Thursday, July 12, 2007

«Pobres tienen derecho a parroquia»


Respuesta de los "curas rojos" de Entrevías al cardenal Rouco
Los miembros de la Asamblea que gestiona la iglesia San Carlos Borromeo han hecho llegar al Obispo Auxiliar Fidel Herráez un documento en el que subrayan que "los excluidos tienen derecho a tener su parroquia", por lo que cualquier solución de futuro pasa por "mantener la comunidad parroquial, que es referente imprescindible para muchos de sus miembros en la vida diaria y de fe, y no puede en modo alguno ser sustituida".

El escrito, entregado el pasado lunes día 9 de julio, señala que "cualquier recorrido que deba hacer esta parroquia en el futuro tiene necesariamente que respetar la esencia de esta comunidad parroquial, de relaciones humanas fraternas, solidarias y justas". "Es tarea primordial, desde la comunión eclesial, cuidar de los miembros más débiles, por lo que es importante recordarnos que Jesús supeditó la ley al ser humano y a la fe", suscriben los curas de la denominada "Iglesia roja" de Entrevías.

Asimismo, justifican el modo poco ortodoxo en el que celebran su fe, uno de los motivos por los que el Arzobispado ha decidido retirar el culto a la parroquia. "Celebramos las Cenas del Señor de la manera más sencilla que sabemos para que la liturgia sea inteligible para todos, recordando la frase de San Agustín: fortiter in re, suaviter in modo. Aplicada a la liturgia, para que el contenido penetre, sea muy sencillo en la forma", subrayan.

Una representante de la Asamblea de la Parroquia explicó que éste es "un punto de partida y cualquier solución de futuro debe pasar por estas propuestas". Según indicó el Arzobispado, ofreció dos propuestas (constitución de una ONG "bajo contrato de uso de los locales" o transformación del templo en un centro social dependiente de la Iglesia católica), pero "también otras que se podían seguir".

"El documento surge de la asamblea parroquial que se ha celebrado varios días durante la semana pasada, y es fruto de la reflexión de los tres últimos meses", apuntó. "No es una respuesta cerrada porque no entendimos con los representantes del arzobispado que así fuera. Es un proceso de diálogo que hay que ir enriqueciendo. El próximo paso tendrá que darlo el arzobispado", agregó.

Según señala en el texto, el recorrido de la parroquia, nacida en 1981, ha consolidado una asamblea "encarnada en el mundo de la exclusión como lugar social, no geográfico". "Descubrimos cómo el lugar social de la exclusión es el espacio vital de los preferidos de Jesús. El mundo de la exclusión social, que nos llama y convoca, acoge nuestro compromiso vital para darnos la oportunidad de hacer realidad lo anunciado por Jesús en el Juicio Final: Porque tuve hambre y medisteis de comer, sediento y me disteis de beber (Mateo 25, 31-46)", dice.
Reclaman, así, el lugar social de aquellos que viven en la pobreza: toxicómanos, inmigrantes, presos, enfermos de sida, prostitutas, familias sin recursos, mujeres maltratadas, homosexuales, menores, familias separadas,... que les han llevado a "celebrar la fe desde expresiones inteligibles y significantes".

Y añade, "compartir la mesa de Jesús ha sido sentarnos, en torno ella, creyentes y no creyentes; ateos y escépticos; ricos y pobres todos aquellos con quienes, aún no compartiendo inicialmente la fe en el Dios de Jesús, sí compartimos la fe en el ser humano desnudo, vivida al estilo de Jesús (Marcos 7, 24-30)".

La declaración repasa la historia de la parroquia desde principios de los años ochenta, cuando "comenzaron a llegar chavales solicitando ayuda por sus problemas de drogadicción, fundamentalmente, aunque traían otras cargas detrás, muchos estaban en la calle y cometían delitos más o menos importantes".

Según explica la declaración, se inició la experiencia "con el apoyo del obispo Alberto Iniesta, siendo el cardenal de Madrid Enrique Tarancón, dedicándose la parroquia preferentemente a la marginación".
Posteriormente, en 1986 dejó de ser territorial, por iniciativa del obispo García Gasco, cuando el cardenal de Madrid era Ángel Suquía.

"Gente de todas partes"

"Desde los comienzos ha acudido gente de todas partes, además de la propia del barrio, profesionales de distintas áreas en un intento de colaboración, abogados, jueces, fiscales, empresarios, estudiantes de educación y trabajo social, psicólogos, médicos, etc.", afirma el comunicado.

"También vinieron en su momento los insumisos y sus madres, que se organizaron como las de los chavales de la calle, más adelante los 'okupas'" y también los gitanos, que "venían más individualmente, pero acogimos a cuarenta y dos miembros de cuatro familias que habían echado a la calle", agrega.

Reconoce también que "a comienzos de 2001 acudieron setenta emigrantes que estuvieron cerca de siete meses en la parroquia, durmiendo en colchones en el suelo".

"Reivindicaban sus papeles, pero no tenían sitio donde ir" y "en ese tiempo buscamos viviendas y trabajo, quedando muchos en nuestras casas, sobre todo los marroquíes", quienes "comparten nuestras celebraciones, rezan con nosotros y, cuando hay muchos, los musulmanes leen el Corán, que traducimos, uniéndonos también a su oración, sintiéndonos hijos del mismo Padre".
Fuente: El periodista Digital

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