Jesús Manuel Sariego, padre Provincial para Centroamérica, oficia la misa en la cripta de catedral.
“Esta conmemoración la hacemos en esta sagrada cripta, donde aun se escuchan las palabras proféticas de Monseñor Romero¨, dijo el Provincial para Centroamérica, Jesús Manuel Sariego, en el Vigésimo Cuarto aniversario del asesinato de seis padres jesuitas y sus dos colaboradoras, el 16 de noviembre de 1989.
La celebración de la eucaristía en la Cripta de Catedral reunió a diversas congregaciones religiosas, civiles y población civil, que llegaron desde muy temprano para escuchar el Evangelio de Lucas, que habla de la perseverancia del trabajo y la defensa de la fe, que podría costar hasta la vida.
“Nosotros juntamos esta celebración con los dos hechos, recuerdo el día que Monseñor Arturo Rivera Damas, llegó al jardín donde mataron a los padres Jesuitas –cuando los periodistas le preguntaron- ¿Quiénes pensaba él, que podrían haberlos mandado a matar?, -respondió- el mismo odio que mató a Monseñor Romero¨, recordó.
Monseñor Romero, agregó Sariego, es el Pastor del pueblo salvadoreño, y los Padres Jesuitas siempre le mostraron mucho respeto y cariño, por lo que siempre unían la conmemoración de estas muertes martiriales, “y ahora, con la esperanza que algún día suba Monseñor Romero a los altares, con el Papa Francisco, se hará más fácil el camino”, opinó.
La Iglesia Católica designó el 2013, como el “Año de la Fe”, por lo que, Sariego invitó al pueblo salvadoreño a fortalecerla, y citó el compromiso espiritual de Monseñor Romero y los Padres Jesuitas, cuyas muertes martiriales lograron parte del entendimiento que llevó a la firma de los Acuerdos de Paz, en enero de 1992.
«Su sangre martirial no fue en vano, se logró una convivencia pacífica en el país, pero debe ser fortalecida todos los días, la pobreza y la violencia, siguen siendo los grandes problemas de la sociedad salvadoreña”, señaló.
En cuanto al atentado que sufriera el pasado jueves, la sede de Pro Búsqueda, fundada por el Padre Jesuita, Jon Cortina, el Provincial afirmó que podría relacionarse por el trabajo y documentación.
“Estamos claros, que habrá pronto una resolución de la Sala de lo Constitucional, sobre la Ley de Amnistía, y esto es temido por muchos, que ven peligrar su seguridad, y que tantos hechos delictivos salgan a la luz, después que actuaron con tanta impunidad, les preocupa», afirmó.
Asimismo, consideró que hay muchos sectores en el país, que opinan que se debe levantar la Ley de Amnistía, solo para algunos casos, aunque dejó este debate a los abogados constitucionalistas y legisladores, para pronunciarse sobre este tema.
Sariego adelantó que de derogarse la Ley de Amnistía, la Compañía de Jesús no iniciará una persecución judicial contra los que podrían resultar señalados como los autores intelectuales del hecho, ni aspiraban a un encarcelamiento.
“Nosotros no queremos venganza, ni encarcelamiento de las personas, porque creo que nadie se compone en un cárcel salvadoreña, lo que si queremos es la verdad y la justicia, porque solo así habrá un avance en el país, - como Jesús dijo- la verdad os hará libres, entonces necesitamos conocer la verdad, para después reconciliarnos sin la oscuridad de la mentira”, expresó.
Sobre los hechores materiales del crimen, Sariego consideró que estaba bastante claro, sobre quienes fueron los oficiales que dispararon a cada padre Jesuita y sus colaboradoras, ese 16 de noviembre de 1989.
“Las balas tienen números y se lograron identificar los fusiles, de eso no cabe duda, lo que necesitamos saber es quién planificó este asesinato, bajo que órdenes superiores actuaron estos miembros del ejército salvadoreño; porque ellos no actuaron por su cuenta, esto sería un cambio significativo en el caso, ya que, todo se centra en los hechores materiales, porque siempre hemos encontrado bloqueo en la línea de esa información”, acotó,
Asimismo, Sariego agregó que en España aun se encuentra abiertas y pendientes las causas una judiciales, que impulsan familiares de algunos sacerdotes que resultaron víctimas.
Diario Co Latino
La luz de los mártires jesuitas sigue encendida
La tradicional marcha de los Farolitos, en la conmemoración del asesinato de los sacerdotes jesuitas de la UCA, y sus dos empleadas, ocurrida el 16 de noviembre de 1989.
Han pasado 24 años desde aquella noche del 16 de noviembre de 1989, en la que seis sacerdotes jesuitas y dos de sus colaboradoras fueron asesinados por una unidad élite del ejército salvadoreño, durante la guerra civil en El Salvador.
En conmemoración del vigésimo cuarto aniversario del asesinato, el sábado, cientos de jóvenes estudiantes y personas de diferentes puntos del país y del mundo, recordaron la vida, pensamiento y obra de los mártires asesinados por denunciar la injusticia social y represión contra el pueblo en aquellos días de la guerra civil salvadoreña.
El escenario de la remembranza fue, como todos los años, en las instalaciones de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), mismo lugar donde ocurrió la masacre, ejecutada por un pelotón del batallón Atlacatl de la Fuerza Armada de El Salvador, el cual actúo bajo las órdenes del Estado Mayor de la Fuerza Armada.
Allí, entre cantos, oraciones y la tradicional procesión de los farolitos, los presentes rindieron homenaje y dieron muestra que el legado de los padres jesuitas aún permanece vivo.
Durante la procesión, los participantes llevaban imágenes, de cada uno de los mártires, acompañadas de vistosas palmas multicolores y velas convertidas en faroles.
Con todo lo anterior, los presentes recorrieron el contorno de las instalaciones de la Universidad, en el cual, los participantes realizaron ocho estaciones, dedicada a cada una de las víctimas.
Luego de la procesión, la conmemoración continuó con una misa y una vigilia, en homenaje a los mártires de la UCA y El Salvador.
“Los mártires son luz para nosotros, son una guía… caminamos con ellos.
Están presentes iluminan nuestro camino y nos dan fuerza y ánimo para esta lucha de construir el reino de Dios en El Salvador”, expresó Andreu Oliva, Rector de la UCA.
Están presentes iluminan nuestro camino y nos dan fuerza y ánimo para esta lucha de construir el reino de Dios en El Salvador”, expresó Andreu Oliva, Rector de la UCA.
Los sacerdotes asesinados fueron Ignacio Ellacuría, rector de la UCA; Ignacio Martín Baró, vicerrector académico; Segundo Montes, director del Instituto de Derechos Humanos de la UCA; Juan Ramón Moreno, director de la Biblioteca de teología; Amando López, profesor de filosofía; Joaquín López, fundador de la universidad y estrecho colaborador. Y sus dos colaboradoras Elba Ramos y Celina Ramos (madre e hija).
Presidente Funes envía mensaje
En tanto, previo a estos actos en la UCA, durante su programa radial sabatino, el presidente de la República, Mauricio Funes, envió un mensaje de solidaridad a la comunidad jesuita y a los familiares de los religiosos asesinados, de quienes dijo que sus muertes significaron una pérdida “irreparable” para el país.
De acuerdo con el mandatario, al padre Ignacio Ellacuría y a sus compañeros les “asesinaron hace 24 años por sus ideas”.
“De forma simbólica” los disparos de fusil M16 de los solados que participaron en el operativo que acabó con sus vidas, así como el de una empleada de la comunidad y su hija, “fueron a la cabeza”, comentó.
En tanto, añadió que los sacerdotes “estaban ayudado a esclarecer los hechos de la realidad, a denunciar el pecado estructural, a denunciar la injusticia social” que se ha heredado y que hoy están combatiendo.
En este sentido, recordó que en noviembre de 2009, a pocos meses de iniciado su mandato, les entregó a sus familiares la Orden José Matías Delgado, conferida a los sacerdotes de forma póstuma, como un reconocimiento a su aporte para el proceso de negociación, la construcción de la paz y la refundación del Estado democrático en el país.
Co Latino
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