Saturday, September 20, 2008

El obispo español que trajo internet y piscinas a las chabolas bolivianas

RD/Efe).-Polideportivos y bibliotecas con conexión a internet en un barrio deprimido de calles de tierra sin alcantarillado. Existe en la localidad boliviana de Santa Cruz y lo llaman 'la Ciudad de la Alegría', obra de un cura español que lleva 17 años trabajando en este país.Nicolás Castellanos, nacido hace 74 años en Mansilla del Páramo (León) y obispo emérito de Palencia, llegó a Bolivia en 1992 y se sorprendió por una de esas paradojas latinoamericanas: en Santa Cruz (este), capital de una próspera región, miles de personas se hacinaban en un barrio de chabolas llamado 'Plan 3.000'.


El Plan 3.000 se llama así porque en 1983 acogió a otras tantas familias que se habían quedado sin casa tras un 'turbión' (riada) del río Piraí en 1983.


Hoy son cerca de 300.000 los que viven en ese barrio que sigue siendo el más pobre de la ciudad, pero se enorgullecen de contar con una escuela de teatro con su escenario de 500 asientos, dos piscinas, polideportivos, un hospital, nueve escuelas infantiles y cinco comedores que alimentan tres veces al día a mil niños.


Estos logros son llamativos en un barrio que no cuenta con alcantarillado, las calles son mayormente de tierra que se llenan de polvo o barro según la estación, y las tiendas son humildes cajas de madera donde se vende mercancía de dudosa legalidad.


Lo que Castellanos ha hecho en este barrio le valió ya en 1998 el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, y ese galardón hizo llover financiación para el 'Proyecto Hombres Nuevos' fundado por él y que gestiona ahora todos estas actividades. Especialmente generosas han sido la Comunidad de Castilla-La Mancha y la Generalitat valenciana.


Es irónico que a la casa del padre Castellanos la llamen 'el Palacio', cuando no pasa de ser una casita de ladrillo de un solo piso de condición tan humilde como todas las del vecindario. Porque pese a los millones de euros recaudados para su fundación, él nunca tuvo la tentación de irse a un palacio de verdad.


Y eso que la misma Reina Sofía lo ha visitado, además de políticos como José Bono y Mariano Rajoy.


La filosofía de 'Hombres Nuevos' es del siglo XXI, aclara el sacerdote: no se le pregunta a nadie su credo religioso ni político.


'Yo me caso hasta con el diablo si es para dar a los pobres dignidad', proclama.
Para él, esta dignidad pasa por el siguiente lema: 'Nada para el pobre, todo con el pobre', pues todo aquel que recibe ayuda debe responder con igual moneda para la comunidad: si una madre lleva a sus hijos al comedor, ella colaborará en la cocina, y los 500 universitarios que reciben una beca anual de 200 euros participan en la limpieza del complejo, así sea fregando suelos rodilla en tierra.


Las instalaciones de la 'Ciudad de la Alegría' están hechas además con una preocupación estética, y muchas de ellas siguen el 'estilo chiquitano' de las misiones jesuíticas del este del país, con maderas labradas y policromadas por artesanos locales: diez familias que han tenido qué comer durante tres años por este trabajo, recuerda Castellanos.


En el estadio de fútbol, una veintena de muchachos del 'Club Rayo 3000' se entrenan para una liguilla local. Las actividades deportivas del proyecto han merecido la atención hasta del Real Madrid, que financia este modesto club donde se preparan las futuras promesas locales.


Hay una Escuela de Informática Madrid y una Escuela de Turismo Alicante, pero el orgullo del padre Castellanos es su escuela de teatro, a la que vienen alumnos de Argentina, Chile, Perú y Venezuela, y donde un granadino llamado Guillermo Balderas pasa el verano colaborando para enseñar nuevas disciplinas en la escuela.


Aunque parezca surrealista, en este barrio de chabolas de este país famoso por su pobreza, Guillermo enseña a sus alumnos refinadas disciplinas japonesas como el aikido y el reiki. Estos son los milagros de la 'Ciudad de la Alegría'.


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