ser sólo recuerdo de un hecho que sucedió hace miles de años.
Pierre Dubois se enamoró del Señor Jesús y lo siguió hasta el extremo, dejando casa, padres, hermanos, su tierra, para venir a lejanos territorios a proclamar la buena noticia de las bienaventuranzas.
Pierre Dubois en estos días de velatorio ha sido acompañado por miles de hombres y mujeres que llorosos le recuerdan. No es sólo homenaje a este sacerdote francés, es un recuerdo agradecido a otros profetas como Mariano Puga, Rafael Maroto, José Aldúnate, Eugenio Pizarro, Monseñor Ariztía y el querido don Enrique Alvear.
Su voz fue un grito profético que denunciaba el maltrato, la tortura, muerte y desaparición de cientos de miles de chilenos y extranjeros en manos de los servicios de seguridad de la dictadura de Pinochet. Como el profeta del desierto gritó y clamó pidiendo el cese de la violencia. Abrió sus brazos y en el signo de la cruz, recordó a los represores que la muerte es semilla de resurrección.
Ha muerto Pierre Dubois. La última vez que lo ví, hace unos 2 años, fue en una actividad del sacerdote Sergio Torres, donde se encontraba presente el gran teólogo José Comblin. En esa ocasión acompañé al intelectual belga a la Victoria a conversar con Dubois. Fue una jornada privilegiada de estar con dos grandes hombres de testimonio de fe, amor, compromiso con los pobres y marginados.
Dubois corporalmente se encontraba debilitado, usaba silla de ruedas o su bastón, pero sus ojos claros brillaban hablando de proyectos pastorales y de acompañamiento a su gente, los compañeros de la Victoria.
Los profetas no sólo son aquellos que denuncian, sino aquellos que anuncian la llegada del reino. No un reino que caerá del cielo rodeado de ángeles, sino, se construye en el aquí y ahora.
Hoy los que con cinismo desde el poder expresan pésame por la muerte de Pierre Dubois, en su momento se opusieron a darle la nacionalidad por gracia.
Pierre Dubois en su caminar por la tierra poblacional chilena, fue compañero de ruta de miles. Un chileno que día a día construía desde la no violencia y el testimonio de creer en el Dios de Jesucristo.
Los que no merecen pertenecer a Chile, son los que un 11 de septiembre de 1973 traicionaron al pueblo y volvieron las armas en contra de la población desarmada.
Manuel Contreras, Augusto Pinochet, y los rufianes de la Junta y aquellos que sabiendo cómo Chile se desangraba guardaron silencio, esos no merecen llamarse chilenos. No son dignos de una patria. Sus crímenes y traición, los condenan.
Pierre Dubois con su testimonio educó más que mil eslóganes. Mostró nítidamente el rostro de Jesús resucitado que marcha donde hay un signo de organización y liberación.
Si en el funeral de Pierre están agitadas las banderas del Partido Comunista, si junto a su féretro marchan los ocupas, encapuchados, aquellos que suscriben otras causas, si en la catedral se agita la bandera de los sin casa, o de la diversidad, o la flameante bandera de los pueblos originarios, quiere decir que la lucha de hermandad asumida por Pierre fue efectiva.
La prudencia no es signo de los cristianos. La característica de los seguidores del resucitado es la que imprimieron ante los ojos del mundo, los primeros cristianos; Fe en el resucitado y testimonio de ser llamados a ser constructores de un mundo nuevo.
Es cierto que los ojos se nublan de lágrimas ante la partida de un hermano en la fe y en las luchas por la liberación, pero también es cierto se agradece a Dios por haber conocido y compartido con este hombre ejemplar.
Dios en el momento más amargo de nuestra historia se hizo presente, y se encarnó en La Victoria, para desde allí se fuera gestando el paraíso, según el proyecto del creador. YPierre fue el liturgo acompañante de los pobres constructores de su liberación.
¡Compañero Pierre Dubois, Hasta La Victoria, Siempre!
RD
Pierre Dubois. Entrevista exclusiva e inédita.
El Padre Pierre Dubois, en entrevista exclusiva, nos relata sus experiencias en la Población La Victoria y su permanente lucha junta a los pobres de nuestro país. Entrevista inédita realizada en septiembre de 2008.
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