Respuesta a las críticas del “New York Times”: “distinguir aquello que es verdadero de la simple animadversión o una calumnia”
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZCIUDAD DEL VATICANO
“Hace mucho tiempo que dejaron de afectarme estas cosas”. Con esas palabras el cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa salió al paso de las críticas lanzadas por “The New York Times”, que lo incluyó en una lista de cardenales que habrían fallado en la lucha contra los sacerdotes pederastas y participarán en la elección del próximo pontífice. El arzobispo emérito de Santiago de Chile no acepta que lo acusen de encubridor y pone en duda la credibilidad del diario estadounidense.
“Ahora se reúne en Roma, un Cónclave de cardenales falibles”. Con ese título el periódico de la gran manzana ofreció un análisis sobre los purpurados con antecedentes negativos en materia del combate a los abusos sexuales contra menores de parte de clérigos.
El artículo hizo referencia a personajes como Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, quien habría recibido regalos monetarios del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado, así como Sean Brady, primado de Irlanda; Justin Rigali, emérito de Philadelfia; Francis George de Chicago y Bernard Law, emérito de Boston.
En el elenco incluyó a Errázuriz, a quien acusó de haber ignorado “durante años” las acusaciones contra uno de los sacerdotes más importantes e influyentes del país, Fernando Karadima, y de haberse negado a recibir a las víctimas o llevar a cabo una investigación.
“No he leído la noticia de manera que el texto exacto no lo conozco, de todas maneras es imposible hablar de encubrimiento cuando se llevó adelante un proceso judicial, yo mismo pedí que se levantase toda prescripción. Para la Iglesia existe una condena (contra Karadima), cosa que no se ha dado en los tribunales civiles. (Con estos antecedentes) es muy difícil tener razón hablando de encubrimiento”, replicó el purpurado.
Insistió que las críticas no le afectan en las instancias previas al inminente Cónclave para elegir a un sucesor de Benedicto XVI. “The New York Times tiene su propia fama y no toda la gente cree lo que escribe”.
“Uno debe acostumbrarse y recordar a Jesucristo, la forma en que hablaron mal de él, antes de su muerte, durante el proceso, después de su muerte. Cristo dijo: ‘el que quiera ser mi discípulo tome su cruz y me siga’. Esto es simplemente un seguimiento al señor, muchas veces se requiere un discernimiento muy cuidadoso de lo que se dice de las personas de la Iglesia, tratando de distinguir aquello que es verdadero de la simple animadversión o una calumnia”, apuntó.
Francisco Javier Errázuriz fue arzobispo de Santiago de Chile entre 1998 y 2010. En 2004 recibió las primeras denuncias contra el carismático sacerdote Fernando Karadima, responsable de la parroquia Sagrado Corazón de El Bosque y guía espiritual de Unión Sacerdotal del Sagrado Corazón de Jesús. Pero el proceso canónico se abrió hasta el año 2007 y las actas del mismo fueron turnadas al Vaticano apenas en 2010.
Tocó a su sucesor, Ricardo Ezzati Andrello, dar curso definitivo al juicio que terminó con una clamorosa sentencia de culpabilidad emitida por la Congregación para la Doctrina de la Fe. El mismo Errázuriz reconoció en su día haber llevado adelante la investigación con demasiada lentitud. Las víctimas le acusaron de negligente y le convirtieron en el centro de sus críticas, en un caso que se convirtió en un escándalo nacional.
En las últimas semanas, tanto en Italia como en Estados Unidos, se ha dado un encendido debate público sobre la participación en el próximo Cónclave de cardenales cuestionados por no tener un pasado del todo transparente en materia de gestión de los casos de abusos sexuales a menores de parte de clérigos católicos. El personaje más cuestionado es Roger Mahony, arzobispo emérito de Los Ángeles en los Estados Unidos, luego que los documentos de su Arquidiócesis publicados en enero demostraron evidentes errores en este campo.
Por su parte la Santa Sede defendió el derecho y el deber de todos los cardenales a participar en el Cónclave, deplorando el intento de los medios por condicionar la elección del próximo obispo de Roma.
Vatican Insider
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