El papa Francisco, al llegar al Coliseo romano para encabezar el simbólico Vía Crucis. Foto: AFP
ROMA.- Luego de encabezar la celebración que recuerda la Pasión de Cristo (las últimas horas de la vida de Jesús) y de postrarse contra el suelo de la Basílica de San Pedro como símbolo de la pequeñez humana ante la inmensidad del amor de Dios, el papa Francisco preside en el Coliseo romano el primer Via Crucis de su pontificado.
Durante las 14 estaciones del Vía Crucis, la cruz será llevada por personas de distintas nacionalidades; entre ellas, dos jóvenes brasileños, según informó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
El símbolo del Viernes Santo será llevado -desde las 17 (hora argentina)- por personas de nacionalidad italiana, india, china, nigeriana, libanesa y dos jóvenes brasileños, a los que Francisco nombró especialmente, en relación a la próxima Jornada Mundial de la Juventud que se realizará en Río de Janeiro, en julio de este año.
El argentino Jorge Mario Begoglio llegó en un automóvil negro al anfiteatro iluminado a pleno, donde fue recibido por el alcalde de Roma, Gianni Alemano y altas autoridades religiosas, en medio de una multitud entusiasmada de fieles con antorchas encendidas para presidir uno de los momentos cruciales de los ritos tradicionales de Pascua.
El cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, lleva la cruz en la primera y última estación (la decimocuarta). Una familia italiana y otra india la llevarán en la segunda y tercera.
Un enfermo y tres voluntarios de Unitalsi, grupo católico italiano que lleva enfermos a Lourdes, portarán la cruz en la cuarta y quinta y dos seminaristas chinos lo harán en la sexta y séptima.
Después, el símbolo de los cristianos será portado por dos frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa (en la octava y novena estación), y por dos religiosos, uno nigeriano y el otro libanés, en la décima y undécima estaciones.
En la duodécima y decimotercera estaciones la cruz la portarán dos jóvenes de Brasil, país donde se celebrará la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en julio próximo, a la que asistirá el papa Francisco.
Al final del Vía Crucis, Francisco pronunciará unas palabras.
UNA CEREMONIA ESPECIAL
Jóvenes libaneses han escrito las meditaciones del Vía Crucis de este año, en las que denuncian las injusticias de los poderosos, exigen libertad religiosa y piden a los cristianos que sigan en Tierra Santa, a pesar, incluso, de la persecuciones que sufren.
Las meditaciones que acompañan a las catorce estaciones del Vía Crucis, que discurrirá por el Coliseo y la colina del Palatino de Roma, han sido escritas bajo la dirección del cardenal Becharas Boutros Rai, patriarca de la Iglesia Maronita, y fueron solicitadas por Benedicto XVI tras el viaje que realizó a Líbano el pasado año.
El mensaje es una forma de destacar el drama que vive Oriente Medio, con la guerra de Siria, pero también la difícil coexistencia entre musulmanes y cristianos, el auge del islam y la huida de muchos cristianos de la región ante la persecución que sufren, en particular en Egipto.
Estas meditaciones encargadas por el ahora Papa emérito podría centrarse en la defensa de la vida, amenazada por guerras, intolerancia, opresión, y también, según la Iglesia, por las leyes (aborto, eutanasia) que no defienden lo suficiente los derechos de los más pobres. Conceptos que Francisco, que alza constantemente su voz a favor de la "protección", asume plenamente.
Se estima que en Roma hay una asistencia de fieles mayor de lo habitual por la curiosidad que despierta y el magnetismo que desprende el papa argentino
La Nación
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