El Evangelio de hoy es buen largo y nos coloca ante el combate de Jesús contra el Mal, a quien le arrebata cualquier tipo de poder sobre la tierra. La fase última de esta lucha se da en la Cruz, allí donde Cristo vence. El abrazar también, la cruz de cada día es la gran invitación para nosotros.
Viniendo ya al aspecto ecológico, nos encontramos ante dos retos. En este momento la actitud del presidente Trump nos coloca frente a la potencia del Mal, en la forma como toma, por ejemplo, el problema del Calentamiento Global. Tenemos que pedirle al Señor que le ayude a tomar conciencia del mal que le está haciendo al planeta, para que cambie y se convierta.
Pero del mismo modo, para nosotros no es raro que se nos presente el mal, en una forma más limitada, pero también dañina. Son muchos los males que le podemos causar a nuestros barrios y ciudades, si no cargamos con la cruz de cada día. Por ejemplo, en el no botar basuras a la calle, no desperdiciar el agua, ni contaminarla, etc.
No nos cansaremos de repetir estas frases de la Encíclica LAUDATO SI, Alabado seas, Señor: "El ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a las causas que tienen que ver con la degradación humana y social. De hecho, el deterioro del ambiente y de la sociedad afectan de un modo especial a los más débiles del planeta" (L.S., Nr. 48)
Alejandro Londoño Posada s.j.
Jesuitas, Colombia
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