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Thursday, November 07, 2013
Sacerdote jesuita “explica” al Papa: Francisco va más a la conversación
ROMA, 06 Nov. 13 / 07:19 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco “está más acostumbrado a la conversación que a la lección” y considera como necesidad urgente la nueva evangelización, explicó el sacerdote jesuita Robert P. Imbelli, en un artículo donde también advirtió que las palabras del Pontífice pueden ser distorsionadas cuando son trasladadas “al horizonte exclusivamente laico de los órganos de prensa”.
En su artículo “Una conversación que continúa” publicado en la revista de los jesuitas de Nueva York (Estados Unidos), "America", el teólogo Imbelli abordó la entrevista que el Papa concedió a "La Civiltà Cattolica", cuyo propio director, el jesuita Antonio Spadaro, afirmó que “lo nuestro ha sido más una conversación que una entrevista”.
“En sus frases introductorias –destacó el P. Imbelli-, Spadaro hace esta observación: ‘Es evidente que el Papa Francisco está más acostumbrado a la conversación que a la lección’”.
“Considero importante –añadió el teólogo jesuita- citar estas observaciones, porque situar las afirmaciones del Papa en el género de la conversación puede servir como una guía mejor a las interpretaciones que se dan de ella. Ha sido una conversación entre dos creyentes que comparten un compromiso, una visión y un lenguaje común, y que está siendo escuchada también por un mundo ansioso por detectar cualquier indicio de cambio en la enseñanza de laIglesia, pero que a menudo es sordo ante el lenguaje más profundo de la fe”.
En ese sentido, el P. Imbelli destacó que el Papa “no discute lo que ya es enseñanza consolidada del magisterio”. “Sin embargo, es significativo su reposicionamiento de estas enseñanzas morales respecto al corazón de la cuestión, que es la proclamación por parte de la Iglesia de la buena nueva que ‘¡Jesucristo te ha salvado!’. Aunque él no usa este término, parece evidente que lo que Francisco considera la necesidad urgente de nuestro tiempo es la nueva evangelización, una renovada proclamación del amor y de la misericordia de Dios encarnado y hecho accesible en Jesucristo”.
“Aquí se puede apreciar la fuerte evocación del Papa de la dimensión mística de la vida cristiana. Como Benedicto XVI, Francisco insiste sobre el hecho de que el cristianismo no puede reducirse a un código moral. Es, ante todo, una relación con una persona: la persona de Jesucristo”, indicó.
Sin embargo, advirtió que “la insistencia del Papa sobre la centralidad de Jesucristo, sobre el discernimiento por el bien del discipulado (…), corre el riesgo de ser ignorada a causa del enfoque limitado a los ‘temas candentes’ por parte de los medios de comunicación. Por consiguiente, aunque esta conversación fraterna fascine y conquiste, cuando es trasladada al horizonte exclusivamente laico de los órganos de prensa, las palabras pueden distorsionarse fácilmente”.
Continuar la conversación
En su artículo, el P. Imbelli manifestó su deseo de plantear algunas inquietudes al Santo Padre “si ‘America’ me confiase dar un seguimiento a la conversación con el Papa Francisco”.
“Padre Santo –expresa el jesuita-, en la conversación Usted parece más crítico con los ‘restauracionistas’ y los ‘legalistas’ que con los ‘relativistas’ (que tanto preocupaban a su ilustre predecesor). Usted hace una breve alusión al ‘relativismo’ sólo para sostener que el Dios de la Biblia, que nosotros encontramos ‘en el camino’, trasciende el relativismo. Pienso que muchos oyentes de la conversación sacarían un gran provecho si Usted aclarara ulteriormente su pensamiento al respecto. ¿Cómo podemos hablar hoy del Dios revelado en Jesucristo como de un ‘absoluto’?”.
“Usted dirige, además, un poderoso llamamiento a la Compañía que lleva el nombre de Jesús para que se ‘descentre’ de sí misma y se centre siempre en ‘Cristo y su Iglesia’. Pero, ¿cuáles son las implicaciones de proclamar a Cristo como centro? Esto, ¿no nos obliga a ir más allá de la narración para llegar al corazón de la verdad? ¿Más allá de la práctica para llegar a su fundamento contemplativo? Conociendo sus homilías en Santa Marta sobre la Carta a los Colosenses, que proclama a Cristo como ‘la imagen del Dios invisible… en el cual todas las cosas subsisten’, puedo, ciertamente, anticipar su respuesta. Pero una ulterior reflexión sobre este tema enriquecería mucho y ayudaría a continuar la conversación, especialmente entre aquellos que se encuentran en el ‘atrio de los gentiles’”, añade.
El P. Imbelli también destaca la preferencia del Papa por la "esperanza" más que por el "optimismo". “Pero probablemente por falta de tiempo, Usted no dice nada más para describir esta esperanza, salvo hablar de ella como de una ‘virtud teologal’ y ‘en definitiva, un regalo de Dios’. Pero sé que un mundo a menudo vacío de esperanza, - y también de optimismo -, anhela conocer las dimensiones y la riqueza de esta esperanza y escuchar ‘una razón (logos) de la esperanza que está en nosotros’”.
Finalmente, el teólogo jesuita recuerda la pregunta de Spadaro “sobre los cambios del hombre en la comprensión de sí mismo en los siglos”. “Usted ha apoyado el argumento y ha dado ejemplos de diferentes periodos históricos para ilustrar el tema. Al mismo tiempo, como un sagaz director espiritual, Usted reconoce que los hombres y las mujeres están a menudo inclinados a engañarse a sí mismos”.
“Permítame decirle que todos nosotros obtendríamos un beneficio considerable de una ulterior conversación que ilustre esos principios, con el fin de que guíen nuestro discernimiento sobre lo que constituye el auténtico florecimiento humano. Porque, como recuerdo a mis estudiantes, "encontrar a Dios en todas las cosas" es el fruto de las primeras tres semanas de los ejercicios ignacianos, no el punto de partida”.
“Padre Santo, a pesar de su gran preferencia por Furtwängler, confío que no encuentre fuera de lugar estas inquietudes de un apasionado de Toscanini. Tal como Usted nos ha sugerido a menudo, el Espíritu Santo se descubre mejor en una rica armonía de voces”, culmina el P. Imbelli.
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