Los psiquiatras dicen estar más solicitados que nunca, durante las semanas previas a la Navidad. La festividad remueve las ansiedades ligadas a la memoria de la niñez y a las relaciones familiares. Nos obliga a decisiones difíciles sobre el envío de invitaciones, tarjetas o regalos. Se entiende lo que se llama "sobrevivir a la Navidad". Pero nuestros verdaderos amigos no nos juzgan por esas decisiones. Prefieren vernos calmados y alegres, y capaces de compartir y disfrutar de la alegría de los demás.
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