JON SOBRINO TEÓLOGO JESUITA EN EL SALVADOR
Ayer, Sobrino ofreció una charla que abarrotó el salón de los Institutos de la Plaza de la Cruz en un acto organizado por el Foro Gogoa. En unos días en los que obispos españoles y el Gobierno se enzarzan en discusiones, Sobrino dio a los periodistas algunas pistas de su pensamiento, aunque recordó que el ruido "hace que nos perdamos lo esencial de la vida". "A veces nos empeñamos en comer la sopa con el tenedor", ejemplificó.
A punto de cumplir los setenta, el morral del jesuita vasco Jon Sobrino, nacido en Barcelona en 1938, carga con las experiencias de décadas de trabajo en El Salvador, atravesadas por el dolor que causó el asesinato de seis compañeros jesuitas y dos mujeres de su comunidad; también lo llena de sus reflexiones y libros nacidos de la corriente de la Teología de la Liberación, y hasta con una notificación de la Santa Sede que el pasado año cuestionaba su obra, aunque no supuso la prohibición de enseñar. Lo entrevista Iñigo Salvoch en Diario de Navarra.
Ayer, Sobrino ofreció una charla que abarrotó el salón de los Institutos de la Plaza de la Cruz en un acto organizado por el Foro Gogoa. En unos días en los que obispos españoles y el Gobierno se enzarzan en discusiones, Sobrino dio a los periodistas algunas pistas de su pensamiento, aunque recordó que el ruido "hace que nos perdamos lo esencial de la vida". "A veces nos empeñamos en comer la sopa con el tenedor", ejemplificó.
Se habla estos días de la Iglesia y de su presencia en la arena política, ¿cuál debe ser su papel?
La Iglesia hoy es la noticia en los periódicos, pero nadie habla de Jesús de Nazaret, que es mucho más importante. Si queremos humanizar este mundo, debemos tratar los temas que nos ayuden a ello. Y si lo hacemos, podremos superar la miopía con la que vemos a la Iglesia. Hay que hablar más de las religiosas que trabajan en Zaire, de los voluntarios...,porque el lugar de la Iglesia, como decía Ignacio Ellacuría, es el tercer mundo, donde hay pobreza.
¿Y se equivoca la Iglesia al entrar en política?
Yo vengo de El Salvador. No creo que tenga datos ni conocimientos para hablar de este tema, ni para dar un titular de prensa. La Iglesia siempre ha estado en política. Lo que pasa, es que a veces ha estado en política y le han cortado el cuello, como a Monseñor Romero. Estas cosas serias hay que analizarlas y cada uno verá. Pero si hay un problema llamado aborto, pues se debe analizar con objetividad y que todos puedan decir lo que piensan. Eso sí, a mí lo que no me gusta ni de la Iglesia, ni de los partidos políticos, es la sensación de que lo que interesa es ganar, porque Jesús comenzó como un perdedor, en la Cruz. Menciona a Jesús de Nazaret.
Él orientó a sus seguidores frente al poder constituido, ya fuera Roma, el Templo o Herodes, ¿que orientaciones cree que daría hoy a sus seguidores para iluminar el voto de las próximas elecciones?
De cara a las próximas elecciones... no puedo contestar. Pero creo que Jesús hablaría hoy de algunas cosas. Por ejemplo, de lo que hacemos con los emigrantes. Y nos diría que los tomemos en serio, que son seres humanos. Ahora hay propuestas de algún partido que los trata como agentes laborales. Jesús era un hombre de compasión para aquellas personas a las que vivir suponía una pesada carga. Era un hombre cercano. No era político, ni buscaba poder político. Conocía a las personas por su nombre. Como a Lázaro, al que le puso nombre. ¿Qué sabe la gente de los nombres del Congo?
De lo que han sufrido, de la gente que ha muerto hace ocho años en la guerra... Los pobres no tienen nombre, ni calendario.
Un español, Adolfo Nicolás, es el nuevo superior de la Congregación de los Jesuitas. Se dice de él que es un hombre humilde que apuesta por los pobres, ¿cree que su nombramiento no ha gustado en la Curia Vaticana?
Conozco a Alfonso Nicolás y me parece una excelente persona. Cuando el anterior general quiso que Nicolás fuera rector de la Universidad Pontificia Gregoriana se dijo que no gustó. Ahora no he oído nada. Lo que necesitamos es gente que humanice y creo que él tiene un buen olfato para lo humano. Es una gran persona y ojalá que le ayudemos a que sea un gran superior.
Usted ha vivido muchas de las luchas de las clases oprimidas de América Latina, ¿qué supone el acceso de mayorias populares a gobiernos como los de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua?
Hay cosas que han estado sometidas y reprimidas, incluidas la conciencia de gentes y de pueblos, y no siempre las democracias han hecho algo para despertarlas. Lo que ocurre en estos países es que por varias razones ha despertado esa conciencia y eso me parece humano. No conozco lo suficiente para opinar sobre la forma que han adquirido esos movimientos, o las personas que los representan, pero en lo fundamental nos hace replantearnos a nosotros la conciencia que tenemos desde este continente hacia América Latina, sin caer en exageraciones absurdas de lo que ocurrió hace cinco siglos.
¿Seguimos pensando que nosotros somos lo real y que América Latina es lo accidental?
En EE. UU, el mayor poder político del mundo cambiará de manos en unos meses. ¿Es un signo que una mujer y un hombre de raza negra, representantes de dos sectores escluidos de la política y la vida social durante mucho tiempo, puedan tomar el mando?
Lo que está claro por ahora es que los ciudanos de EE UU se han cansado de algo y está bien que se apunten novedades. Pero lo que realmente importa es que se hablen de las cosas serias. Y regreso de nuevo al tema de los inmigrantes: que se hable de esa muralla que se está construyendo en la frontera de México. Hace falta que quien llegue se ocupe de esas cosas serias, de esa realidad que no está sólo en el poder económico. Vivimos en la civilización de la riqueza, pero no alcanza para todos. Así que debemos llegar a una civilización de la pobreza. O al menos de la austeridad.
Fuente: El Periodista Digital
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