La cena familiar está en riesgo. La mesa del comedor puede ser el lugar donde la preparación de la comida refleje el cuidado de los padres, y donde los parientes y los hijos puedan sentarse, disfrutar, discutir, bromear, escuchar, opinar, molestar, atacar y ser atacada/o; pero nunca abandonar la mesa. Hoy las parejas valorizan las oportunidades de cenar con sus hijos. A medida que el trabajo u otras presiones aumentan, la comida rápida y la televisión reemplazan a la mesa; encontramos a familias que nunca cenan juntos. En otras partes del mundo los hijos sacan algo del refrigerador y "pastan": una lata de bebida en una mano, comida rápida en la otra, los ojos fijos en la pantalla de televisión. Se sabe que en los Estados Unidos, el 40% de la comida se come dentro del auto.
No fué por accidente que Jesús puso la Cena - La Eucaristía - en el centro de la familia cristiana. Es alrededor de la mesa familiar donde la familia vive realmente unida. No la dejen desaparecer. Encuentren un tiempo, por lo menos una vez a la semana, para la comida "lenta", no "rápida"
De Espacio Sagrado
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