Trujillo, Perú (Patricio Downes, Religión Digital).- El presidente de l Conferencia Episcopal Peruana, Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, llamó a desarrollar el país con equidad, diálogo y paz.
Los festejos del día patrio de Perú, que continuaron hasta ayer, permitieron al arzobispo de Trujillo, Cabrejos Vidarte, recordar recients episodios de violencia en los que murieron numerosos aborígenes, en la selva norteña del país.
Los llamó episodios de tensión social e incertidumbre y ratificó "la importancia del diálogo y la inutilidad de la violencia".
Mencionó que, como indica Gaudium et Spes, "el Hombre es ante todo el autor, el centro y el fin de toda la vida económica-social" y que, "por ello se requiere también que las opciones económicas, en los cuales el Perú ha entrado exitosamente, no hagan aumentar las desigualdades que son moralmente inaceptables".
El presidente del Episcopado peruano pidió trabajo para todos, ratificó la "importancia del diálogo y la inutilidad de la violencia",abogó por un desarrollo "pleno e integral" y reclamó la construcción de una "sociedad (con) la mejor equidad posible pensando en el Perú de las personas, en las que son pobres y en las que tienen el castellano como segunda lengua".
"En nuestro caminar al progreso nunca tenemos que olvidar que el primer capital es el hombre, es decir, la persona en su integridad. Para la Iglesia esta misión es irrenunciable, como es para cada hombre irrenunciable promover su propio progreso y el de los demás. 'Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto' (Mt 5,48)", señaló el arzobispo Cabrejos Vidarte.
Más adelante recordó que "la economía por sí misma, puede destruir al hombre, por eso es sumamente importante promover la responsabilidad social de las empresas y la responsabilidad de los seres humanos. En este contexto, la economía tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento, no de una ética cualquiera, sino de una ética cercana, sensible, a la persona".
Y subrayó que el desarrollo debe proteger la vida y la familia, y que"unido al amor a la vida está el amor a la familia que se convierte en una necesidad social e incluso económica. Debemos seguir proponiendo a las jóvenes generaciones la hermosura de la familia, el matrimonio y su sintonía con las exigencias más profundas del corazón y de la dignidad de la persona humana. En el Perú la riqueza familiar todavía es muy grande y por eso debemos apostar por nuestras familias".
"En estas fiestas patrias no puede faltar el saludo a todos nuestros compatriotas fuera del Perú, muchos de ellos emigrantes, que en cuanto personas, poseen derechos fundamentales
inalienables y que deben ser respetados por todos y en cualquier situación. A todos ellos nuestra cercanía y oración", concluyó el arzobispo de Trjillo.
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