En el primer Ángelus estivo en Castel Gandolfo, Benedicto XVI ha hablado de la Jornada Mundial de la Juventud y ha hecho un llamamiento a la solidaridad a los jefes de estados y de los gobiernos del G8 de Tokio.
Que “en el centro de sus deliberaciones pongan las necesidades de las poblaciones más débiles y más pobres” -ha dicho-, “cada vez más vulnerables a causa de las especulaciones y de las turbulencias financieras y de sus efectos perversos sobre los precios de los alimentos y de la energía”.Hablando de la Jornada Mundial de la Juventud en Australia que se avecina, Benedicto XVI ha subrayado cómo los primeros grupos ya han salido hacia allí y toda la Iglesia debe sentirse partícipe del peregrinaje juvenil a través del mundo.
Sobre todo ha destacado que esta época se caracteriza como un nuevo Pentecostés, para introducir el mensaje eterno de Jesús en todas las lenguas y culturas.
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