"La mayor fidelidad al Papa es liberarlo del papado"
"Lo que está haciendo no le debe gustar
mucho a la curia"
Defensor de una profunda reforma de la Iglesia, el teólogo José Ignacio González Faus (Valencia, 1935) ve con esperanza el papado del argentino Jorge Bergoglio, jesuita como él, y pide que se haga luz en sus sombras. Alumno de Ratzinger en Alemania y mal visto en la curia, el director de Cristianismo y Justicia publica ahora "Herejías del catolicismo actual" y da estos días unas charlas en el centro Fonseca, en A Coruña. Lo entrevista Isabel Bugallal en Faro de Vigo.
- ¿Qué impresión tiene del Papa Francisco?
- Hasta ahora es bastante prometedor. Por otro lado, lo que ha hecho son cosas elementales: que un Papa no se vista con ostentación, que no vaya en una limusina, decir que lo llamen de tú y que es un hermano... Todo eso es muy elemental y muy bonito. Cuando pase de los gestos a las cuestiones más de fondo como son la reforma de la curia y la Iglesia de los pobres, que son para mí los aspectos más importantes, ya veremos lo que puede y le dejan hacer. A veces, cuando creemos que no hay esperanza, de pronto se produce un milagro.
- ¿Estos gestos harán olvidar la reforma de la curia y los escándalos como el Vatileaks o los abusos sexuales?
- Quiere ser el obispo de Roma, ¿debe renunciar a ser jefe del Estado Vaticano?
- Ese es un detalle muy significativo. ¿Declararse obispo de Roma significa, además, que está dispuesto a renunciar a ser jefe del Estado? Es una reivindicación de mucha gente. Sería un papado más evangélico. No me imagino a este Papa en un viaje de Estado a España visitando un barrio miserable en Madrid o Barcelona, como la Cañada Real o el Raval, porque no son sitios para un jefe de Estado. No sé si está en su agenda. Hay que darle tiempo con esperanza y ganas de ayudar.
- Es el primer Papa jesuita, ¿es bueno para la congregación?
- Cualquiera puede ser un buen Papa y nosotros no somos los mejores. San Ignacio quería una especial fidelidad al Papa y yo creo que en estos momentos la mayor fidelidad al Papa es liberarlo del papado, porque el papado altera la figura evangélica de lo que tenía que ser el sucesor de Pedro.
- ¿La elección de Bergoglio, con el apoyo americano, es un golpe para el Opus Dei y movimientos como Comunión y Liberación o los kikos?
- Puede serlo pero, si tienen fidelidad al ministerio de Pedro, no será problema. Antes del Cónclave se creó un frente fundamentalmente entre América del Norte y Alemania para evitar la elección de un Papa italiano.
- Evidentemente. Mi primera ilusión es que fuese un Papa no europeo, porque el futuro de la Iglesia no está en Europa; cristianamente significamos ya muy poco.
- Continúan las reservas en cuanto a su papel en la dictadura argentina.
- No tengamos miedo a la verdad y que la verdad salga. Si hay alguna sombra en su pasado, también Pedro la tuvo y fue querido.
- ¿El enfrentamiento de Bergoglio al antiguo general de los jesuitas, Kolvenbach, fue por la Teología de la Liberación?
- Hubo una división en la provincia argentina pero ignoro el motivo del enfrentamiento. Se ha dicho que [Bergoglio] es enemigo de la Teología de la Liberación y amigo de los pobres. Un camelo. Y la prueba es que Gustavo Gutiérrez, Jon Sobrino o Leonardo Boff, teólogos de la Liberación, están contentísimos. La Teología de la Liberación lo único que dice, en sustancia, es que los pobres son los representantes de Dios y hay que estar con ellos; todo lo demás son añadidos para poder atacarla.
- ¿Es necesario otro Concilio?
- La gran mayoría de los obispos es tan conservadora que preferiría que no hubiese otro Concilio. Por otro lado, son tantos que sería costosísimo. Sería mejor establecer un verdadero gobierno colegial en la Iglesia, que los obispos fuesen elegidos de otra manera y su poder fuese decisivo.
- Ha sido muy crítico con Ratzinger, ¿sigue siéndolo?
- Critiqué aspectos de su teología pero no su persona. El gesto de dimitir es muy significativo; es una manera de decir que lo que quería hacer, reformar la curia, no pudo hacerlo.
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