Wednesday, May 01, 2013

La reforma, Francisco y los consejos (nunca solicitados)


El Sustituto de la Secretaría de Estado, Becciu: «es absolutamente prematuro proponer cualquier hipótesis sobre el futuro de la Curia»

ANDREA TORNIELLICIUDAD DEL VATICANO
«El Papa todavía no se ha reunido con el grupo de consejeros que eligió y ya hay una avalancha de consejos…». Lo afirmó el Sustituto de la Secretaría de Estado, Angelo Becciu, en una entrevista con “L’Osservatore Romano” en la que indicó las distancias con respecto a tantas especulaciones sobre la reforma de la Curia y del Ior que han aparecido en las últimas semanas, después del anuncio de la creación de un grupo de 8 cardenales que deberán aconsejar al Papa en el gobierno de la Iglesia universal y que estudiarán un proyecto de revisión de la Curia.


 Con respecto al equilibrio de los poderes, a las hipótesis de nombrar moderadores, coordinadores, «superministerios de la economía», Becciu indicó: «Efectivamente, es un poco raro: el Papa todavía no se ha encontrado con el grupo de consejeros que eligió y ya llueven los consejos. Después de haber hablado con el Santo Padre, puedo decir que en este momento es absolutamente prematuro proponer alguna hipótesis sobre el futuro eje de la Curia. El Papa Francisco está escuchando a todos, pero, en primer lugar, querrá escuchar a los que eligió como consejeros. Después se planteará un proyecto de reforma...».

 Sobre el IOR, el Sustituto de la Secretaría de Estado afirmó: «El Papa se sorprendió al ver que le atribuía frases que no ha pronunciado nuca y que tergiversan su pensamiento. La única alusión al respecto la pronunció durante una breve homilía en Santa Marta, improvisando, en la que recordó con pasión que la esencia de la Iglesia consiste en una historia de amor entre Dios y los hombres, y cómo las estructuras humanas, incluido el IOR, son menos importantes. La referencia fue una alusión debida a la presencia en la Misa de algunos empleados del Instituto, en el contexto de una invitación seria a no perder nunca de vista la esencialidad de la Iglesia».


En cuanto a la eventual reestructuración de los dicasterios, Becciu explicó: «No sé prever los tiempos. Sin embargo, el Papa nos ha pedido a todos, responsables de los dicasterios, que continuemos con nuestro servicio, pero sin la intención de proceder, por el momento, en la confirmación de los puestos. Lo mismo vale para los miembros de las Congregaciones y de los Pontificios Consejos: el ciclo normal de confirmaciones o de nombramientos, que se verifican cuando se cumplen los mandatos quinquenales, por el momento se encuentra suspendido, y todos continúan en el propio puesto “hasta nueva disposición” (donec aliter provideatur). Esto indica la voluntad del Santo Padre de tomar el tiempo necesario para reflexionar (y orar, no hay que olvidarlo) para tener un cuadro profundo de la situación».


El arzobispo desmiente que la decisión de nombrar un consejo de cardenales ponga en entredicho el primado del Papa (o pueda demoler el papado), como han afirmado algunos ambientes tradicionalistas: «Se trata de un órgano consultivo, no decisional, y, seriamente, no veo cómo podría esta decisión del Papa Francisco poner en discusión el primado. En cambio, es cierto que se trata de un gesto de enorme relevancia, que pretende dar una señal precisa con respecto a las modalidades conlas que el Santo Padre ejercerá su ministerio. De hecho, no hay que olvidar cuál es la primera tarea que recibió el grupo de los ocho cardenales: asistir al Pontífice en el gobierno de la Iglesia universal. No me gustaría que la curiosidad por la nueva cúpula o por las estructuras de la Curia romana hiciera pasar a un segundo plano el sentido profundo del gesto que llevó a cabo el Papa Francisco».
  

Becciu añadió que la expresión «aconsejar» no es indefinita: «al contrario, aconsejar es una acción importante, que en la Iglesia se define teológicamente y que encuentra expresión en diferentes niveles. Basta pensar, por ejemplo, en los órganos de participación en las diócesis y en las parroquias, o en los consejos de los superiores provinciales y generales, en los Institutos de vida consagrada. La función del “aconsejar” debe ser interpretada en clave teológica: en una óptica mundana, deberíamos decir que un consejo sin poder deliberativo es irrelevante, pero esto significaría comparar a la Iglesia con una empresa. En cambio, teológicamente, el “aconsejar” tiene una función absolutamente relevante: ayudar al superior en la obra del discernimiento, en la comprensión de lo que el Espíritu exige a la Iglesia en un determinado momento histórico. Sin esta referencia, por lo demás, no se entendería nada, ni siquiera sobre el significado auténtico de la acción del gobierno de la Iglesia»


Las palabras del Sustituto llegan después de muchos rumores sobre reformas, sobre fusiones o agilizaciones, redimensionamientos e incluso sobre la creación de nuevas figuras (como en el caso del “moderator curiae” que propuso el cardenal Coccopalmerio). Pero se ha tradado de ideas, no de proyectos que se estén considerando seriamente, sobre todo porque el verdadero trabajo del consejo de los 8 cardenales elegidos por el Papa Francisco todavía debe comenzar. Y luego, porque el mismo Pontífice está llevando a cabo consultaciones y se está reuniendo con muchas personas, para tener una idea mucho más precisa sobre los problemas que afligen a la “máquina curial”. En esta fase, pues, el Papa escucha más que otra cosa; busca información y da pocas indicaciones. Así, son muchos las alusiones sobre decisiones reales o presuntas y sobre los documentos que se están estudiando, que describen los contenidos de las entrevistas que se han desarrollado en diferentes audiencias y que terminan siendo la expresión de los deseos de los visitantes en lugar de la confirmación de las indicaciones reales del Papa Francisco.

Vatican Insider

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