Monday, September 29, 2008

Intención misionera para el mes de octubre, mes de las Misiones

OMPRESS-ROMA (29-09-08) "Para que en ese mes dedicado a las misiones, a través de la animación de las Obras Misionales Pontificias y de otros organismos, todas las Comunidades cristianas sientan la necesidad de participar en la misión universal de la Iglesia con la oración, el sacrificio y la ayuda concreta", es la intención misionera indicada por el Santo padre, Benedicto XVI, para este mes de octubre, mes misionero por excelencia y en el que se celebra la jornada mundial de la Propagación de la Fe, el DOMUND.


"Queridos hermanos y hermanas, 'duc in altum'! Naveguemos por las aguas profundas del vasto mar del mundo y, siguiendo la invitación de Jesús, echemos sin miedo las redes, confiando en su constante ayuda. Nos recuerda san Pablo que no es motivo de gloria predicar el Evangelio (cfr. 1 Cor 9, 16), sino deber y gozo. Queridos hermanos obispos, siguiendo el ejemplo de Pablo, que cada uno se sienta 'prisionero de Cristo para los gentiles' (Ef 3, 1), sabiendo que podrá contar, en las dificultades y en las pruebas, con la fuerza que procede de Él. El obispo es consagrado no sólo para su diócesis, sino para la salvación de todo el mundo (cfr. Enc. Redemptoris Missio, 63).


Como el apóstol Pablo, está llamado a ir a los lejanos que todavía no conocen a Cristo, o que todavía no han experimentado su amor que libera; su compromiso es hacer que toda la comunidad diocesana sea misionera, contribuyendo con gozo, según las posibilidades, a enviar presbíteros y laicos a otras iglesias para el servicio de evangelización. La missio ad gentes se convierte así en el principio unificador y convergente de toda su actividad pastoral y caritativa.
¡Vosotros, queridos presbíteros, primeros colaboradores de los obispos, sed pastores generosos y evangelizadores entusiastas! No pocos de vosotros, en estas décadas, os habéis desplazado a territorios de misión como consecuencia de la Encíclica Fidei Donum, de la que hace poco hemos conmemorado el 50º aniversario, y con la cual mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Pío XII, impulsó la cooperación entre las Iglesias. Confío en que no falte esta tensión misionera en las Iglesias locales, no obstante la escasez de clero que aflige a no pocas de ellas.


Y vosotros, queridos religiosos y religiosas, que por vocación estáis marcados por una fuerte connotación misionera, llevad el anuncio del Evangelio a todos, especialmente a los lejanos, por medio de un testimonio coherente de Cristo y un radical seguimiento de su Evangelio.
Todos vosotros, queridos fieles laicos, que trabajáis en los diferentes ambientes de la sociedad, estáis llamados a tomar parte, de manera cada vez más relevante, en la difusión del Evangelio. Así, se abre ante vosotros un areópago complejo y multiforme que hay que evangelizar: el mundo. Sed testigos con vuestra vida de que los cristianos 'pertenecen a una sociedad nueva, hacia la cual están en camino y que es anticipada en su peregrinación' (Spe Salvi, 4).


Queridos hermanos y hermanas, la celebración de la Jornada Misionera Mundial nos anime a todos a tomar una conciencia renovada de la urgente necesidad de anunciar el Evangelio. Subrayo con un gran agradecimiento, la aportación de las Obras Misionales Pontificias a la acción evangelizadora de la Iglesia. Les doy las gracias por el apoyo que ofrecen a todas las Comunidades, especialmente a las jóvenes. Las Obras son instrumento válido para animar y formar en la responsabilidad misionera al Pueblo de Dios, y alimentan la comunión de bienes y de personas entre las diferentes partes del Cuerpo Místico de Cristo. La colecta, que en la Jornada Misionera Mundial se hace en todas las parroquias y comunidades, sea signo de comunión y de solicitud recíproca entre las Iglesias. En fin, intensifíquese cada vez más en el pueblo cristiano la oración, medio espiritual indispensable para difundir entre todos los pueblos la luz de Cristo 'luz por antonomasia', que ilumina 'las tinieblas de la historia' (Spe Salvi, 49). Mientras confío al Señor el trabajo apostólico de los misioneros, de las Iglesias esparcidas por el mundo y de los fieles comprometidos en diferentes actividades misioneras, invocando la intercesión del apóstol Pablo y de María Santísima, 'el Arca viviente de la Alianza', Estrella de la Evangelización y de la esperanza, imparto a todos la Bendición Apostólica."


Ecclesia

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