“Como un padre bueno y misericordioso, Dios desea para nosotros todo el bien posible y este bien es él mismo”. De este modo, antes de la oración del Ángelus, Benedicto XVI comentó el pasaje evangélico del tercer domingo de Cuaresma, el encuentro de Jesús en el pozo con la samaritana.
Esta mujer, explicó el Papa, antes de encontrarse con Jesús no había encontrado lo que buscaba y vivía en una insatisfacción existencial, así también nosotros abrimos el corazón a la escucha confiada de la palabra de Dios para encontrar a Jesús que nos revela su amor y nos dice: el Mesías, tu salvador “Soy yo que te hablo”.
Después de la oración del Ángelus, Benedicto XVI expresó su cercanía a las víctimas de las recientes inundaciones y de la erosión de un volcán en Ecuador y ha invitado a todos a una solidaridad fraterna para que la población de la zona pueda regresar cuanto antes a la normalidad de una vida cotidiana.
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