- El emérito de Santiago, miembro del C-9 cardenalicio, asegura que al Papa le informan los nuncios
- Según los abusados por Karadima, el purpurado es uno de los responsables de “desinformar” a Francisco
Las aguas bajan agitadas en la Iglesia chilena. Tras la llamada del Papa Francisco a todos los obispos del país para que en mayo le expliquen en un encuentro en Roma qué tipo de información le facilitaron sobre el caso Osorno (incluido el protagonista de la crisis, el obispo Juan Barros, acusado de encubrir durante años los abusos sexuales del sacerdote Fernando Karadima), ahora son las víctimas de esos abusos las que cargan con fuerza contra los que a su juicio son los prelados que más habrían hecho equivocarse a Bergoglio, ahora obligado a rectificar.
Así, parece que no aceptan la versión del Episcopado, que, en su última plenaria, cerrada este sábado 14 de abril con una petición colectiva de perdón, pide que el Papa les ayude en un proceso de honda renovación. Y es que han causado un profundo malestar las últimas palabras del cardenal Francisco Javier Errázuriz, emérito de Santiago y uno de los miembros del Consejo de Cardenales que asesora a Bergoglio en la reforma de la Curia.
En declaraciones al diario La Tercera, se ha defendido de las acusaciones del sacerdote Felipe Berríos, que asegura que él es uno de los principales responsables de la “falta de información veraz” que ha llevado a Francisco a reiterar su apoyo a Barros. Según Errázuriz, él no tendría por qué haber ido más allá en su valoración de la situación chilena por su condición de miembros del Consejo de Cardenales, pues “nuestra tarea no consiste en informar al Papa sobre las dificultades, los posibles errores y males que afectan a la Iglesia en todos los países. El Santo Padre cuenta con otros canales para este objetivo, como son las periódicas visitas ad limina, que le hacen los obispos cada cinco años, las nunciaturas apostólicas y los informes sectoriales que le entregan regularmente las congregaciones romanas, es decir, los ministerios de la Iglesia”.
“Es uno de los que le ha mentido al Papa”
Esta defensa de su propia actuación ha molestado a algunas de las víctimas de Karadima cuyas voces más se han alzado en los últimos meses. Es el caso de Juan Carlos Cruz, quien, desde su cuenta de Twitter, se ha despachado así contra el purpurado: “El cardenal Errázuriz miente. Ahora, tratando de hacer creer que él nos apoyó. Nunca lo hizo. Él es uno de los que le ha mentido al Papa. Un hombre miserable que hoy trata de subirse al carro de la victoria por el informe Scicluna. Su maldad se conoce. ¡No nos engaña!”.
Desde la misma red social, James Hamilton, otra víctima, ha calificado a Errázuriz de “personaje” y lamenta que si dice “que no es el llamado a informar”, leyendo la carta que envió a obispos de Latinoamérica, parece que si está llamado a desinformar”.
La tercera de las víctimas más mediáticas, José Andrés Murillo, ha sido igualmente duro en Twitter, haciendo extensible su crítica al conjunto del episcopado: “En lugar de asumir que fallaron, que traicionaron su rol y nuestra confianza, los obispos de Chile tratan de sacarse los balazos culpándose unos a otros. Triste espectáculo”.
Sobre el hecho de que Francisco, además de a los obispos, también les haya citado para entrevistarse en Roma a Juan Carlos Cruz, a James Hamilton y a él mismo, Murillo valora el paso de Bergoglio, pero pide ir mucho más allá: “La invitación del Papa al Vaticano no la veo como premio ni un favor. Reconozco el gesto, pero esto va mucho más allá de mí o de nosotros. Lo importante es luchar contra el abuso sexual y de poder en la Iglesia y en la sociedad. Ese es el sentido para mí”.
Vida Nueva
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