Habían encargado 3.000 ejemplares, pero sus censores prohiben su venta
Javier Gogeascoechea: "La única razón que
han dado es que a sus lectores no les va
a gustar"
(RD).- "Francisco. El nuevo Juan XXIII" (Desclée-RD), el primer libro sobre el nuevo Papa, escrito por José Manuel Vidal y Jesús Bastante, es ya, un día después de salir a la venta, un éxito en España e Iberoamérica. Sin embargo, las librerias Troa, pertenecientes al Opus Dei, han vetado su venta en su red comercial, después de haber solicitado 3.000 ejemplares a la editorial.
¿Las razones? Que sus censores -porque en pleno siglo XXI todavía hay censores- no lo ven con buenos ojos. Una nueva muestra de que la primavera que auspicia el nuevo Papa molesta, y mucho, a algunos movimientos ultraortodoxos.
El libro, prologado por José Bono, cuenta con una tirada inicial de 12.000 ejemplares-de la que ya se ha hecho una reimpresión de 2.500 ante la avalancha de peticiones- y está siendo traducido a varios idiomas.
Todas las librerías especializadas de España e Iberoamérica se han mostrado interesadas por la publicación. Incluyendo la cadena Troa, vinculada al Opus Dei, que nada más llegar la noticia a través de los canales comerciales habituales, hizo un pedido considerable: 3.000 ejemplares.
"Habíamos pactado con los de Troa una colocación primera de 3.000 ejemplares", constata Javier Gogeascoechea, consejero delegado de Desclée. "Sin embargo, hoy ha llamado la encargada de compras (Loreto Boves) y me ha dicho que le han echado una bronca terrible, y hay cosas en el libro que a sus lectores no les van a gustar".
"Me ha comentado que el censor lo está terminando de leer, pero parece ser que no lo van a sacar a la venta", explica Gogeascoechea en conversación con Religión Digital.
"Lo han censurado. La única razón que han dado, es que hay algunas frases que están mal, y, literalmente: "Bueno, no, es que nuestros lectores no van a aceptar esto... Mañana te lo confirmo".
"Es un ejemplo paradigmático de que, para algunos, no existe la primavera eclesial inaugurada por el Papa Francisco. Viejos esquemas, viejos hábitos censores, ocurantismo, falta de transparencia...Todo lo contrario de lo que pide el nuevo Pontífice", ha subrayado el director de Religión Digital, José Manuel Vidal, quien se mostró "extrañado" con la noticia, toda vez que fue la propia cadena de librerías la que, tras tener conocimiento de la publicación del primer libro sobre el nuevo Papa, hizo un primer pedido de 3.000 ejemplares.
Esta web ha tratado, en varias ocasiones a lo largo de la tarde, ponerse en contacto con Loreto Boves, directora de la librería Neblí (calle Serrano 80) y responsable de compras de Troa, que ha argumentado estar reunida: Posteriormente, pudimos contactar con ella, y ésta fue su respuesta: "La oferta del papa cada día es más grande, y hemos decidido concentrarnos en otros. Cada día hay más y hay autores que sabemos que vamos a vender mejor". No quiso hacer referencia a censura alguna en su breve alocución con RD.
En la web de Troa, hay un destacado especial con los libros que, hasta la fecha, se han ido publicando del Papa Francisco. En el mismo, no aparece el libro de Vidal y Bastante, el primero sobre el nuevo Papa.
"Además, es un claro ejemplo de las resistencias al cambio que se va a encontrar el nuevo papa en su tarea de aggiornar la Iglesia. La nueva dinámica eclesial no se merece atentados contra la libertad de expresión como éste. La Obra debería dar explicaciones y no esconderse detrás del parapeto habitual de que se trata de una empresa independiente", añadió Vidal.
Desde la Prelatura del Opus Dei en España, su responsable de prensa, Manuel Garrido, se mostraba sorprendido con la noticia y declaraba que "como Opus Dei no tenemos nada que decir. No entramos ni salimos en esto. No tenemos nada que ver con Troa, ni en el primer movimiento ni el de considerarlo. Nada que ver, porque no intervenimos en ningún tipo de decision que afecta a esa empresa. Puede haber personas de la Obra dentro, pero ellos responden de sus decisiones. Desconozco las razones de ese cambio de postura".
La única referencia que en "Francisco. El nuevo Juan XXIII" (Desclée-RD) se hace sobre la prelatura del Opus Dei se encuentra en la página 104, donde se dice lo siguiente:
Con el Papa Francisco no habrá revancha ni cambio de cromos, pero sí un giro en la sensibilidad eclesial. La Iglesia dejará de ser el coto privado, exclusivo y cerrado de los movimientos neoconservadores. Para pasar de una Iglesia uniforme a otra mucho más plural, abierta y dialogante.Fue Juan Pablo II el que, a poco de llegar al solio pontificio, diseña el programa de su pontificado. Y le pone un nombre: "nueva evangelización". Una vez pensada, para difundirla, necesita huestes bien preparadas y numerosas. No puede o no quiere contar con jesuitas ni dominicos ni franciscanos ni demás congregaciones que, a su juicio, luchan más por sacar a la gente de la pobreza que por hablarles de Cristo. Sus nuevas legiones serán los movimientos neoconservadores. Mientras al Opus Dei y a los Legionarios de Cristo les encomienda las clases altas y las elites, a los carismáticos y, sobre todo, a los neocatecumenales de Kiko Argüello les reserva la gente sencilla.Y para poder apoyarse con garantías en el llamado "club de Roma" (Opus Dei, Kikos, Focolares, Comunión y Liberación, Carismáticos y Legionarios de Cristo), Wojtyla tuvo que darles poder y reconocimiento. En 1982, cuatro años tan sólo después de su elección al solio pontificio, Juan Pablo II concedió al Opus Dei un estatus de Prelatura personal (único en la Iglesia), lo que colocó a la Obra por encima de la jurisdicción de los obispos diocesanos. Una Iglesia dentro de la Iglesia. Después vendrían otros muchos e importantes favores. Como la canonización de San Josemaría. O el nombramiento de obispos diocesanos por "cupos", es decir atendiendo a su procedencia de los diversos movimientos.
Una vez más, parece que la censura continúa instalada en los rancios esquemas de algunos grupos que no terminan de encontrarse cómodos con el nuevo rumbo que parece estar tomando la barca de Pedro de la mano de Francisco. Y que buscan, desde el silencio o absurdas maniobras de veto, que el aggiornamento no se produzca. Y que Iglesia continúen siendo sólo unos pocos.
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