Sunday, October 05, 2014

LA VIÑA ARRENDADA A OTROS LABRADORES por Vicente Martínez



Dios es el que da la vida por las ovejas. La imagen del todopoderoso, rey de reyes y señor de señores, altísimo, señor de los ejércitos, gobernador del universo, nos interesa poco” (J. Enrique Galarreta)
5 de octubre, domingo XXVII de TO
Mt. 21, 33-43Arrendará la viña a otros labradores.
-Pero los viñadores, al ver al hijo, comentaron: Es el heredero. Lo matamos y nos quedamos con la herencia.
-Por eso os digo que a vosotros os quitarán el reino de Dios y se lo darán a un pueblo que produzca sus frutos.
La parábola de los viñadores malvados podría considerarse un retrato con  sello de autenticidad del rostro de la Iglesia oficial. El hacendado dueño de la viña plantó las cepas, cavó un lagar, construyó una torre, la arrendó y luego se marchó, dejándola en manos de los suyos. El arriendo fue un fracaso total. El nombre del Hacendado era Jesús, y su oferta de una sociedad fraterna, solidaria e igualitaria, chocó con los intereses del sistema, interpreta Schökel en su Biblia.
La parábola nació como la expresión del agudo conflicto al que había llegado el Maestro con los magnates de su pueblo. Tanto la Iglesia primitiva como la de hoy sabe que su razón de ser está ligada a la fidelidad a la misión del Cristo Jesús, que no se define tanto por la ortodoxia de la doctrina como por la praxis de la liberación de los pobres.
Pero el Hacendado se marchó, y su legado fue con el tiempo traicionado. Él es el heredero, se conjuraron: Lo matamos y nos quedamos con su herencia”. Y así fue cómo la razón de ser de la misión del hijo y su doctrina –la praxis de liberación de los pobres- quedó por siglos secuestrada. El Pueblo de Dios sintió también en sus carnes jóvenes el rapto, y con León Felipe elevó al cielo este lamento:
Llévame en tu partida,
que tengo hambre
y sed de tu justicia.
Un lamento que, como el del profeta Miqueas 7, 12: “Ya está cerca el díaen que vendrán a visitarte pueblos de todas partes”, hasido escuchado. La Viña fue arrendada a otros labradores y dada a un pueblo que produjera sus frutos. Un pueblo que esté al servicio de la verdad, de la justicia y de los valores que promueven y salvan al hombre. Esa es la esperanza que el Arrendador tiene puesta en lo nuevos depositarios de su Viña. Y ese, el desafío de sus herederos los Cristianos.
“Poned esto en obra, y el Dios de la paz estará con vosotros”, nosrecomienda San Pablo en Flp 4, 6-9. El Papa vino a significar los mismo cuando en su saludo a los participantes en el encuentro-peregrinación "Cantar la Fe", del pasado domingo, les agradeció su presencia, recordándoles también el desafío: Gracias por su presencia, y gracias por haber animado con el canto esta celebración, junto con la Capilla Sixtina. “¡Continuad llevando a cabo con alegría y generosidad, el servicio litúrgico en vuestra comunidad!”
Aselm Grüm, un místico benedictino de nuestros días, nos lo recuerda igualmente en su obra Le ciel comence en toi  con esta sentencia:“Se accede a la libertad, tomando nuestra vida en las propias manos y moldeándola”. Y lo ilustra con la siguiente historia: un hombre irritado contra una joven y hermosa palmera, colocó una pesada piedra sobre su cima para impedir su crecimiento. Pero al pasar cerca del árbol algunos años más tarde, observó que éste era más grande y más hermoso que todos los de alrededor, pues la piedra le había ayudado a enraizarse más profundamente, dándole así la fuerza para crecer y ser más hermoso.

PESCADORES DE HOMBRES(Canción religiosa compuesta por el sacerdote y compositor Cesáreo Gabarain)
Tú has venido a la orilla,No has buscado ni a sabios ni a ricos.Tan sólo quieres que yo te siga.Señor, me has mirado a los ojos,Sonriendo has dicho mi nombre.En la arena he dejado mi barca:Junto a Ti buscaré otro mar.
Tú sabes bien lo que tengo,En mi barca no hay oro ni espadas,Tan sólo redes y mi trabajo.Tú necesitas mis manos,Mi cansancio que a otros descanse,Amor que quiera seguir amando.
Tú, pescador de otros lagos,Ansia eterna de almas que esperan.Amigo bueno que así me llamas.Señor, me has mirado a los ojos,Sonriendo has dicho mi nombre.En la arena he dejado mi barca:Junto a Ti buscaré otro mar.buscaré otro mar,buscaré otro mar...

Vicente Martínez
Fe Adulta

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